Otro sueño olímpico de Rézola duerme en Hungría

No se trata de plagiar a Jorge Coscia y Guillermo Saura, pero el primer título sería: "Rubén, de El Quillá a Estambul". Es que Rubén Rézola, en el peor momento de la pandemia, logró exiliarse (como Mirta, de Liniers) en su sueño olímpico. Es que, a pesar de todo, los Juegos Olímpicos de Tokio están a la vuelta de la esquina. Otra vez, una vez más.

El viaje, para variar, fue una odisea. Primero, de Ezeiza a Estambul, con noche en un hotel de Turkish Airlines. Al otro día, a la tarde, camino a Budapest. De ahí, dos horas largas en micro para llegar a Szeged, la tercera ciudad más grande de Hungría, la más importante del sureste del país y la capital del condado de Csongrád, situada a orillas del río Tisza.

Ese río de Europa central que fluye por Ucrania, Rumania, Hungría, Eslovaquia (un cortísimo tramo fronterizo) y Serbia, hasta desembocar en el Danubio, del que es su mayor afluente.

Szeged lo recibió con mucha lluvia y frío a Rubén Rézola, además de un previsible combo de testeos Covid-19. "Cada cuatro días te hacen el test, ya pasé el segundo; el jueves toca otro más y así", cuenta a El Litoral. Su búnker es el DOM Hotel, una especia de catedral gigante. "Cada 30 minutos pasan los micros oficiales de la organización para poder ir a la pista", agrega.

-¿Cómo se compone la delegación oficial de la Selección Argentina de Canotaje?

-Estamos bajo la conducción de Diego Angione como entrenador, que es el mismo que nos entrenó en el K1 200 metros para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Somo seis en total: dos de K1 1.000 metros; dos mujeres para el K1 200 metros; dos varones para el K1 200 metros.

-¿Ya están confirmadas las fechas, horarios y tandas?

-Sí, el programa es tremendo. Acá está todo el mundo de verdad, lo mejor de lo mejor, como si se corriera Copa del Mundo y Juegos Olímpicos al mismo tiempo. En mi caso, que vengo del lote número 4, voy a estar arrancando la serie este viernes a las 9.12 de Hungría; o sea 4.12 en la madrugada de Santa Fe. Luego, sueño con meterme en las finales del sábado para ir por el boleto a Tokio.

Para tener una idea, a Rubén Rézola le tocó el llamado Grupo 4, junto a otros siete rivales. Son ocho en total y el primer "corte" clasifica a los primeros cuatro y a los tres mejores quintos por tiempo. En la semifinal, soñando con el día sábado, van los tres primeros. Y la final, también el sábado, con los nueve mejores del mundo en esa especia lidad de K1 200.

-Ya lo hablamos en Santa Fe: ¿será un mano a mano final con Ezequiel Di Giácomo pensando en la bandera argentina?

-Es así, va uno u otro. Pasa que acá está el máximo nivel de la disciplina; están todos los mejores. Por el estudio de cada zona de movida para el viernes, la serie de Di Giácomo aparece como "más accesible" que la mía "por nombres". Nosotros vamos a definir acá y el que queda mejor, va a Tokio. La exigencia de lo que se viene es la mejor medida pensando en los Juegos.

¿Quiénes serán los otros siete rivales de Rubén Rezola este viernes a las 4 de la mañana de Santa Fe en la lejana Hungría y camino a Tokio?. En ese "K1 Men 200 m- Heat IV" estarán con sus números: 1) Saúl Craviotto (España); 2) Sandor Totka (Hungría); 3) Rubén Rézola (Argentina); 4) Aleksejs Rumjans (Letonia); 5) Arturas Seja (Lituania); 6) Stav Mizrahi (Israel); 7) Kostja Stroinski (Alemania); 8) Mohamed Alí Mra (Túnez).

-¿Cuáles son tus sensaciones a horas de las series?

-¡Que los quiero despiertos a las 4 de la mañana el viernes! (risas). Primero, siento que uno es un privilegiado de estar acá, porque en una pandemia sólo pude salir de mi país y entrar a Hungría con la excusa olímpica. Acá los controles son tremendos, voy a completar cuatro hisopados antes de competir. Y en cuanto al sueño, voy con todo. Acá está lo mejor del mundo, vine por ésto y quiero dejar todo entre viernes y sábado. Quiero aprovechar lo que es El Litoral para mi familia, mi vieja, mi novia, mi club El Quillá donde nunca me falta nada, los sponsors y todos los profesionales que me asisten, que son muchos.

No hay dos sin tres

Desde el año 2009, Rubén Rézola está en el equipo de mayores, por lo que representa a la Argentina hace 15 años: arrancó a los 14 y hoy tiene 29. La mitad de su vida, arriba del bote.

- Fue quinto puesto en el doble kayak (K2) de 200 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y fue octavo en la final B del single (K1) de 200 metros en la cita olímpica de Río de Janeiro 2016.

- Obtuvo tres medallas panamericanas, con la de plata en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 (K2 200 metros con Miguel Correa); la de oro en los Juegos de Río 2015 (K2 200 metros con Ezequiel Di Giácomo) y la de bronce en la cita de Lima 2019 (K1 200 metros).

- Fue tres veces mundialista y top ten: 9º en Szeged (Hungría) 2011 y Milán (Italia) 2015, y 7º en Racice (República Checa) 2017.

Agradecimientos

"Principalmente a mi familia, novia y amigos", dice Rubén desde Hungría. A mis auspiciantes Red Sport, Sotic y Ena Nutrition, como así también a RSE (Sancor Seguros). "Me acompaña la Cámara de Diputados (Natalia Armas), Woka fitness y los siguientes profesionales: María Emilia Eberardt (psicóloga); Omar Ajun y Alejandro Enjuto (kinesiólogos); Gabriela Marino (quiropracta).