Los Colegios de Abogados fueron constituidos para garantizar el ejercicio responsable e idóneo de la profesión, especialmente en un país donde el número de letrados crecía de manera exponencial, como ya se advertía en las primeras décadas del siglo veinte. Hacía 1921, a partir del Colegio de Bahía Blanca nacido en 1908, funcionaban ocho entidades de este tipo en la Argentina bajo el carácter de asociaciones civiles, aunque la idea de la colegiación legal ya se había planteado en el plano legislativo, como lo hizo el senador Miguel Cané en 1900.
La Federación Argentina de Colegios de Abogados
Siete de estos colegios iniciales participaron en junio de 1921 de la fundación de la actual Federación Argentina de Colegios de Abogados, respondiendo a la iniciativa del Colegio de la ciudad de Buenos Aires. Dentro del grupo fundador figura el Colegio de Abogados de Rosario, constituido tres años antes, aunque ya en 1870 había funcionado uno en esta ciudad. Los otros colegios fundadores fueron los de Buenos Aires, Junín, Mercedes (Bs. As.), Mendoza, San Juan y Dolores. El Colegio rosarino estuvo representado en la Asamblea Constitutiva por los doctores J. M. González Sabathié y Benjamín López.
González Sabathié es reconocido como uno de los fundadores de FACA y el autor de las Normas de Ética Profesional que adoptara la Federación, aplicadas actualmente en los colegios de abogados del país. Su larga militancia en el gremialismo forense quedó documentada en las actas de la Junta de Gobierno de FACA, en la que ocupó más de una vez la vicepresidencia.
En el artículo primero de sus estatutos, la FACA fijaba en un decálogo sus fines institucionales, que descubren las ideas vertebrales de la iniciativa de los fundadores. La creación de un vínculo intercolegial, el enaltecimiento de la abogacía y el mejoramiento del gremio, el perfeccionamiento de la Justicia en toda la República, la creación de nuevos colegios y su oficialización.
Desde el principio, la Federación asumía la misión de impulsar la colegiación, apenas iniciada en el territorio nacional, y tomaba la bandera de la oficialización de los Colegios dentro de la organización judicial federal y de las provincias, objetivos que serían sostenidos durante los cien años transcurridos desde entonces, aunque con algunos matices durante algunos períodos y desde algunos sectores del foro.
La integración del Colegio de Santa Fe a la FACA
El 27 de septiembre de 1922 pidió ser admitido en la FACA el Colegio de Abogados de Santa Fe, creado en julio de ese año. Esta entidad, que es antecedente directo del Colegio actual, nació ante la expectativa creada por el proyecto de colegiación legal que el gobernador Mosca envió a las cámaras en mayo de 1921. El proceso de admisión en FACA debía completarse con el envío de estatutos, nómina de socios y estado financiero, trámites que no llegaron a formalizarse. La Ley de Colegiación Legal santafesina Nº 2062 del 20 de junio de 1924 no llegó a regir, pues fue vetada por el nuevo gobernador Ricardo Aldao invocando la libertad de trabajo e industria, por lo que el Colegio santafesino se diluyó, disconforme con ser nada más que una asociación civil.
En la sesión de la Junta de Gobierno de FACA del 25 de marzo de 1925, se daba a conocer una nota del Dr. Amilcar Razori, en la que informaba la disolución del Colegio santafesino y se solicitaba el patrocinio de la Federación para la fundación de una nueva entidad colegial que quedó constituida el 21 de agosto de 1926. Fue su primer presidente el doctor Gregorio Pareda y delegados ante la FACA los doctores Juan B. Dapetris y Elías Guastavino.
La incorporación del Colegio santafesino a FACA tuvo al fin lugar el 6 de mayo de 1927, con lo que la provincia contó con dos de las entidades federadas. Por entonces la Federación reunía ya quince colegios profesionales.
Hasta 1949 los colegios santafesinos fueron asociaciones civiles, aun cuando desde FACA se venía alentando la colegiación legal, con una matrícula obligatoria y un poder de policía efectivo. Ese año se dictó la nueva Ley Orgánica de Tribunales (Nº 3611) que creaba dos Colegios de Abogados, uno en cada circunscripción judicial, sobre la base de las ya existentes asociaciones civiles de Santa Fe y Rosario.
