Especialistas y personas interesadas en esta disciplina relacionada con la adivinación se reunieron en toda la jornada de sábado en un hotel céntrico en Rosario. El evento contó con la presencia de expertos de Argentina y también extranjeros. Esta práctica ha ganado muchos adeptos, en especial entre las mujeres, en los últimos años. Sobre todo, impulsado por el bienio de pandemia por el covid-19. Una etapa que despertó incertidumbre y miedos de todo tipo.
En Rosario
El tarot, la videncia a través de las cartas
Esta práctica ancestral de predicción del futuro tuvo su congreso en Rosario este fin de semana con gran convocatoria. Una actividad que aumenta su cantidad de practicantes impulsada, entre otras cosas, por las dos crisis sufridas en Argentina. Primero la pandemia por el covid-19 y luego los problemas económicos.
El quinto Congreso Internacional de Tarot comenzó este sábado y se extenderá el domingo 12. El salón mayor de convenciones del hotel Ariston por calle Pueyrredón lució repleto en la primera jornada. Con gente ávida de conocer más sobre esta modalidad de cartas. Una práctica que derivó en libros, estudios y diversas ramificaciones.
“El congreso viene con mucha convocatoria. Felices por este evento enorme. Esperábamos más de 450 personas”, comentó a El Litoral Franco Valiani organizador. En relación a las charlas, Valiani dijo: “Creemos que exposiciones tiene que haber de todo tipo, con todas las miradas. Va a haber exposiciones variadas. Para principiantes, para expertos. Este año y el año pasado, cruzamos el tarot con el arte. Entonces tenemos exposiciones de esculturas, de pintura, tarot de mazos de autor. Hay vinos y tarot, velas y tarot”. “Todo el mundo que se inspire en el tarot y haga algo artístico lo quisimos traer acá”, agregó.
Sobre esta disciplina en sí, Franco afirmó: “En los cursos, nosotros decimos que el tarot te cambia la vida. Como es una filosofía de vida, tiene que ver con relatar la vida desde otro lado. Cuando uno hace una lectora de tarot, de alguna manera se encuentra con un relato que no es el propio. Eso da una visión más comprensiva de lo que a uno le está pasando”. “Vi mucha gente a la que le cambió la vida el tarot”, aseveró. En relación a esto, agregó: “Las cartas son buenas esclavas y malas amas porque tampoco hay que depender de ellas. Son una orientación, pero después cada persona hace lo que quiere”.
En relación a la visión del futuro y algo malo que puede sucederle a alguien, Valiani dijo que ellos no creen en un tarot adivinatorio porque “uno (el que tiras las cartas) se crea Dios, pero sí que hay predicciones”. “Siempre hay que decirlo, aunque no sean buenas noticias porque la persona tiene posibilidad de acomodarse o, por lo menos, puede prever alguna situación”.
Predicciones en épocas de crisis
Los años 2020 y 2021 fueron dos años difíciles por la pandemia para la inmensa mayoría de personas en el mundo. Eso disparó todo tipo de reacciones relacionadas con la falta de certidumbre y con los temores por cuestiones negativas que puedan ocurrir. Esta situación incentivó muchísimo esta actividad, según indicó el organizador del congreso. “Tuvimos muchas consultas virtuales y muchas consultas en salud. Inclusive la crisis económica que vino después. Venimos de dos crisis en Argentina. La pandemia con la salud y esta crisis con la economía. Muchísimas personas preguntan por su salud y su economía”, subrayó Franco Valiani.
Zona de stands
El evento contó con expositores de distintas latitudes y con un sector de stands. Allí se pudieron comprar todo tipo de mazos y otros elementos relacionados con esto. Como por ejemplo, el tarot de los pueblos originarios. Basado en figuras y creencias de nuestra Patagonia.
Los orígenes de este tipo de cartas
El génesis de estos naipes especiales se remonta al siglo XV en la actual Italia. En 1440, el duque de Milán, Filippo Visconti, pidió hacer una baraja para conmemorar el casamiento de su hija, Bianca Visconti, con Francesco Sforza. Así nació el tarot Visconti-Sforza con cartas sobre conceptos como la caridad, la esperanza, la fe.
Este mazo especial se llevó a la ciudad de Marsella con la conquista de Milán por parte de los franceses en 1499. Esta baraja cuenta con 78 cartas divididas en cuatro palos diferentes. Posteriormente, probablemente en el siglo XVI, empezó a ser usado para predecir el futuro.
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