"En medio de la pandemia, entendí que la soledad es el mayor patrimonio del alma"
El reconocido músico brasileño Toquinho visitará la Argentina este viernes para presentar “El arte del encuentro”, a 50 años de las históricas grabaciones en La Fusa. En la previa del esperado recital, con invitados/as especiales, El Litoral indagó en el presente de un artista que marcó muchas generaciones.
Gentileza Prensa Mis canciones son el retrato de mi cotidianidad. Pongo la vida en la melodía y la poesía .
El viernes 1° de abril, Toquinho se presentará en el Teatro Gran Rex celebrando los 50 años de las míticas grabaciones en La Fusa. En “El arte del encuentro”, el reconocido guitarrista y compositor brasileño estará acompañado por la joven artista Camilla Faustino e invitados/as especiales (Sandra Mihanovich, Roberto Pettinato y Carlos Buono). En esta ocasión, no estará presente su histórica aliada Maria Creuza, debido a temas de salud que le impiden salir de gira y la tienen en observación en Rio de Janeiro. A días del recital, El Litoral conversó en exclusiva con Toquinho sobre pasado, presente y futuro.
Parceiros
-Este viernes presentarán “El arte del encuentro” junto a Camilla Faustino y artistas invitados. ¿Con qué va a encontrarse el público argentino?
-Además de Camilla, el público podrá apreciar el trabajo musical de otros componentes especiales que ciertamente valorizarán sobremanera el espectáculo: Sandra Mihanovich, Roberto Pettinato y Carlos Buono.
-La visita a la Argentina también incluye un recorrido por distintas provincias del país, celebrando 50 años con la música junto a Camilla. ¿Cómo surgió el encuentro entre ambos artistas y desde qué lugares conectan?
-Siempre procuré conservar la jovialidad de los nuevos talentos en mis shows. Ya lo hacíamos con Vinicius. Y continué. Sabiendo escoger, la renovación se mantiene. Camila es una prueba de esto, ella representa el dinamismo de la música brasileña siempre en ebullición en las más variadas tendencias. Brotan talentos, sólo hay que saber elegirlos. Camilla es "minha parceira de palco" (compañera de escenario) desde 2016 en los shows que se repiten por Brasil, América Latina y Europa. Es versátil en lo que hace. Relajada, genuina y talentosa. Su voz armoniza con la mía y nos integramos musicalmente. Ella valoriza el show con su postura suave y encantadora.
Optimista
-“El arte del encuentro” fue reprogramado por la pandemia. ¿Cómo atravesó este momento tan complejo para la humanidad?
-Las crisis son fuente de renovación, tanto del espíritu como de la creatividad que se requiere para superarlas. La necesidad crea capacidad. En medio de la pandemia, gracias al aislamiento, entendí que la soledad es el mayor patrimonio del alma. Y se abrió en mí un volumen optimista de estrategias que favorecieron mi convivencia con las nuevas dificultades.
Fue una adaptación, al principio aterradora. Después me fui amoldando y buscando atajos creativos. ¡Un desafío grandioso! Lo enfrenté utilizando mi arte, la guitarra, mi compañera en todo momento. Estudié mucho e improvisé varios tipos de “lives” como tantos otros. Me dediqué a nuevos proyectos, compuse canciones e, inclusive, no me escondí de las personas.
El futuro llegó sin máscaras ni muros. Volvió el calor humano, la energía popular que nos empuja y activa. Este reencuentro con el público confirma aún más la importancia de la energía que recibo cuando estoy frente a una audiencia. Eso es lo que más me emociona y me impulsa, sobre todo cuando estoy frente a un público tan cálido como el argentino.
Mismo diapasón
-¿Qué significa la Argentina para Toquinho? ¿Qué artistas lo marcaron de nuestro país?
-Siempre es emocionante volver a Argentina. Fue allí donde comencé mi trabajo con Vinicius de Moraes, que dio como resultado una asociación de 10 años llenos de éxitos. Hice de Buenos Aires y de muchas otras ciudades argentinas una extensión de Brasil, en una secuencia constante de espectáculos.
