Las imágenes muestran el momento en que un grupo de navegantes encuentra a los lejos un barco a la deriva en el que no se ve nadie a bordo.

Un yate de regatas fue el primero en avistar la nave “fantasma”.

Las imágenes muestran el momento en que un grupo de navegantes encuentra a los lejos un barco a la deriva en el que no se ve nadie a bordo.
Un miembro de la tripulación decide asomarse a la cabina, lo ve y grita al descubrir el cuerpo del capitán alemán.
La autopsia concluyó que el alemán Manfred Fritz Bajorat, que fue encontrado en un barco que navegaba a la deriva en el Pacífico, sufrió una crisis cardíaca, según anunció la policía.
El jefe de la policía filipina Dominador Plaza había dicho que los restos en descomposición parecían una momia, lo que le aportó una cuota de misterio al caso.
“La autopsia realizada por el laboratorio forense regional ha determinado que la causa de la muerte fue un infarto de miocardio agudo”, dijo a la AFP el portavoz de la policía nacional.
El cadáver fue descubierto cerca de la radio en la cabina del yate hallado por pescadores filipinos frente a la provincia Surigao del Sur.
Se estima que en el momento del hallazgo de su cuerpo, el 25 de febrero, llevaba muerto más de siete días.
El hallazgo
Chistopher Rivas, un pescador de 23 años, de Minadano salió a pescar como cualquier otro día. Era un jueves de fines de febrero. Un día más, como cualquier otro. Llegó la tarde y se hizo la hora de volver a casa. Y entonces todo cambió. A la distancia vio un barco blanco a la deriva. Tenía las velas rotas. Y su estado era deplorable. Se mantenía difícilmente a flote y estaba a unos 60 kilómetros de distancia de la costa.
Rivas y un amigo decidieron investigar.
Rivas fue el primero en asomarse a la cabina. Y ahí lo vio. Había un hombre muerto, sentado en la mesa de navegación. No lo sabían. Pero acababan de hallar al velero “Sayo” y a su capitán, un navegante alemán de 59 años, identificado como Manfred Fritz Bajorat, totalmente momificado.
A juzgar por la posición del cuerpo, sentado delante del aparato de radio, Bajorat habría fallecido intentando hacer una última llamada de emergencia.
Pero lo más sorprendente del triste hallazgo fue el estado del cadáver, que quedó momificado debido a los vientos secos, cálidos y salados del océano. Según un comunicado de la Policía local de Barobo, aún no se ha podido determinar cuándo falleció el alemán.