Por Mariana Páez (*)

Del silencio a la palabra

Los docentes y las docentes no tuvieron instancias de mirarse, escucharse, tomar la palabra, poner en común sentires para colectivamente acordar, proponer e imaginar cómo puede ser la escuela en estos tiempos. 

Gentileza Brazos y piernas cruzadas cerrando la llave que abre algún tipo de comunicación. El silencio e incomodidad.

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