El paso del huracán Irene por Estados Unidos causó hasta hoy 18 muertos, aunque provocó menos daños que lo esperado en Nueva York, ante cuyas puertas perdió fuerzas y fue degradado a tormenta tropical.
"Aunque (el Irene) se ha debilitado, sigue produciendo fuertes lluvias. Nuestra preocupación fueron las inundaciones. Aún hay riesgos. Los problemas aún no han acabado", dijo hoy el presidente estadounidense, Barack Obama, en conferencia de prensa, según reportaron las agencia Ansa y DPA.
Tras agradecer que los ciudadanos hubieran evacuado preventivamente sus casas, como pidieron las autoridades, Obama agregó que "los efectos de Irene durarán aún varias semanas, por las inundaciones y el corte del suministro eléctrico".
"Vamos a estar allí para ayudar a los estados en la recuperación" dijo, "hay muchas comunidades que se ven afectadas, preocupados con las inundaciones", por eso "haremos evaluaciones en Carolina del Norte y en Virginia", agregó.
Las primeras evaluaciones indican que la reparación de los daños costará más de 5.000 millones de dólares, según la prensa local.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en tanto, levantó por la tarde la orden de evacuación que había impuesto en parte de la metrópoli ante la llegada del Irene.
El fenómeno, que en su paso por otras regiones era un huracán, se debilitó al llegar a Nueva York a tormenta tropical. Hacia media mañana del domingo, el cielo comenzó a despejarse en la gran ciudad y la lluvia cesó en Manhattan, tras 24 horas sin pausa.
A causa del Irene, seis personas murieron en Carolina del Norte; cuatro, en Virginia; dos en Nueva Jersey y tres en Maryland, Florida y Connecticut.
En la mayoría de los casos, las víctimas fueron golpeadas por árboles, ramas, escombros y otros elementos que salieron por los aires impulsados por el huracán.
Más de un millón de habitantes de la región neoyorquina tuvieron que abandonar sus hogares, mientras que el resto intentó proteger sus pertenencias. Parecía una ciudad abandonada: el transporte público fue suspendido; los vuelos, cancelados; los teatros y las tiendas permanecieron cerradas.
Asimismo, se produjeron los temidos cortes de energía, que dejaron a más de tres millones de personas sin luz en la costa este del país.
Los cortes de electricidad se producen entre otros motivos debido a la alta carga de las redes eléctricas estadounidenses, que las hacen particularmente sensibles. Además, la mayor parte de los cables no están enterrados, sino sobre postes de madera, lo que los hace más vulnerables a los fenómenos meteorológicos.
El Irene, que había llegado a Nueva York en la noche del sábado procedente del sur, continuó hoy hacia los estados de Nueva Inglaterra, en la región noreste del país.
"Nos habíamos preparado para lo peor, pero fue un tanto mejor de lo que habíamos esperado", dijo hoy a CNN el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie. Sin embargo, mencionó que los daños materiales causados por las inundaciones son importantes.
El director de la oficina federal para las emergencias (FEMA), Craig Fugate, aseguró a la cadena televisiva ABC que "realmente aprendimos a trabajar como un único equipo, no como separados niveles de gobierno, y a tener todo preparado antes de la que tormenta golpeara".
"Aprendimos la lección del Katrina", dijo en referencia al huracán que en 2005 asoló Nueva Orleans y provocó más de 1.800 muertos.
En Nueva York, las inundaciones afectaron algunas calles ubicadas a la orilla de la ciudad. En Battery Park, en el extremo sur de Manhattan, el agua del río Hudson se desbordó pero apenas avanzó tierra adentro.
En Brooklyn, algunas calles de Coney Island quedaron bajo el agua, sin embargo, las inundaciones más importantes se produjeron a las afueras de la ciudad, a lo largo de la costa.
Unas 90.000 personas se quedaron sin electricidad en Nueva York. El apagón afectó en particular a los residentes de Bronx, Staten Island, Brooklyn y, sobre todo, Queens, donde unas 25.000 habitantes sufrieron el corte del suministro eléctrico.
Los aeropuertos en Nueva York siguen cerrados y se desconoce si el subte reabrirá normalmente mañana.
Télam









