El aislamiento en pandemia agravó los síntomas y frecuencia del Alzheimer
Las estadísticas están mostrando que 2 de cada 3 personas, que padecían esta enfermedad, empeoraron su condición. Como también aumentó la cantidad de nuevos casos.
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18:09
Hoy 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada año en todo el mundo se llevan adelante actividades para concientizar y ayudar a prevenir, esta enfermedad neurodegenerativa.
Por esta ocasión, este medio entrevistó al Dr. Hugo D. Valderrama -médico neurólogo, Máster en Neurociencias, Mat. 5010-, el cuál brindará el día de hoy, una charla online y gratuita para toda la comunidad, declarada de interés por el Consejo de la Ciudad. La misma será emitida por las páginas de instagram y facebook @neurologohv, a las 20:00hs, con el título: “Hábitos para un cerebro saludable y asesoría para familiares de personas con Alzheimer”.
¿Cuánto necesita el cerebro, el contacto social?
Tanto como al agua. Literalmente una red cerebral que detecta la falta de líquido, también se enciende frente a la falta de contacto social. Por suerte no es tan rápido el daño como en la deshidratación, pero si a mediano y largo plazo produce que se altere nuestra conducta y también puede repercutir sobre nuestra cognición, las funciones mentales.
¿Cómo perjudicó el aislamiento, al cerebro del paciente con Alzheimer?
El aislamiento puede afectar a cualquier cerebro, para un paciente que padece Alzheimer, es además, lo contrario al tratamiento. Cuándo fue la espada contra la pared, muchos que quedaron sin estímulos sanos diarios por distintas causas, agravaron salteando escalones en la progresión.
Ya sea potenciando la alteración en las funciones mentales, como también sobre la conducta, por ejemplo, ansiedad, irritabilidad, agresividad, delirios, apatía o indiferencia.
¿Este mismo aislamiento, pudo desencadenar la enfermedad en cerebros sanos?
Es un factor de riesgo muy importante para la enfermedad, cuanto más dure y cuanto más intenso sea el aislamiento. Esto significa que si los factores de riesgo fuesen “números en un sorteo, para sacarse la enfermedad”, este sería uno. A su vez, la persona ya podía tener otros “números” como ser, los que afectan a las arterias (hipertensión, diabetes, colesterol, tabaco), sedentarismo, obesidad, trastornos psiquiátricos crónicos, trastorno del sueño crónicos, etc. Ninguno de ellos necesariamente tiene que ser determinante, pero cuantas más se suman, más chances de padecer esta enfermedad de origen multifactorial.
¿Recientemente la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA), aprobó un fármaco para el Alzheimer, es una cura?
No es una cura, sino que el objetivo según el laboratorio que lo produjo, es frenar o retrasar el avance de la patología cerebral, cuando se encuentra en etapa leve. Pero su aprobación generó controversia, ya que hay expertos en el mismo EEUU, que cuestionan su efectividad. A esto se suma el costo, que según informaron, sería mayor a 50.000 mil dólares anuales. La FDA lo aprobó la fase III (estudio con grupos de pacientes) y ahora deberán evaluar la fase IV, que es el estudio de los resultados a gran escala, luego de aprobada comercialización.
Por el momento, no existe un fármaco curativo. Si ya existen drogas como la “memantina o donepezilo”, aprobadas desde hace muchos años, que aumentan neurotransmisores, que están disminuidos en pacientes con demencia. Pero por sí mismos no logran la mayor efectividad, sino que intentan nivelar los sustratos, para que una vez que lleguen estímulos sanos al cerebro, ayuden a conectar las sinapsis entre las neuronas.
Gentileza Conferencia gratuita organizada por la asociación de Neurociencias
Conferencia gratuita organizada por la asociación de NeurocienciasFoto: Gentileza
¿Ésto significa que actualmente el principal tratamiento, sigue siendo no farmacológico?
Así es. Tanto para prevenir la enfermedad, como para demorar su avance, los hábitos saludables para el cerebro, es la base del tratamiento. Los fármacos actuales son un complemento y el neurólogo evaluará su indicación según el posible beneficio, de forma individualizada.
¿Cuáles son esos hábitos?
Son los mismos que además de ayudar a prevenir enfermedades de todo tipo, mejoran la calidad de vida una vez que se aplican. Se pueden dar muchos detalles, pero enumerando: mantener objetivos aunque sean pequeños toda la vida, ya sea para uno mismo y/o para aportar algo a los demás. Dedicar un tiempo a actividades diversas, que ingresen con estímulos por todos los sentidos. Alimentarse saludablemente, dormir las horas necesarias, realizar ejercicio físico aeróbico al menos 20 minutos al día y como ya nombramos, tener un entorno con quien socializar y compartir.
¿Cualquier familiar puede ser cuidador, de una persona con Alzheimer?
Deberían serlo aquellas personas que cuenten con tres puntos básicos: conocimiento, vocación y tiempo. A su vez, hay que individualizar los requerimientos de cada caso. A medida que avanza la pérdida de autonomía de la personas con Alzheimer, mayor dependencia y mayor necesidad de esos tres puntos. El cariño que uno tiene a su familiar, que siempre se desea esté presente, lamentablemente no los reemplaza.
Llega un momento en muchos de los casos, donde la supervisión y/o asistencia debe ser continua y permanente. A lo que se puede agregar la necesidad de un equipo de salud, que asista con estimulación, hasta el tratamiento evolutivo médico y de enfermería diario, por diferentes síntomas que se pueden ir sumando.
Es por ello que juega un papel preponderante, el acceso que cada familia pueda tener a estos servicios, lo cual a su vez tiene injerencia directa las políticas de salud de una nación.
Gentileza Doctor Hugo Valderrama.
Doctor Hugo Valderrama. Foto: Gentileza
-¿Cuáles son los estímulos que se pueden brindar a una persona que padece Alzheimer?
Son muy diversos, dependen de lo que aún puede ser aprovechado por el que padece la enfermedad. Desde estímulo social, con charlas amenas sobre diversos temas culturales, hasta ejercicios de estimulación cognitiva compleja sobre cada función. Podemos nombrar música, baile, instrumentos, artes plásticas, manualidades, lectura, cálculos, ejercicios de orientación, resolución de tareas diarias, botánica, etcétera.
A su vez se debe individualizar, para iniciar por lo que más los atrae, para luego sumar todo lo que sea posible.