Los nuevos colegios debían solicitar su admisión a la Federación, ahora con el carácter de entidades de derecho público. Así lo hizo el de Rosario en 1952, y fue admitido inmediatamente. Se esperaba que el de Santa Fe lo hiciera en 1953, pero ese año fueron intervenidos ambos colegios por el poder político, por lo que el reingreso se postergó en medio de la fuerte incertidumbre que planteaba la nueva Ley de Asociaciones Profesionales de 1954 y el enrarecimiento del clima político nacional que derivaría en la caída del presidente Perón.
Ambas instituciones desempeñaron un papel relevante en la historia de FACA. El Colegio rosarino aportó dos presidentes, los doctores Carlos Aletta de Sylvas (1972-1973) y Mario Augusto Saccone (1987-1991) y el de Santa Fe otros tantos, los doctores Ángel Fermín Garrote (1993-1998) y Eduardo Massot (2015-2019).
Entre los aspectos más relevantes de la obra de la Federación figura la realización de Conferencias Nacionales de Abogados en las que se abordan cuestiones de fondo del Derecho y aspectos propios de la profesión. Santa Fe fue sede de la V Conferencia Nacional de Abogados en 1940, cuando su Colegio era una entidad de derecho privado, y de la XIV en 2003, ya como entidad oficial de más de medio siglo de existencia legal. Rosario, por su parte, fue anfitriona de la X Conferencia en 1983.
Se suman a la Federación tres nuevos colegios santafesinos
Al dictarse la Nueva Ley Orgánica del Poder Judicial en Santa Fe (Nº 10160), el 26 de diciembre de 1987, la provincia quedó dividida en cinco circunscripciones judiciales, correspondiéndole a cada una un Colegio de Abogados. De esta forma se sumaron a los dos ya históricos de Rosario y Santa Fe, los de Reconquista, Rafaela y Venado Tuerto.
El Colegio rafaelino, constituido el 21 de diciembre de 1988, fue admitido en FACA el 11 de octubre de 1991. La incorporación del Colegio de Reconquista a la Federación tampoco fue inmediata. Conformado el 22 de diciembre de 1988, recién se sumó a la FACA el 22 de octubre de 1993.
La progresiva democratización del foro argentino
Liderada por el conservador Colegio de Abogados de Buenos Aires hasta la década de 1960, la Federación no siempre estuvo a la altura de sus propios fines, como ocurrió ante los golpes de estado de 1930, 1943 y 1955. Fuertemente republicana y federal, faltaba todavía un mayor compromiso democrático que fue consolidándose al multiplicarse los colegios que suman hoy más de 80 entidades.
La matriculación obligatoria de un foro cada vez más numeroso favoreció un pluralismo ideológico que ya fue muy notable en la VIII Conferencia Nacional de Abogados de La Plata en 1970. La posición de FACA con respecto a los quiebres institucionales de 1966 y 1976 fue decididamente condenatoria, implementándose la Comisión de Defensa del Abogado que brindó apoyo a los defensores de presos políticos.
El 20 de julio de 2020, las cinco entidades colegiales santafesinas dejaban constituida la Federación de Colegios de Abogacía de la Provincia de Santa Fe. Sus propósitos son semejantes a los de la FACA a nivel nacional y apuntan al fortalecimiento y defensa de la profesión, del estado de derecho y las libertades individuales, en un marco institucional representativo, republicano y federal.
En el artículo primero de sus estatutos, la FACA fijaba la creación de un vínculo intercolegial, el enaltecimiento de la abogacía y el mejoramiento del gremio, el perfeccionamiento de la Justicia en toda la República, la creación de nuevos colegios.
La provincia quedó dividida en cinco circunscripciones judiciales, correspondiéndole a cada una un Colegio de Abogados. De esta forma se sumaron a los dos ya históricos de Rosario y Santa Fe, los de Reconquista, Rafaela y Venado Tuerto.