Fabián Solaro: "Uno con perseverancia, trabajo y disciplina puede perseguir sus sueños y lograrlos"
El cantante lírico paranaense contó su experiencia como único representante de Argentina y América Latina seleccionado para el festival "To road to Yalta" en homenaje a La Victoria Rusa contra el régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Gentileza Fabián Solaro y Ekaterina Guseva interpetando Vals Accidental en la final del festival internacional de música To road to Yalta
Fabián Solaro es profesor de canto, flauta traversa y Educación Musical, egresado de la Escuela de Música Danza y Teatro Prof. Constancio Carminio de Paraná, que depende de la Universidad Autónoma de Entre Ríos; y, en la actualidad es presidente y coordinador del Ópera Estudio del Paraná que es una asociación civil y cultural dedicada a promover el género lírico.
Sus estudios musicales comenzaron con el piano, a sus ocho años. Posteriormente, a sus 14 años, ingresó al coro lírico paranaense de la Asociación Verdiana, donde se destacó mientras también desarrollaba su carrera en la Escuela de Música Carminio, donde también fue docente -hoy jubilado- en el nivel medio. A su vez, fue director de la Escuela Coral Mario Monti del Consejo General de Educación de la provincia de Entre Ríos.
En el Instituto Superior de Música de la Universidad Nacional de Santa Fe cursó las carreras de Flauta traversa, Canto y Dirección orquestal.
“Siempre supe que lo que me gustaba era la música, el canto y la actividad coral y siempre fui por ese camino, tomando clases, viajando también al exterior para tomar clases y cursos, y me fui formando no solamente en canto sino también en otras disciplinas que tienen que ver con la música...“Ahora, con más tiempo, estoy de lleno abocado a lo que es el canto; ahora me estoy dedicando a mí (se ríe)...a seguir perfeccionándome y a mi carrera”, explica el tenor a El Litoral.
Camino a Yalta
“A través de una invitación de la Casa de Rusia en Entre Ríos, en abril de 2020 fue invitado a cantar una canción en ruso para conmemorar el 9 de mayo la fiesta de La Victoria Rusa contra el régimen nazi. “Ahí aprendí la primera canción, “Noche oscura”, y a partir de ahí comencé a aprender otras canciones para algunas fechas importantes rusas y me fui conectando con el sentido de las canciones de la Gran Victoria en la Segunda Guerra”, comenta Fabián.
“Cuando empezó el aislamiento por la pandemia -continúa-, empecé a estudiar canciones rusas por fonética en ruso, entonces la profesora me mandaba las letras y yo las estudiaba, escuchaba otras versiones para compenetrarme con el sentido de cada una”. “Y para fin de año surgió la posibilidad de este concurso y nos metimos en las bases: había que elegir una canción entre quince, en ruso, pero con el agregado de que había que traducirla al idioma original de cada participante; lo difícil fue traducir la canción del ruso al español para no perder el sentido de lo que se quería transmitir; entonces eso llevó a trabajar con dos traductoras de ruso – español, y con una colega cerramos la parte musical”, detalla.
“Esa versión cantada en español la envié a Rusia y de entre 300 inscriptos fui seleccionado entre los quince semifinalistas, con todos los gastos pagos...y así tuve la gran posibilidad de viajar a Rusia, a Yalta, que queda en la península de Crimea, frente al Mar Negro, al norte de Turquía”, dice con orgullo.
Cabe destacar que Fabián fue el único Argentino y Latinoamericano seleccionado para el festival. Hubo representantes de Canadá, Estados Unidos, Portugal, Austria, Italia, Turquía, India, Israel, China, entre otros.
La organización le pagaba a un acompañante todos los pasajes aéreos y la estadía en Rusia. “Entonces una amiga, profesora de inglés, se prestó a viajar conmigo, haciendo de traductora de inglés”, comenta el cantante. Y aquí la historia se pone mejor...
El viaje a Rusia
“Ni bien llegamos al aeropuerto de Moscú nos estaban esperando: paramos en un hotel al lado del aeropuerto, y al día siguiente viajamos a Yalta con los demás participantes y ahí empezó una experiencia maravillosa: viajamos en otro avión unos dos mil kilómetros, todo fue perfecto, excelente y nos hicieron sentir como estrellas, siempre fue excelente la atención y la calidez de la organización”, narra Fabián. “Fue muy movilizante todo”, asegura.
