La populista de derecha Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori, trepó al segundo puesto de las elecciones presidenciales del domingo último en Perú, al completarse el 82,84% del escrutinio oficial. De ese modo, según los datos oficiales, apuntaba a convertirse en la competidora del sindicalista de izquierda Pedro Castillo en el balotaje del 6 de junio próximo. Fujimori, que reunía el 13,23% de los votos válidos, ha desplazado del segundo lugar al economista liberal Hernando de Soto, que tenía 12,21%, de acuerdo con los datos publicados por la Oficina Nacional de Procesos Electorales en su sitio web (el empresario de derecha Rafael López Aliaga, con 12,10%, se mantenía como el cuarto "en discordia").
De seguir esta tendencia, Fujimori confirmaría su pase al balotaje, el que ya había sido anticipado en la madrugada del lunes por el conteo rápido de la firma Ipsos, sistema que proyecta resultados a partir de una muestra de actas de votación. Si se mantiene en ese puesto, la joven líder del partido Fuerza Popular buscará la presidencia en segunda vuelta por tercer proceso electoral consecutivo. En 2011 perdió ante Ollanta Humala y en 2016 con Pedro Pablo Kuczynski. En esta ocasión su rival será frente a Castillo, que por ahora obtiene el 18,34% de los votos válidos.
El escrutinio oficial arrojaba, además, una participación ciudadana de 73,01%, casi nueve puntos por debajo de la de las elecciones generales de 2016, y una proporción de 16,61% de votos en blanco o nulos. Asimismo, aun con el conteo menos avanzado que para las fórmulas presidenciales, los datos oficiales presagiaban que diez partidos se repartirían las 130 bancas del Congreso unicameral al haber superado el piso mínimo de 5% de los votos válidos.
El partido mejor ubicado en la carrera para el parlamento era Perú Libre, el que postuló a Castillo, con 16,01% de los sufragios válidos, sin chances de obtener mayoría propia. Castillo, un profesor conocido en Perú por encabezar una gran huelga años atrás y que figuraba séptimo en los sondeos hasta poco antes de las elecciones, afirmó que no pondrá "ningún obstáculo" para conversar con los demás partidos con vista a la segunda vuelta.
"Se trata del país y por el país tenemos que deponer cualquier actitud; por mi parte no van a tener ningún obstáculo, no solo para dialogar, sino para recoger la experiencia de sectores políticos; tienen aquí a un partido y a una persona dispuesta para sacar adelante al país", dijo Castillo.
Fujimori y De Soto, en cambio, llamaron a esperar los resultados oficiales finales, aunque ya anoche, cuando solo se conocían las encuestas a boca de urna en las que empataban el segundo lugar, se mostraron predispuestos a acordar entre ellos.
Los peruanos, que tuvieron cuatro presidentes y dos Congresos en lo que va del actual período quinquenal de gobierno debido a recurrentes crisis políticas, acudieron a las urnas a elegir un nuevo mandatario entre dieciocho candidatos, sin ningún favorito, mientras la pandemia de coronavirus no da tregua al país.
"Nunca en la historia los porcentajes conseguidos por los dos candidatos más votados han sido tan bajos, por lo que quienes pasen al balotaje deberán conquistar por lo menos el 70% restante", explicó el politólogo Fernando Tuesta. En los comicios del domingo pasado compitieron dieciocho fórmulas por la presidencia y veinte por el Congreso.
El escrutinio oficial continuará hasta procesar el 100% de los votos y la última palabra sobre quiénes van al balotaje del 6 de junio la dará el Jurado Nacional de Elecciones, lo que puede tardar casi un mes. La campaña estuvo marcada por la pandemia, y por la apatía y el hartazgo de los peruanos, al término de un quinquenio lleno de convulsiones, en un país sin partidos políticos fuertes donde el candidato importa más que la ideología.
Los comicios coincidieron con el momento más brutal de la pandemia de coronavirus en Perú. El país acumula alrededor de 1,6 millones de casos y casi 55.000 muertos por Covid-19. Reflejo de la frágil situación sanitaria es que seis candidatos han contraído el coronavirus, tres de ellos en la última semana: George Forsyth, José Vega y Marco Arana.
La semana pasada hubo 9.667 contagios promedio al día, la cifra más alta en 13 meses de pandemia, y el sábado hubo un récord de 384 muertos, casi el doble que la cifra diaria de las últimas diez semanas. El nuevo presidente debe asumir el 28 de julio, día en que Perú conmemora el bicentenario de su independencia, y tiene el reto de superar la emergencia sanitaria, la recesión económica y la crisis política en una nación de 33 millones de habitantes.