El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se aprestaba a ordenar por decreto el regreso de parte de las tropas que el país desplegó en Afganistán e Irak, pese a que varios comandantes militares le recomendaron que no lo haga y el líder del oficialismo republicano en el Senado, Mitch McConnell, se opuso.
Trump tiene previsto disponer esta semana el retiro de 2.500 de los 4.500 soldados que Estados Unidos tiene en Afganistán y de 500 de los 3.000 efectivos en Irak, según funcionarios y jefes militares citados bajo anonimato por la televisora CNN.
"Las consecuencias de una salida prematura de Estados Unidos podrían ser aun peores que la retirada de (el expresidente Barack) Obama de Irak en 2011, que había alimentado el crecimiento de EI (el grupo yihadista Estado Islámico)", dijo McConnell, el principal escudero de Trump en el Senado.
El retiro de las tropas está contemplado en el acuerdo que Washington alcanzó en febrero pasado con los talibán.
En virtud de ese pacto, los soldados estadounidenses saldrían de Afganistán por 18 meses, siempre que los talibán cumplan su compromiso de luchar contra los grupos terroristas que actúan en ese país, particularmente EI.
Para McConnell, un regreso prematuro de las tropas "daría a un Al Qaeda debilitado y disperso una gran victoria de propaganda", pues "el espectáculo de los soldados estadounidenses dejando sus instalaciones y su material sería retransmitido en todo el mundo como el símbolo de una humillación y una derrota estadounidenses, y de una victoria para el extremismo islamista".
El nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos, Christopher Miller, insinuó el retiro de tropas días atrás, en un mensaje a las Fuerzas Armadas fechado el viernes y que trascendió el sábado.
"Seguimos comprometidos con terminar la guerra que Al Qaeda trajo a nuestras costas en 2001; debemos evitar nuestro error estratégico pasado de no poder ver la lucha hasta el final", dijo Miller, pero también dejó claro que "todas las guerras deben terminar".
"Esta lucha ha sido larga, nuestros sacrificios han sido enormes, y muchos están cansados de la guerra, yo soy uno de ellos", señaló el funcionario, y agregó: "Poner fin a las guerras requiere compromiso y asociación. Superamos el desafío; lo dimos todo. Ahora es el momento de volver a casa."
Sin embargo, jefes militares advirtieron que hay una gran cantidad de equipo crítico y clasificado en las bases en Afganistán que deben ser retirados, y eso llevará más tiempo, así como que cualquier retirada total de Estados Unidos debe coordinarse con los aliados de la coalición que también tienen tropas en ese país.
Paralelamente, los negociadores del gobierno afgano y los talibanes, que se reunieron durante más de un mes en Qatar, dieron pocas señales de progreso.
Estados Unidos invadió Afganistán a fines de 2001, a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre en tierra norteamericana, y la guerra se prolongó a lo largo de las administraciones George W. Bush, Barack Obama y Trump.
El presidente electo, Joe Biden, se manifestó con cautela durante la campaña electoral, cuando dijo: "Los estadounidenses están, con razón, cansados de nuestra guerra más larga. Yo también. Pero debemos poner fin a la guerra de manera responsable, de una manera que garantice que ambos nos protejamos contra las amenazas a nuestra patria y nunca tengamos que regresar."
Prometen una transición muy profesional
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O'Brien, admitió que aparentemente el presidente Donald Trump perdió los comicios en los que buscó ser reelecto y prometió "una transición muy profesional".
"Si se determina que la fórmula (Joe) Biden-(Kamala) Harris es la ganadora, y obviamente las cosas parecen así ahora, tendremos una transición muy profesional desde el Consejo de Seguridad Nacional, no hay dudas de eso", afirmó O'Brien.
El funcionario subrayó que Estados Unidos tuvo "transiciones pacíficas y exitosas incluso en los períodos más conflictivos", según la agencia de noticias AFP.
O'Brien sostuvo que Biden y Harris tienen "gente muy profesional" para asumir la administración y "merecen tener un tiempo para entrar e implementar sus políticas" por más que pueda haber "desacuerdos políticos" con los actuales gobernantes.