Y en relación al pueblo ruso destaca que “no es que sean distantes, su calidez es diferente pero no por eso son menos cálidos”: “Nos pusieron a disposición dos voluntarios, a mí me tocó una chica de 19 años que estudiaba la carrera universitaria de Idiomas, para solucionar cualquier situación y coordinar con la organización, cada vez que teníamos que salir del hotel nos esperaban para transportarnos, para los ensayos, para las comidas, para los conciertos; el trato siempre fue muy cálido, incluso a pesar de la diferencia del idioma”.
El festival
En cuanto a la motivación del festival “Camino a Yalta” ("To road to Yalta"), Fabián aclara que el pueblo ruso “valora el esfuerzo de todo lo que les costó poder ser libres, porque fue una guerra y pasaron realmente momentos muy difíciles”. “Por eso digo que yo a partir del año pasado, cuando comencé a conectarme con toda la cultura rusa entendí la importancia de estas canciones, de todo el repertorio: el 90% de la población ha tenido un pariente que participó en la guerra y un pariente fallecido en la guerra”, explica. “Ahora -prosigue- yo valoro el heroísmo y el patriotismo del pueblo ruso porque a pesar de lo tremendo y las grandes pérdidas humanas que tuvieron pudieron levantarse, seguir adelante y ser hoy una gran potencia”.
STRUSHA Fabián Solaro y Ekaterina Guseva
Fabián Solaro y Ekaterina Guseva - Foto: Facebook Fabián Solaro
“Son conciertos muy emotivos porque participan también héroes de guerra, hombres y mujeres con condecoraciones, y más allá de que las canciones estén aggiornadas al estilo musical actual, el sentido y el espíritu permanece intacto, entonces el Festival Camino a Yalta tiene que ver con rescatar y mantener viva esa fuerza que transmiten las canciones -explica-, así que el público, a través del aplauso valora y agradece muchísimo que artistas de todo el mundo puedan interpretar este repertorio”. “Realmente, lo agradecen muchísimo”, insiste.
Y recuerda: “En la semifinal canté solo mi canción -en español “Vals accidental”- en un teatro pequeño muy bonito; pero, en la final, en un escenario frente al mar, canté mi canción a dúo con una de las máximas estrellas rusas, que es actriz, cantante y presentadora de televisión, Ekaterina Guseva: haber cantado con ella, con la orquesta, en ese escenario y el público, fue una experiencia increíble, y más allá de que ella habla solo ruso y yo solo español -aunque teníamos una traductora- desde los ensayos compartimos momentos muy lindos. Incluso fue ella quien vino a presentarse e inmediatamente conectamos”.
Las redes sociales, al auxilio de la brecha idiomática
Y además de la gran experiencia, Fabián cuenta que se armó “un grupo muy lindo”: “gente joven que está haciendo su carrera en distintos géneros musicale y un montón de gente que había participado de la organización, un grupo de cubanos que habían estado en la edición anterior del festival, otra gente que habla español y vive en Rusia y rusos que hablan español me fueron luego pidiendo amistad, ¡y se me llenó el Facebook de gente!”, asegura. “Ahora -continúa-, seguimos conectados mediante las redes y vamos viendo las novedades de cada uno, son muy lindos contactos que ahora hay que mantener y ver si surgen nuevos proyectos”.
“Y mi entorno familiar y mis amigos están muy felices por mí, porque después de tantos años de trabajo y de estar en esto se dio esta oportunidad increíble; pero, más allá de que me he preparado, tengo que agradecer a la Casa de Rusia en Entre Ríos y su directora, Svetatlana Zajarova de Valente”, insiste y repite varias veces el agradecimiento a la institución.
Perseguir los sueños
“Yo creo que uno con perseverancia, trabajo y disciplina puede lograr lo que se le ocurra, perseguir sus sueños y lograrlos”, asegura Fabián. “Para mí, haber estado en Yalta es un sueño cumplido así que hay que seguir el camino, perseverar y confiar en el amor que uno tiene para hacer las cosas; yo creo que ese es el secreto: tiene que ver con cierta obsesión con lo que a uno le apasiona”, opina.
“Son muchos años de mucho trabajo, mucho estudio, y ahora estoy retirado de la docencia parece que recién estoy empezando porque tengo todo el ímpetu y las ganas de seguir creciendo y esto fue una enorme caricia”, concluye el tenor.