Cuando estoy allí, me siento casi un porteño, por la intimidad adquirida a lo largo de los años con la gente y sus costumbres tan cercanas a las nuestras. La vibración humana es contagiosa en ambos pueblos. Vibramos en el mismo diapasón con la buena comida, las mujeres bonitas, el fútbol y la música. Somos astutos y amables con la misma capacidad. El cariño que recibo aquí es el mismo que recibo allá.
El gran referente para mí es Astor Piazzolla. Y lo conocí en la época de los shows en La Fusa. Apareció acompañado de Amelita Baltar y Horacio Ferrer, “seu parceiro” en varias canciones. Cenamos juntos, elogió nuestra actuación y hablamos de música. Vi algunos de sus shows y siempre nos encontramos por la amistad que tenía con Vinicius, ya sea en el camarín de la discoteca o en Edelweiss, un restaurante que aún existe en Buenos Aires.
Tuve el honor de presentarme en San Pablo en el año 2018 con el quinteto Astor Piazzolla. Creamos un encuentro entre la samba y la bossa nova, ritmos tradicionales brasileños, con el tango argentino. El repertorio incluía canciones como “Aquarela”, “Tarde em Itapuã”, tocadas en tango y grandes obras de Piazzolla, como “Adiós Nonino”.
Whiskies y amigos
-¿Cómo recuerda aquellas grabaciones en La Fusa?
-Aún conservando la nostalgia y el romanticismo de la Bossa Nova, la alegría quedaba en el escenario y se extendía a la audiencia. El clima del show se reflejaba en la relajación de los días vividos en Buenos Aires y las fiestas interminables durante la madrugada. Era una época en la que predominaba la evidencia natural del sonido acústico sin retoques tecnológicos y todo era más espontáneo y transparente. No había magias tecnológicas.
También es destacable el trabajo de los productores y los responsables del sonido. Todo salió perfecto, y quien escucha hasta puede sentirse en el lugar del show. La grabación del disco asimiló esa informalidad bohemia entre whiskies y amigos. El show fue la extensión de la Bossa Nova y el disco se hizo más conocido que la propia Fusa.
Vinicius y Maria
-¿Quiénes son Maria Creuza y Vinicius de Moraes en la historia personal y artística de Toquinho? ¿Cómo describiría el vínculo que los sigue uniendo?
-Aquella temporada en La Fusa se volvió inolvidable. Fue el comienzo de nuestras carreras, estimulado por Vinicius de Moraes. Todo contribuyó a nuestra evolución profesional. El éxito del show, la dimensión que tomó el disco grabado -y que aún está en catálogo-, el ambiente alegre y distendido, una fiesta en cada presentación. Todo queda en la memoria, renovado en cada show que hacemos hoy.
Puedo decir que Vinicius me consolidó como compositor. Después de todo, comencé a trabajar con uno de los mayores poetas y letristas de la música popular brasileña, ya consagrado por tantos éxitos. Dejamos una obra extensa, con más de cien canciones, grabamos unos 30 discos e hicimos más de mil shows. Todo ese trabajo representó para mí un fuerte respaldo para seguir después de su muerte en 1980. Hoy sigo aplicando mucho de lo aprendido junto al Poeta, con una evolución constante.
Lo mismo ocurrió con Maria Creuza, que continúa siendo una compañera de escenario en temporadas de espectáculos que se repiten precisamente por aquel encuentro en La Fusa con Vinicius.
Celebración
-Su primer álbum, “O violão do Toquinho”, cumplió 55 años en 2021. ¿Qué diferencias y permanencias encuentra entre “aquel joven guitarrista...” y el de hoy? Fundamental desde sus primeros años, ¿qué lugar ocupa la guitarra en su vida?
