El ministro de Salud Pública de Paraguay, Julio Borba, negó que el gobierno de su país planee volver a una Fase 0 de la cuarentena para frenar la ola de coronavirus que afecta al país, a pesar de que desde el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram) hayan reclamado un confinamiento estricto de dos semanas.
"No, vamos a sentarnos a evaluar qué más podemos hacer. Yo en ningún momento hablé de volver a la Fase 0. Vamos a sentarnos a mirar las medidas que podemos llegar a tomar, a fin de ver y paliar esta situación en la que nos encontramos actualmente", contestó Borba al ser consultado sobre la opción de volver a una cuarentena total.
El ministro habló con la prensa en el Palacio de Gobierno, tras la recepción de veinte camionetas 4x4 por parte de la Itaipú Binacional para el operativo de distribución de vacunas anticovid, la logística de vacunatorios e inoculación de casa por casa.
El viceministro de Salud, Hernán Martínez, había anticipado el martes que "es difícil volver a una fase 0", afirmando que, por el contrario, lo que se podrían realizar son "restricciones por zonas". Por otra parte, Martínez aseguró que desde Salud seguirán trabajando sobre tres ejes: sostener los servicios, dar continuidad a las gestiones para conseguir las vacunas y apelar a la ciudadanía a que no es el momento de fiestas ni eventos.
El neumólogo Carlos Morínigo, del Ineram, pidió un al gobierno una cuarentena estricta por dos semanas ante el aumento de casos de coronavirus. Mencionó que, caso contrario, la cifra de fallecidos podría aumentar cada vez más. En los últimos días se registraron más de 100 muertes por día. Algunos sectores enseguida se pronunciaron contra la cuarentena total, entre ellos la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), señalando que podría ser catastrófico para la economía local, ya que solo se aplica al sector privado.
"Desde hace más de un año venimos respetando irrestrictamente los protocolos de seguridad sanitaria, buscando incansablemente no afectar el trabajo de las familias que dependen de nosotros. Nos ha tocado cerrar empresas y quedarnos en nuestras casas pensando cómo minimizar en lo posible despidos, o suspensiones de empleos, con grandes sacrificios económicos, emocionales y mentales", sostiene la CAP en un comunicado.