La jueza en lo penal de Rafaela, Cristina Fortunato, condenó a dos hombres, involucrados en el cruento homicidio de un vecino, ocurrido en 2019, en un asentamiento de las afueras de la ciudad cabecera del departamento Castellanos.
El brutal crimen ocurrió en 2019, en una zona denominado Basural Viejo, en las afueras de Rafaela. La Justicia impuso penas al autor y su cómplice.
La jueza en lo penal de Rafaela, Cristina Fortunato, condenó a dos hombres, involucrados en el cruento homicidio de un vecino, ocurrido en 2019, en un asentamiento de las afueras de la ciudad cabecera del departamento Castellanos.
Mariano Rubén Duarte (25) recibió 12 años de prisión por el asesinato de Miguel Villalba (34); mientras que a su cómplice, Ricardo Blanco (37), le dieron cuatro años de cárcel como autor de encubrimiento agravado.
La sentencia fue impuesta en el marco de un juicio abreviado, que se llevó a cabo este lunes en los tribunales rafaelinos y que contó con la participación del fiscal Carlos Vottero.
"Duarte fue condenado como autor del delito de homicidio simple", en tanto que "la condena a Blanco es porque colaboró con Duarte para ocultar el cuerpo de la víctima en un pozo", explicó el representante del MPA.
El crimen se remonta a la madrugada del sábado 20 de abril de 2019, en una precaria vivienda del asentamiento Basural Viejo de Rafaela, el cual está ubicado 2,5 km al norte –por la avenida Italia– de donde finaliza la zona urbana.
Vottero explicó que "el condenado y la víctima compartían la casa en la que fue cometido el homicidio". Duarte "utilizó un hacha –con mango de color amarillo– que había en el lugar" y "le propinó golpes en la cara y en el cuello, los cuales le provocaron numerosas heridas que generaron la muerte inmediata".
En cuanto al otro condenado, relató que "Blanco –que era vecino del lugar– y Duarte usaron el hacha y un machete para realizar maniobras tendientes a desmembrar el cuerpo de Villalba y ocultarlo en un pozo ubicado en el asentamiento".
Paradero
Familiares de la víctima radicaron un pedido de paradero el lunes 22 de abril, atento a que nada se sabía de Villalba desde el sábado previo. En base a la información suministrada por el entorno de la víctima y las sospechas crecientes de que algo grave había sucedido, se ordenaron rastrillajes en la periferia rafaelina, hasta que efectivos policiales del departamento Castellanos dieron con el cadáver durante la madrugada del martes 23 de abril.