HUGO LUIS BONOMO
HUGO LUIS BONOMO
Hace muchos años, el puerto de Santa Fe estaba en el río Colastiné, en la zona del actual puente, y era un puerto de ultramar; porque, en esa época los ultramarinos eran veleros de dimensiones parecidas a las chatas paleras que, actualmente, navegan el Tigre. Hasta allí arribaban los buques mercantes que, cuando traían mercadería, para descargar en la ciudad, en lugar de amarrar en el puerto de Colastiné, seguían navegando por el riacho Santa Fe hasta llegar a la ciudad. Tan usual era que, en dos zonas equidistantes del riacho, se habían instalado puestos de sirga, con caballos para remolcar, desde tierra, a las naves, en caso de faltar viento. Esta acción se denominaba sirga. Para esta tarea existía el camino de sirga, luego denominado de ribera, que establecía 35 metros, desde la orilla, como bienes públicos, y que el gobierno del 2015 redujo a 15 metros.
Tiempo después, cuando ya los vapores y los buques a motor, arribaban al puerto de la ciudad pero, todavía, no había túnel subfluvial, se inauguró, en 1928, el servicio de balsas para viajar a Paraná. El atracadero estaba al lado del Club de Regatas. En 1950, para reducir tiempo de viaje, comenzó a funcionar una balsa a cadena, que cruzaba el Colastiné, hasta la isla Timbó, donde estaba el atracadero.
Este viaje también fue realizado por lanchas colectivas de pasajeros, que zarpaban desde el puerto, y, en caso de mal tiempo; tomaban el riacho Santa Fe, salían al Colastiné, lo cruzaban y se metían en el Tiradero Nuevo; que nace en la isla Berduc, justo al lado de la cabecera del puente, y bordea la ruta, sobre la isla Berduc, hasta salir al Paraná. Solo cruzarlo y, en la otra orilla, está la ciudad de Paraná. De esta forma se evitaba el cruce de la cancha de Bajada Grande; un gran espejo de agua que, con mal tiempo era peligroso. Las lanchas era como las que prestan servicio en el Tigre, y la más renombrada era la Sarita.
El riacho Santa Fe también era la vía acuática más utilizada para el turismo, los paseos y las travesías de los navegantes hasta la ciudad de Paraná, y el paso obligado de las competencias de natación y de embarcaciones que realizaban travesías entre las dos ciudades.
En el proyecto de construcción del Supermercado ubicado a la vera de la ruta 168, está considerada la construcción de un embarcadero, sobre el riacho Santa Fe, con el objetivo de abaratar los costos, utilizando el transporte fluvial para traer mercaderías desde un depósito mayorista, ubicado en la ciudad de Paraná.
El riacho, también, era la cancha donde se realizaban las competencias de remo, organizadas por el Club de Regatas, y las aguas que era utilizada para paseos o entrenamientos de sus remeros.
Y el riacho Santa Fe, era un viejo conocido de todos los santafesinos, y parte fundamental de su paisaje y de sus incursiones náuticas, y estaba tan adentrado en el conocimiento popular que, hasta el día de hoy, hay funcionarios que dicen que la toma provisoria, de más de 30 años, de ASSA, está sobre el riacho Santa Fe, que, en la realidad, desagua en el río Santa Fe, donde están las tomas. Río que nace en los pilares del ex puente ferroviario, y llega hasta el Coronda.
Y aquí tenemos que remontarnos, creo que al 1994, cuando desapareció la DIPOS, apareció el ENRESS, ASSA, se privatizaron los servicios, se licitó la construcción de la cloaca máxima, y empezó la declinación del riacho Santa Fe.
Se construyó un puente corredizo (que hace años que no lo es) para cruzar el riacho y llegar al lugar de construcción de la planta de tratamiento, que nunca se concretó.
La planta de tratamiento no se hizo, el puente no permite el paso, ha ocasionado la acumulación de camalotes y, hace mucho tiempo, el riacho está bloqueado. La empresa constructora no cumplió un requisito del pliego; que determinaba dejar el riacho Santa Fe, en las condiciones que lo encontraba y no hubo reclamos de autoridad alguna, ni la noticia se hizo mediática.
Conclusión; el riacho Santa Fe está tapiado a la altura de La Guardia, seco más adelante y no se puede salir al Colastiné, ni llegar hasta Paraná. Hace ocho años que estamos peleando para que se restaure el riacho; como se restauran todos los cursos de agua, con problemas, en los países desarrollados.
En el 2013, el Subsecretario de Recursos Hídricos, nos prometió su reapertura, públicamente. No cumplió. Luego hubo algunas acciones de empresas privadas, en arreglos con los funcionarios, que comenzaron alguna acción inconclusa, que lo único que hizo fue agravar el problema. Reuniones con funcionarios, empresa, clubes y navegantes, solicitud de aporte de dinero (yo fui uno de los que aportó), pero, parece, que el negocio no se hizo. El dinero desapareció, lo mismo que los funcionarios y la empresa. Una verdadera vergüenza, de las tantas a las que nos estamos acostumbrando los argentinos, en este país con abundantes corruptos.
En la entrada del Colastiné hay un banco de arena, el puente que le contamos enangosta el paso y acumula camalotes, es decir; todo se suma para que la correntada se frene y no arrastre la arena que va haciendo desaparecer el riacho
El hombre fabrica obstáculos que modifican el hábitat natural, como estos y otros frenos al paso del agua, haciendo que se sequen, éste y otros muchos arroyos que embellecen nuestro paisaje ribereño.
Solo el ultimo tramo del riacho tiene agua, porque en el desaguan los aliviadores de la laguna, que pasan debajo de la ruta 168. Todas las acciones que ha sufrido el riacho, han sido intervenciones del hombre y, luego, el paso del tiempo ha perturbado el libre recorrido, que tuvieron sus aguas por más de 200 años.
Si se profundiza su boca, y se libera la entrada de agua en su tramo inicial, sin el escollo del inútil puente, el desnivel de 40 cm, entre el Colastiné y el río Santa Fe, aseguran la profundización y la vida del riacho, y sin los aliviadores artificiales que aportan agua contaminada de la laguna, se convertiría en un acueducto natural, para extraer agua limpia del Colastiné, y no poner en peligro la salud de la gente, extrayendo agua contaminada.