"No tienen vergüenza: no estuvimos en el palco los familiares, los principales afectados por el atentado. Renuncien", gritó hoy a la cúpula de la AMIA con el rostro desencajado Adriana Dubín, hermana de Norberto, uno de los 85 muertos por el ataque terrorista contra la sede de la mutual israelita de Argentina el 18 de julio de 1994, en el acto central por el 18 aniversario.
La mujer miraba con furia al único orador, el presidente de la institución, Guillermo Borger, quien poco antes, a las 10.30, había dicho que el encuentro no era "político" sino "de la AMIA y de la DAIA" desde el palco al que, por primera vez desde que se conmemora la voladura, no fueron invitados a subir los parientes de las víctimas.
Dubín soportó estoica la crisis de nervios que atravesaba, que en cambio venció a otras dos personas que tenían una posición similar: "Un hombre con un síncope y una mujer con un cuadro de hipotensión", dijo a un cronista de DyN que estuvo en el lugar el director general del SAME, Alberto Crescenti, quien agregó que sólo el primero fue trasladado por precaución.
"Además, vienen a hacer marketing con los muertos. Mucho lema, remeras y gorritos pero hacen todo lo contrario de lo que pregonan. Es una falta de respeto", manifestó otro familiar que evitó identificarse. El hombre se refirió así al lema del acto central, "Recordar también es una necesidad básica: alimentemos la memoria". "¿Quién mejor que los familiares puede recordar semejante hecho?", se preguntó con bronca esa persona, al tiempo que algunas otras lucían los productos repartidos poco antes del inicio del acto.
Fueron entregadas gorras con viseras negras y la leyenda en blanco "Vos y yo somos sobrevivientes del atentado contra la AMIA", y otra prenda con los mismos colores y la frase "Si estás viendo esta remera, sos un sobreviviente del atentado contra la AMIA".
Fuentes de la institución confirmaron a DyN que los gritos y abucheos recibidos el año último en el mismo lugar -en el palco ubicado a pocos metros de la reconstruida sede de la AMIA de la calle Pasteur 633- por el familiar Sergio Burstein convenció a las autoridades de evitar "discursos políticos" y poner el foco en un encuentro dedicado a honrar la memoria de los fallecidos.
Burstein, de la agrupación Familiares y Amigos de las Víctimas de la AMIA -también conocida como 18J-, es un hombre cercano al Gobierno nacional y uno de los impulsores de la causa judicial por las presuntas escuchas telefónicas ilegales. El avance de esa investigación derivó en los procesamientos del jefe de la administración porteña, Mauricio Macri; el ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge "Fino" Palacios y el ex empleado del Ministerio de Educación capitalino y supuesto espía, el ex policía de la Federal Gerardo Ciro James, entre otros.
El año último, Burstein criticó desde el palco con dureza al jefe de Gobierno porteño y muchos asistentes consideraron que opacó el acto conmemorativo al introducir cuestiones políticas en su discurso.
Hoy, otro de los concurrentes al encuentro alzó durante todo el acto un cartel con dos leyendas: "Sin justicia y sin memoria". "No sólo faltan respuestas en los tribunales, ahora, ya no hay ni memoria si pasa lo que pasó hoy en el acto: los familiares no estuvieron porque las autoridades tienen miedo a los que piensan diferentes", se quejó el hombre, Daniel Grad, amigo de víctimas del atentado.
Cuando la multitud se desconcentraba, Dubín recibía por su parte felicitaciones "por haber dicho" a las máximas autoridades de la AMIA "lo que muchos" de los familiares "sentían" y hasta se le acercó un dirigente de la asociación Justicia y Memoria para invitarla a sumarse a la entidad, lo que agradeció y respondió que era "altamente probable".
DYN






