Cambia, todo cambia...
Cambia, todo cambia...
MIGUEL ÁNGEL REGUERA
El 2021 junto con la esperanza de la vacuna contra el Covid 19, trae la posibilidad de reflexionar sobre la fragilidad de la vida, la interdependencia entre todos los que convivimos socialmente, la relación con el medio y la afectación que hacemos de la flora, la fauna y los recursos naturales. También si paramos la pelota unos instantes, podremos pensar en sistemas políticos más transparentes, en sistemas económicos que distribuyan equitativamente las riquezas entre los que las generan, en valores que nos reconozcan como miembros de una comunidad (es decir parte de una sola pieza, sólida y de ahí la necesaria solidaridad). El paso del tiempo nos puede hacer meditar sobre cuando éramos niños o la posibilidad de llegar a ancianos, y la consecuente protección que requeríamos entonces y que muchos tuvimos, pero otros no, y el desamparo de nuestros adultos mayores cuya vida siempre es moneda de cambio en los sillones de los burócratas.
El Himno podrá ser resignificado al cantarlo en ocasiones públicas y meditar sobre la entronada "igualdad". ¿Sigue majestuosa o la han bajado de su sitial? ¿La "Libertad" conserva su carácter sagrado o la han degradado, interpretando como libertad la posibilidad de hacer cualquier cosa, sin asumir las consecuencias de actos voluntarios y sin coacciones? Pues las normas "obligatorias", parecen no acarrear sanción alguna por su incumplimiento y los encargados de aplicarlas o bien no existen, o duermen la siesta. Hablo de leyes y también de edictos derogados, normas de urbanidad y los códigos contravencionales que esperan en las bibliotecas que alguien les saque el polvo que el tiempo acumuló sobre sus lomos ajados.
¿Qué decir de las empresas que gustan de cazar en el zoológico y solo saben de prácticas oligopólicas o monopólicas, con rentas aseguradas por contratos "eternos" con el Estado? ¿Y los Sindicatos? No hay dudas de que peor que tener sindicatos malos es no tenerlos, pero, ¿se animarán a pegar el salto hacia la pluralidad democrática y compartir en mesas de acuerdos la representación de los trabajadores con otros delegados que tengan colores políticos diferentes?
El 2021 ofrece la posibilidad de cambios; pensar en la inseguridad cotidiana; en el dominio público de los espacios destinados al uso general para beneficio de todos y no de unos pocos; en la educación y el sistema de instrucción pública que ha redescubierto la importancia de la presencialidad de la figura del "maestro" y que en consecuencia deberá modificar un régimen de inasistencias laxo donde abundan las medias faltas y cuartos de faltas, empresas de turismo estudiantil que cortan la continuidad con viajes en medio del ciclo lectivo, y editoriales escolares que definen contenidos y fijan a sus libros precios inalcanzables para los bolsillos de las familias.
"Cambia, todo cambia"... dice la canción. ¿Será cierto? El 2021 puede traer algunas respuestas.