Los santafesinos no sólo debemos soportar altas temperaturas durante el día, sino también por las noches. En este marco, conciliar el sueño se vuelve una tarea difícil. Pero hasta los afortunados que logran dormirse, notarán que las horas de descanso no rinden lo mismo que en otras épocas del año, cuando el clima es más benévolo.
Dormir bien favorece la salud, tal como revela un estudio publicado el año pasado en la revista Jama: por cada hora más de sueño, el riesgo de problemas en las arterias coronarias se reduce un 33 %. Claro que esta situación no es precisamente moneda corriente en estos días. El insomnio, alentado por el calor, es un problema más común y grave de lo que se piensa, sostienen los especialistas.
Dormir mal
El Dr. Daniel Pérez Chada, jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Universitario Austral y director de la Clínica del Sueño, explicó que la tendencia al insomnio en el verano aparece por un problema de regulación de la temperatura corporal. “Cuando nos disponemos a dormir, el cuerpo pierde calor. Sufrimos pequeñas fluctuaciones de la temperatura. Pero si el ambiente exterior está muy caluroso (por encima de los 30º C), se bloquea esta disminución del calor corporal, necesaria para conciliar el sueño”.
Es decir, si el cuerpo no pierde calor, la persona tiene un sueño liviano, duerme menos horas, se despierta con más frecuencia y se modifican las etapas del sueño normal, lo cual dificulta conciliar un sueño profundo. “Distintos estudios sugieren que a medida que aumenta la temperatura en el ambiente, disminuye la duración de los ciclos de sueño REM, lo cual se traduce en una mayor cantidad de despertares nocturnos y un peor descanso, ya que es en esta fase en la cual se produce una relajación muscular profunda, muy importante para el restablecimiento del cuerpo y del cerebro”, apuntó el especialista.
Consecuencias
El problema del insomnio por el calor se agrava en el caso de las personas mayores. “Se ha confirmado que duermen peor durante la estación estival, debido a la mayor dificultad de perder calor a través de la piel y debido al aumento de los movimientos corporales durante el sueño, provocado también por las altas temperaturas ambientales”, sostuvo Pérez Chada.
¿Qué consecuencias tiene el dormir poco o mal para nuestra salud? Una de ellas es el aumento del nivel de cortisol, la “hormona del estrés”, fabricada por el organismo ante situaciones de emergencia. Otros efectos, agregó el Dr. Pérez Chada, incluyen la “limitación de la capacidad cognitiva y de la habilidad psicomotriz”.
Algunos estudios recientes han demostrado que, con el tiempo, el organismo se adapta a las elevadas temperaturas ambientales. Pero, ¿qué sucede durante las olas de calor? El director de la Clínica del Sueño advirtió que esta adaptación “no se produce si la exposición a las altas temperaturas es breve”. “Las olas de calor no son lo suficientemente prolongadas como para generar un acostumbramiento. En pocos días, la temperatura desciende y la persona no alcanzó a aclimatarse. Por esto, los problemas para dormir volverán una y otra vez con cada pico de calor”, aseguró.




