“Es un volante central más ofensivo que defensivo, con buena pegada, debutó en reserva con 15 años y estuvo a la altura de las circunstancias. Además, tiene panorama de juego y sabe romper líneas”, decía en diciembre de 2011a El Litoral el coordinador Nicolás Frutos respecto de Matías Fantín, el pibe de 16 años al que Unión le acaba de firmar el primer contrato profesional.
El año pasado, tanto Matías Fantín como Juan Ignacio Cavallaro fueron al Anderlecht de Bélgica, por recomendación —justamente— del “Nico” Frutos. Ahora, los dos ya tienen contrato de profesionales: Cavallaro ya debutó en Primera y marcó gol; por ahora Fantín sigue esperando su oportunidad.
Procedente de Barranqueras, provincia de Chaco, el chico confiaba a El Litoral lo siguiente: “Yo jugaba en una escuelita humilde, llamada Sol de Mayo, y vinimos a jugar a Santa Fe. Nos tocó hacerlo en el 15 de Abril y me convocaron. El que me llamó fue Gorosito, habló con mi viejo y decidimos que venga”.
Su vida no fue tan fácil, era muy chico y de vez en cuando se iba a Barranqueras a visitar a su familia. “Siempre me gustó jugar de doble cinco más adelantado, como juega Ortigoza”, señala Matías. Reconoce que le gusta jugar más suelto y no depender de la marca.
Así, en otro claro paso de su política deportiva, Unión le hace un contrato profesional a otro jugador formado en las divisiones inferiores. En el mismo sentido, antes que Cavallaro y Fantín, aparecieron —por ejemplo— Diego Barisone y Pablo Magnín, todos marcados con la señal de goles importantes en la primera temporada en Primera División de la mano de Frank Darío Kudelka.
Y lo bueno, por lo visto en los casos de Cavallaro y Fantín, es que la oportunidad les llega cada vez con menos edad. Ahora sí, son pibitos en serio. Y por lo visto están todos en la misma sintonía: los dirigentes, Darío Kudelka y Nicolás Frutos.