Desde la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), profesionales promueven la iniciativa que busca declarar al mono carayá, ‘’mono aullador’’ o ‘’Alouatta caraya’’ como Monumento Natural de la Provincia de Corrientes. La misma se fundamenta principalmente en las necesidades de protección de los ejemplares así como de sus ambientes, y del desafío de instrumentar la conservación de animales en zonas de bosques y áreas urbanizadas.
En base a la ley vigente en la provincia, podrán ser declarados “Monumentos Naturales” provinciales las áreas, cosas, especies vivas de animales o plantas, que por su interés estético, valor histórico o científico, se les acuerde protección absoluta.
Para preservarlo
Piden en Corrientes que el mono carayá sea declarado Monumento Natural
La propuesta es motivada por la Universidad Nacional del Nordeste, la cual manifiesta la necesidad de proteger la especie que perdió ejemplares considerablemente durante la última década.
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Dicho nombramiento los hace inviolables, no pudiendo realizarse en ellos o respecto de ellos actividad alguna, excepto las necesarias para su cuidado, investigaciones científicas o inspecciones oficiales permitidas por la autoridad de aplicación.
En relación a la propuesta, uno de sus promotores, el Dr. Martín Kowalewski, indicó que la propuesta pretende visibilizar la situación de estos primates que es muy común verlos en reservas naturales, campos y hasta en la ciudad, pero de los cuales la sociedad muchas veces desconoce las problemáticas que atraviesan para su conservación.
Kowalewski es parte del Departamento de Comunicación Institucional del Rectorado de la UNNE, director e investigador de la Estación Biológica Corrientes (Conicet) y docente de la Cátedra “Ecología del Comportamiento” de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE.
El investigador agregó: “¿Por qué es necesario declararlo Monumento Natural? Porque los monos aulladores enfrentan una declinación de sus poblaciones que tiene entre las causas más relevantes a la acelerada alteración y modificación de su hábitat natural, afectado por ejemplo por desmontes o quemas intensivas, y porque muchas áreas que eran corredores naturales de estos monos ya no lo son”.
También detalló que en muchos lugares donde antes había monos aulladores, en la actualidad ya no los hay o son muy difíciles de encontrar. La población fue diezmada con mayor fuerza en los últimos años como consecuencia de la ola de fiebre amarilla en 2008.
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