Un joven de menos de 30 años recibió en su casilla de mensajes el aviso de que tenía turno para aplicarse la tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus. Había pasado sin más que un resfrío, tos y dolor de garganta, la enfermedad un par de semanas atrás, con el debido aislamiento tras darle positivo el testeo en uno de los centros oficiales. Le llamó la atención la convocatoria, porque suponía que por haber cursado la enfermedad iba a demorarse la tercera dosis (tiene dos de Sinovac) y llamó al 0800 para saber qué hacer. La indicación fue que igual concurra al centro de vacunación de La Esquina Encendida porque pese a la proximidad de su contacto con el virus recibiría igual el pinchazo. No fue así, una vez llegado a Facundo Zuviría y Estanislao Zeballos se le indicó de inmediato que debían pasar al menos 90 días para la tercera aplicación. El muchacho no se fue enojado por haber perdido un par de horas, sino preocupado por las indicaciones en contrario que había recibido del Estado provincial en cuestión de horas.