Rusia anunció que los primeros pacientes podrían empezar a recibir una vacuna personalizada contra el cáncer en los próximos meses. El anuncio señala un avance significativo en la carrera por tratamientos oncológicos más precisos y menos invasivos.

El Instituto Gamaleya afirma que en breve comenzará a suministrar una vacuna contra el cáncer diseñada con base en datos genéticos individuales. Se trata de un tratamiento experimental que usa tecnología ARN mensajero para estimular la respuesta inmunológica, con aplicación exclusiva y adaptada a cada paciente.

Rusia anunció que los primeros pacientes podrían empezar a recibir una vacuna personalizada contra el cáncer en los próximos meses. El anuncio señala un avance significativo en la carrera por tratamientos oncológicos más precisos y menos invasivos.
La vacuna, que se desarrolla con base en la tecnología de ARN mensajero (ARNm), se prepara a partir de información genética del tumor de cada paciente, lo que permite una respuesta inmune especialmente adaptada al perfil molecular del cáncer
Este enfoque representa una nueva generación de inmunoterapia, en la cual la medicina se personaliza para maximizar eficacia y minimizar efectos adversos.

La vacuna forma parte de un protocolo experimental en el que la producción del medicamento está a cargo del Centro Gamaleya, y su aplicación será gestionada por el Instituto Oncológico Herzen y el Centro Oncológico Blokhin, ambos ubicados en Moscú
El tratamiento contempla un diseño que solo sirve para un único paciente, dado que se elabora con su material genético específico.
Aunque la noticia genera expectativas, aún se desconocen detalles clave: no se iformó el tipo de cáncer al que se dirige con mayor énfasis, los criterios de selección de los pacientes ni los resultados obtenidos hasta ahora
Además, no está claro si esta vacuna tendrá una distribución amplia o si su uso se limitará a ciertos casos muy específicos, dado que aún se encuentra en fase experimental.

Según se dieron a conocer los medios se planea iniciar los ensayos clínicos en humanos a finales de 2025, luego de completar la fase preclínica en animales.
Algunas fuentes incluso señalan que la intención es comenzar a distribuir el tratamiento a finales de 2026, aunque esa información no fue confirmada oficialmente por parte de las autoridades
Expertos en salud señalarón que, si bien los avances son prometedores, el verdadero impacto dependerá de los resultados clínicos, que deben demostrar tanto seguridad como eficacia en diferentes tipos de tumores. Como en el caso de otras vacunas terapéuticas contra el cáncer, será fundamental evaluar la respuesta inmune, la duración del efecto y los posibles efectos adversos.
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