
El sirio Osama Abdul Mohsen se hizo conocido en el mundo tras difundirse un video en el que una camarógrafa lo “tacleaba” en la frontera entre Serbia y Hungría. Cómo es la vida de este hombre hoy.

Redacción El Litoral
Agencia EFE
En septiembre de este año la imagen de un hombre cayendo al suelo con su hijo en brazos debido a una zancadilla dio la vuelta al mundo. Se trataba de Osama Abdul Mohsen, un refugiado sirio que intentaba huir junto a decenas de personas en un control fronterizo en Serbia.
En la actualidad, este padre de familia sirio lleva apenas tres meses viviendo en España, pero asegura que se está “adaptando muy bien” a su nueva vida.
Osama procede de la ciudad siria de Deir Ez-Zor, situada a orillas del río Éufrates y cerca de la frontera con Iraq. Antes de la guerra, trabajaba como entrenador de fútbol profesional y hacía vida familiar. Sin embargo, también recuerda la opresión y la falta de libertad de expresión.
“Durante el primer año tras la revolución, vivimos con esperanza, pero en el momento en que empezaron los bombardeos, todo se acabó”, recuerda.
Entonces comenzó su peregrinaje hacia Turquía, donde todavía reside parte de su familia.
Pero en ese país, según afirma el sirio, “las perspectivas de futuro no eran precisamente halagüeñas”, por lo que junto a dos de sus hijos, emprendió un duro y peligroso camino hacia Europa.
En la frontera húngara se topó con la reportera Petra Laszlo, quien le puso una zancadilla y le hizo rodar por el suelo mientras escapaba con su hijo pequeño en brazos. Las cámaras de televisión captaron ese momento y, desde entonces, Osama se ha convertido en el rostro de la tragedia que viven miles de refugiados sirios.
Tras aquel episodio, el entrenador asegura que siente la responsabilidad de contarle a todo el mundo que quienes huyen de Siria “no lo hacen por gusto, sino por necesidad”.
“Escapamos porque no hay otra salida, necesitamos hacerlo para buscar una vida mejor”, subraya. Osama está forjando un nuevo futuro en España pero no se olvida de su país . “Cuando la guerra termine, me gustaría poder volver”, apunta con cierto aire de tristeza.
El reto de aprender español
Por el momento, está centrado en su trabajo en la escuela del Centro Nacional de Formación de Entrenadores (Cenafe) y en tratar de reunir a su familia. Su esposa y dos de sus hijos están todavía en Turquía, aunque Osama estima que en unas semanas llegarán a reencontrarse.
Afirma que, a raíz del incidente con la reportera húngara, todo el mundo se preocupa por él y se está adaptando muy bien a la vida en España.
“Uno de los retos que tengo por delante es aprender español”, afirma.
Osama no considera que sea un idioma difícil, aunque señala que no tiene tiempo suficiente para dedicarlo a su aprendizaje. En cambio, señala que su hijo pequeño “ya lo habla bastante bien”. El entrenador explica que en el transcurso de unos meses espera asegurarse un futuro en España. “El fútbol es una parte importante de este proyecto de vida”.
De hecho, una de las primeras cosas que hizo Osama al llegar a España fue acudir al estadio Santiago Bernabéu a ver un partido. “Era un sueño que se ha hecho realidad, pues yo siempre he sido seguidor del Real Madrid”, expresa.
Este deporte es uno de los pilares de la vida de Osama y, sobre él, está empezando a reconstruirla. “El fútbol es toda mi vida y también es mi futuro”, explica.