Una multitud caminó esta noche por las calles de Montevideo en la 27ma edición de la Marcha del Silencio para reclamar verdad y justicia por los desaparecidos de la última dictadura, que volvió a ser presencial después de dos años de pandemia, y que se hizo bajo la consigna "¿Dónde están? La verdad sigue secuestrada: Es responsabilidad del Estado”.
Esa leyenda era la que mostraba la bandera que encabezó la columna cuando marchó por la avenida 18 de Julio hacia la céntrica Plaza Cagancha.
La instancia, que convoca anualmente la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos del Uruguay (Famidesa), tuvo este año la particularidad de que se repartieron 22.000 fotos de víctimas del terrorismo de Estado.
La iniciativa fue del proyecto fotográfico Imágenes del Silencio, con la idea de que todos pudieran llevarlas, bajo el concepto de que “Todos somos familiares”.
Cada foto tendrá un código QR con la historia del desaparecido, “para que no se pierdan las historias y mantener la memoria”, dijeron los organizadores.
La marcha de hoy incluyó, por primera vez, la presencia de integrantes de “Historias desobedientes”, hijos de militares y policías que participaron del terrorismo de Estado, y que se agruparon con el mismo nombre de colectivos similares que hay en Argentina y Chile.
Por su parte, la conducción del Partido Nacional homenajeó Héctor Gutiérrez Ruiz, en el aniversario 46 años de su asesinato en Buenos Aires.
En el encuentro, su nieto, Santiago Gutiérrez, recordó la figura de su abuelo e indicó que su muerte, junto a la de Zelmar Michelini, fue el "símbolo que eligió la dictadura para demostrarle tanto al pueblo uruguayo y, a su vez, al pueblo argentino que estaba dispuesta a todo".
A su turno, la vicepresidenta Beatriz Argimón advirtió que hay "crímenes que siguen siendo impunes", y, según el diario El País, señaló: "No queremos nunca más terrorismo de Estado, que lo hubo, pese a quien puede decir que no lo hubo".
La dictadura 1973-1985 dejó 197 desaparecidos en Uruguay, según los organismos defensores de derechos humanos, aunque las víctimas son muchas más por los asesinatos en países vecinos y los exilios forzados.