Quedan aún algunas semanas para que llegue el 4 de junio, 25 aniversario de la sangrienta masacre de Tiananmen, pero el régimen chino ya está nervioso: lo evidencia su campaña del miedo, con numerosas detenciones de abogados, profesores, periodistas o cualquier persona que se atreva a recordar la matanza.
Toda precaución parece ser poca para el Gobierno, que cada año trata que esta delicada efeméride pase desapercibida con una caza de críticos que este año ha comenzado antes.
Uno de los casos más destacados es el de la periodista Gao Yu, que trabaja como 'freelance' y comentarista política para webs extranjeras de medios como la cadena germana Deutsche Welle y quien ha sido detenida acusada de "filtrar secretos de Estado".
Las autoridades detuvieron a Gao el 24 de abril, pocos días antes de que acudiera a diversos encuentros para recordar las protestas de Tiananmen, acusada de obtener documentos confidenciales de forma ilegal y filtrarlos a una web foránea que los difundió ampliamente en internet.
Aunque las autoridades no han especificado de qué texto se trata, todo apunta a que es el llamado "Documento número 9", una circular del Partido Comunista del año pasado que instaba a las autoridades a atajar con mayor dureza la disidencia, explicó a Efe el abogado de derechos humanos, Teng Biao.
Ho Pin, editor de una revista en mandarín que se publicada fuera de China y uno de los primeros que divulgó el "Documento número 9", rechazó esta semana que Gao le filtrara la información y recordó que en su día hasta los medios chinos se hicieron eco de este texto.
En su opinión, en línea con organizaciones de derechos humanos, la detención sólo responde a una cuestión: la proximidad del aniversario de las históricas protestas de la plaza de Tiananmen que en 1989 pedían democracia y acabaron con el asesinato de entre cientos y miles de personas.
Esa también es la razón de que el respetado abogado Pu Zhiquiang esté desde hace una semana en un centro de detención de Pekín acusado de "alterar el orden". Pu, que ha llevado casos como el del conocido artista Ai Weiwei, fue arrestado en la madrugada del 5 al 6 de mayo tras asistir a un simposio sobre las protestas de Tiananmen, en las que él mismo participó con 24 años.
El encuentro se llevó a cabo en la más estricta privacidad, entre un grupo reducido de personas en una casa en Pekín, pero ello no evitó que las autoridades lo consideraran una amenaza.
La detención de Pu fue la primera en conocerse, pero hasta otras cuatro personas han sufrido la misma suerte: los escritores Hu Shigen y Liu Di, el profesor de la Academia de Cine de Pekín Hao Jian y el excatedrático de la prestigiosa Academia china de Ciencias Sociales Xu Youyu.
"El Gobierno chino quiere sembrar el miedo y esta vez ha comenzado a hacerlo antes", asegura el conocido activista Hu Jia, quien se sorprendió con la detención de Pu, "un abogado respetado por el régimen y que dedica gran parte de la fortuna que ganó trabajando a ayudar a gente pobre".
Con él coinciden organizaciones de derechos humanos como Chinese Human Rights Defenders, desde la cual señalan que los arrestos tras el simposio muestran la severidad de las autoridades y sus "prisas" al comenzar con la campaña casi un mes antes del aniversario.





