El Club Náutico Azopardo es una institución social y deportiva que en estos último 5 años decidió "resurgir de la cenizas", cual ave Fénix, y aprovechar el estratégico y privilegiado lugar donde se encuentra ubicado, transformando completamente sus antiguas instalaciones, con un tinte social y turístico muy autóctono, sin descuidar sus actividades deportivas y culturales, que se multiplicaron, revalorizando y promoviendo valores que incluso trascendieron los propios límites geográficos del club.
En palabras de sus dirigentes, nos cuentan que, en una primera etapa, se logró renovar las instalaciones, algo que se sigue haciendo hasta la fecha, con mucha voluntad y la ayuda de los escasos socios con que contaba la institución, mucho esfuerzo y trabajo personal, que luego de la caída del histórico y maltrecho tinglado, generó una resiliencia en sus integrantes, que motivaron aún mas la pronta recuperación de su lugar.
El intenso trabajo comenzó a dar sus frutos y se optimizaron espacios que nunca fueron utilizados, ya sea los salones de fiestas sociales, el piso superior del añoso comedor, que en breve se transformó en el moderno Gimnasio de dos niveles donde se encuentra el KRC; el viejo comedor obtuvo una transformación total, con matices y características portuarias (su interior está restaurado con el desguace de un barco, que se encontraba hundido en el dique de nuestro puerto), y un bellísimo deck que balconea nuestra laguna a la sombra del emblemático Puente Colgante; logrando una refundación del club en octubre de 2018.
Con esta última remodelación, la institución comenzó la recuperación de algunos referentes que caracterizaban al club de antaño, tal como es la mejora en la "actividad deportiva del canotaje", el otrora comedor de pescados -hoy a cargo de "Azopardo Club"-, las fiestas de carnaval, con la tradicional quema del "Rey Momo", entre otros refuerzos culturales, como el "festival folklórico del Agua y el Remo"; "fogones culturales", cursos y capacitaciones en fotografía, salud, alimentación, etc.
Pero su ambición y deseos de mejorar no terminaron allí, y fue entonces cuando aquella "Resiliencia" se transformó en "Sinergia" y entendieron que con objetivos claros y nobles, entre todos se podría lograr un poco más... De esta forma y bajo el lema que se puede leer en sus paredes -"De cara a la naturaleza"- comenzaron a generar y promover conciencia en el cuidado y respeto por nuestro ambiente, primero entre los socios y luego a la comunidad que lo rodea, ya sea en la separación de residuos, limpieza del Riacho Santa Fe, intervención y debates en paneles de investigación y comunicación del cuidado del ambiente y hasta la instalación de sus propias composteras y biodigestor en la zona de playa. A ello se le suman las campañas solidarias de: "un Juguete por una sonrisa" para la Escuela de la Vuelta del Paraguayo; "Una Historia por un lápiz" para la escuelita de Alto Verde, Campaña del Abrigo, de la frazada... entre muchos más que llenan el espíritu de sus integrantes y dignifican completamente a la institución.
Hablando con algunos de sus dirigentes, Fabio Cremón (presidente) Rubén Mieldizuk (vice) y Laura Berretoni (sec. gral.) , nos cuentan que el club, además de su recuperación edilicia, logró aumentar significativamente la cantidad de socios hasta superar un récord histórico de 1000, entre los que se encuentran los "Azoparditos" y "Alacranes", niños y adolescentes que practican actividades náuticas en kayak, bajo los principios y respeto a la naturaleza, llenando de vida a la prolífera instituciones, entre otras actividades deportivas como Escalada en Palestra, Yoga, Karate, Curso de Conductor Náutico, Curso de Canotaje para adultos, y las famosas Travesías Náuticas organizadas por el club.
En el diálogo, resaltaron que "resulta muy gratificante contemplar cómo en el crecimiento institucional se ven realizados objetivos y sueños personales de sus integrantes-socios que encontraron su lugar de contención y sobre todo un sitio 'desintoxicante'. En fin, descubrimos que nada impide la alegría y el crecimiento de este club, ninguna crisis económica, ni siquiera una pandemia ("a la que le cantamos falta de envido y truco"). Nos transformamos de a poco, por causa y azares en un club muy original... en el club que soñamos, que queremos, que nos gusta. Un club libre, un club que tiene muchos campeones, pero no en la primera división de un deporte, sino campeones en la formación de valores y la salud. Dos componentes esenciales que deben primar en un club".
Una buena noticia, en el medio de tanta tragedia merece ser contada...