-“O violão” (1966) fue un gran desafío, como la música misma. Representa la búsqueda incesante de lo inédito que puede aparecer en el próximo acorde, en una armonía aún desconocida, pero siempre buscada. Es la obsesión por la perfección y perdura la sensación de una renovación permanente y una mejora constante. La música nos empuja a nuevos tiempos. ¡Es un caminar continuo!
Cada año fortalece al siguiente, y las décadas se diluyen en el descubrimiento de nuevas técnicas y en la extensión de la vigencia, ampliada por los logros y éxitos. El tiempo no apaga lo que nos arde en el alma. Esta larga trayectoria solo puede ser alcanzada con mucha dedicación. Amo hacer lo que hago, el escenario es la extensión de mi hogar. En él soy simple e íntimo con el público.
En medio de este recorrido de aprendizaje surgieron alianzas que potencian mucho mis composiciones. Luego la vida se encargó de mostrarme valores y caminos que supe aprovechar utilizando mi mayor talento: el de instrumentista. Por eso, hay una celebración de cada acorde nuevo, de cada paso sobre el escenario, de cada disco grabado, de cada aplauso del público que se renueva por muchas generaciones.
Gentileza Prensa ?Aquarela? es una canción mágica. Siempre será contemporánea .
“‘Aquarela’ es una canción mágica. Siempre será contemporánea”.Foto: Gentileza Prensa
Contemporáneo I
-Hace diez años, en un recital en el Gran Rex dijo: “Es fácil hacer canciones, lo difícil es hacer la canción justa”. Si tuviera que elegir un par de canciones justas de su repertorio, ¿con cuáles se quedaría? ¿Por qué?
-Es difícil elegir entre tantas que reconozco así. Diría “Tarde em Itapoan”, “Aquarela”, “São demais os perigos dessa vida”, “O caderno”, “O filho que eu quero ter”, “Ao que vai chegar”... por la sintonía entre melodía y letra y por el impacto emotivo que provoca en las personas. Pero también hay muchas otras.
-En 1983 compuso un álbum cuyo nombre es, a esta altura, un himno universal, “Aquarela”. ¿Cree que hay un diálogo entre la canción compuesta hace casi 40 años y este tiempo convulsionado?
-"Aquarela" es una canción mágica. Se mete en el imaginario de las personas, excluyendo tiempo y edad. Siempre será contemporánea.
Contemporáneo II
-Milton Nascimiento, Vinicius de Moraes, Maria Creuza, Chico Buarque, Jobim, Caetano, Maria Bethânia, Toquinho... y tantos más. ¿Cómo describiría esa/s generación/es de músicos fundamentales de Brasil que usted integra?
-Vinicius y Jobim crearon la Bossa Nova, y la generación a la que pertenezco se convirtió en su heredera. Son generaciones privilegiadas porque se ocupan de la belleza melódica, rítmica y poética de la música brasileña y logran preservarla y consolidarla a través de los tiempos.
-El año pasado grabó “Comerte entera” junto a C. Tangana. ¿Qué significó esa experiencia para usted? ¿Qué lectura hace de las distintas expresiones artísticas de la escena musical hispanoamericana?
-Siempre estoy abierto a nuevas tendencias, priorizando mi técnica y mi conocimiento musical. Me gustan las asociaciones. Por supuesto, hay cosas buenas y malas en cualquier segmento musical. Pero si hay calidad, participo con lo mejor de mi estilo. Esta fusión es saludable. Lo que nos saca de nuestra zona de confort es siempre un desafío. Lo que importa es la creatividad y la satisfacción con el trabajo realizado.
-¿En qué proyectos está trabajando actualmente? ¿Cómo es su vínculo con la composición en la actualidad? ¿Qué temáticas y sonoridades lo interpelan?
-Mis canciones son el retrato de mi cotidianidad. Pongo la vida en la melodía y la poesía. Es una característica de mi trabajo, tanto en los temas abordados como en la armonía entre melodía y letra. En 2021 fue lanzado un CD con 12 canciones inéditas en compañía de Paulo Cesar Pinheiro. Actualmente, trabajo en un proyecto donde mis canciones se tornarán aún más contemporáneas.