"Si no sos mía no sos de nadie" fue lo único que le escuchó a decir a su ex pareja antes de que la acuchillara en el pecho, cuando se presentó en su casa de Barrancas violando una medida de distancia. A menos de un año del hecho, este lunes 13 comenzará el juicio por el intento de femicidio, en el que la fiscalía solicitará una pena de 15 años de prisión.
Los fiscales Marcelo Nessier y Martín Torres presentaron la acusación contra Alberto Javier Márquez (41) por los delitos de "tentativa de homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio)" e "incumplimiento de mandatos judiciales".
El tribunal de juicio estará compuesto por los jueces Rosana Carrara, Nicolás Falkenberg y Luis Octavio Silva. El representante legal de Márquez será el abogado Juan Bautista Fossa, quien lo viene acompañando a lo largo de este proceso. La fiscal de Homicidios Ana Laura Gioria reemplazará al Dr. Torres durante el debate que comenzará este lunes 13 a las 8.30.
La historia se hizo conocida en la zona. Un tipo celoso y golpeador, a quien la madre de sus siete hijos denunció en múltiples oportunidades, que violaba los mandatos judiciales que le impedían contactarse y acercarse a ella. Arribó a la casa de su ex esposa una tarde, armado con una cuchilla, e intentó matarla.
El 18 de septiembre del año pasado la mujer barría la cocina de su vivienda, ubicada sobre calle Paganini sin número de la localidad de Barrancas, cuando Márquez irrumpió en el lugar. Ella le advirtió "andate porque vos no podés estar acá" y comenzó a dirigirse hacia su habitación. Él la siguió, sacando de entre sus ropas una cuchilla de 25 cm. mientras le respondía: "Ah bueno, si no sos mía no sos de nadie".
Entró a la pieza corriendo detrás de ella y la tiró sobre la cama. Ella llegó a alzar las manos justo a tiempo para evitar que le clavara el arma blanca en la zona del cuello. Forcejearon, y si bien la mujer logró que Márquez descendiera un poco sus manos, no logró repeler su ataque. La cuchilla terminó incrustada en su pecho, más precisamente en el hemitórax izquierdo.
La sangre brotó a borbotones, manchando a Márquez. Días más tarde ella declararía que él "se reía cuando me pegó la puñalada". Lo empujó y, como pudo, corrió hacia la calle y acudió a una vecina. "La sangre me salía a chorros, no podía respirar", recordó, se sentó en una silla mientras la mujer se comunicaba con el 911, y se desvaneció.
"Vengan al Barrio Norte que Juan Márquez apuñaló a su mujer" dijo la vecina cuando se comunicó con la policía. No causó gran sorpresa. Después de todo, no sería la primera vez que los oficiales deberían dirigirse a aquella casa y arrestar al acusado.
Fueron ellos, de hecho, quienes lo habían notificado de la prohibición de contacto y acercamiento a menos de 300 metros que pesaba en su contra. Además, sabían que Márquez ya contaba con una condena previa por hechos de violencia contra la madre de sus hijos. Era una cara conocida, un habitué de la comisaría.
Arribaron casi al mismo tiempo que la ambulancia, que se llevó a la víctima. Un grupo de vecinos les informó que el agresor se había dado a la fuga corriendo por un campo. Lo encontraron a 1 kilómetro del lugar del hecho. Sus ropas manchadas con la sangre de la mujer a la que alguna vez prometió cuidar, amar y respetar.
Cuando vio a los policías, les informó que llevaba la cuchilla consigo -la cual fue secuestrada-, lo esposaron y subieron a la parte trasera de una camioneta. Durante su traslado a la comisaría, les manifestó espontáneamente: "Ya perdí", "me volví loco y la hinque".
Márquez fue imputado y desde entonces permanece en prisión preventiva, a la espera del juicio, que ya está próximo a empezar. La mujer logró recuperarse pese a la gravedad de sus heridas, ingresó de urgencia al Hospital José María Cullen y el trabajo de los médicos le salvó la vida.
Cuando se la entrevistó en cámara Gesell, la víctima señaló "que tiene miedo y no sale ni para ir al baño (que está afuera de su vivienda), y que nunca sintió tan cerca la muerte". También aseguró "que sabe que si Márquez sale la va a matar, que le cuesta dormir y está medicada".
En su acusación, la fiscalía señala que el ataque se desarrolló en "un contexto de violencia de género, en el que el imputado impuso su superioridad física sobre la víctima, en una relación violenta, ceñida por los celos, y recriminaciones sin sentido, que atentan contra la libertad, la dignidad, la integridad física y psicológica" de ella. Este lunes, en la primera jornada del debate, volverán a reiterar su solicitud de 15 años de prisión por la tentativa de femicidio.