Desde hace varios años que en Rosario Uber intenta hacer pie con fuerza. Si bien tuvo momentos de mayor operatividad, en los últimos meses finalmente parece haber ingresado con peso y trabajar bajo un manto de clandestinidad. Es que la app internacional no está regulada. Por eso, ahora, el Concejo de la ciudad quiere volver a discutir el marco regulatorio.
Este cronista de El Litoral solicitó un Uber para chequear si efectivamente estaba funcionando y efectivamente se confirmó. Un chofer oriundo de Haití lo pasó a buscar, le pidió que se siente adelante del lado del acompañante para evitar ser identificado y del lugar A lo llevó al lugar B. El pagó se realizó de forma digital. “Cada vez hay más personas trabajando para Uber”, indicó el conductor de la app.
No solamente esta multinacional es la que está operando, sino también otras apps como Cabify. Es un servicio de remise que, según detectaron desde el Palacio Vasallo y confirmaron a El Litoral, hay más unidades en circulación que las permitidas, rompiendo una suerte de permiso precario con el que pueden trabajar, pero sin una regulación concreta.
Este miércoles la comisión de Servicios Públicos vuelve a reunirse, tras las PASO, para debatir este tema que ya tiene larga data, tantas discusiones como propuestas y muy pocas resoluciones. Solamente a modo de ejemplo, ya presentaron ideas regulatorias la actual presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck –la que más pudo avanzar-, el edil macrista Carlos Cardozo, Miguel Tessandori, la socialista Verónica Irizar.
Objetivo
Hace dos años Uber intentó instalarse en la ciudad por tercera vez. Ya lo había requerido en 2017 y 2019, pero la falta de adecuación a las normativas vigentes, que rigen actualmente para taxis y remises, generó el repudio de varios sectores que ofrecen el mismo servicio y por parte del propio municipio.
Con una oferta económica concreta para atraer choferes, Uber proponía en 2021 un sueldo de 19.500 pesos para los primeros cien viajes. Se trataba de una oferta para nada despreciable, habida cuenta de que el propio titular del Sindicato de Peones de Taxis de Rosario, Horacio Yanotti, había afirmado a El litoral, en una nota, que un sueldo promedio de un taxista "no superaba los 30 mil pesos".
Con publicidad en redes sociales, la firma estadounidense comenzó su campaña de marketing. La compañía comenzó a trabajar en marzo de aquel año. Sin embargo, desde la Municipalidad, al advertir la presunta llegada de la app, remarcaron que si no se adaptaba a las reglas del juego local "sería sancionada", y es por esa vía por donde el gobierno intentó avanzar.
La actual presidenta del Palacio Vasallo, María Eugenia Schmuck, fue la primera en presentar un proyecto en 2018 para contemplar el funcionamiento de "plataformas colaborativas y electrónicas de transporte y movilidad" -como Uber- en la ciudad, algo que le valió un sinnúmero de críticas para finalmente quedar estancada la iniciativa.
Otra de las aplicaciones que irrumpió en Rosario, además de Cabify, con una fuerte campaña publicitaria en la vía pública como en redes sociales es Maxim. Se trata de una aplicación, similar a Uber, pero de origen ruso. Con promociones idénticas a las de su competidora norteamericana, la nueva app ofrecía en 2021 descuentos de hasta 500 pesos en el primer viaje y múltiples posibilidades de traslados. Si bien todavía no dio muestras de gran operatividad en la ciudad, se mantienen firmes en su decisión ser parte del mercado rosarino.
Ahora, en 2023, parecieras que las aplicaciones multinacionales están funcionando en voz baja y sin generar mucho ruido. De a poco, son cada vez más demandadas no solo por pasajeros y pasajeras, sino también por personas que las ven como salidas laborales.
En un año electoral, los concejales volverán a intentar sentarse a discutir una posible regulación de estas firmas, entendiendo que las compañías seguirán insistiendo de cualquier modo con operar en la ciudad, habida cuenta que detectan que hay una demanda cautiva.
Con el objetivo de llegar a un verdadero acuerdo común y definitivo, la comisión se reunió con los representantes de la Federación Argentina de Remiseros, el Sindicato de Conductores de Remises (Sicore), y referentes de la aplicación de mujeres taxistas She Taxi. También se tocó la problemática cuando la Cámara de Titulares de Taxis (Catiltar) y la Cámara de Remises de Rosario acudieron a discutir tarifas.
Así las cosas, y frente a un malestar de los usuarios y usuarias de taxis en Rosario por faltante de unidades, sobre todo de noche, que se viene detectando desde que se reactivaron casi todas las actividades tras la pandemia, el Palacio Vasallo tratará de regular por enésima vez estas apps que se están colando con más fuerza.
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