El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, denunció un nuevo ataque a gran escala lanzado por Rusia contra diversas regiones del país, en uno de los operativos más intensos registrados en los últimos meses.

Ucrania denunció un ataque ruso sin precedentes con 450 drones y 45 misiles dirigidos a su sistema energético. Los bombardeos dejaron muertos, heridos y severos daños en varias regiones, mientras Kiev pidió nuevas sanciones contra Moscú.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, denunció un nuevo ataque a gran escala lanzado por Rusia contra diversas regiones del país, en uno de los operativos más intensos registrados en los últimos meses.
Según detalló el mandatario, las fuerzas rusas desplegaron 450 drones y 45 misiles dirigidos principalmente a infraestructuras energéticas e instalaciones críticas, profundizando la presión sobre un sistema ya debilitado por meses de agresión.

Los bombardeos, que se extendieron durante toda la noche y la madrugada, causaron al menos seis muertos, varios heridos y daños significativos en edificios residenciales, vehículos y redes esenciales. Las autoridades locales continúan evaluando el alcance de la destrucción, mientras equipos de emergencia trabajan en la asistencia a la población afectada.
En las últimas 24 horas, las fuerzas rusas lanzaron 826 ataques sobre 21 asentamientos de la región de Zaporiya, una de las zonas más castigadas desde el inicio de la invasión. El jefe de la Administración Militar Regional, Ivan Fedorov, informó que se registraron 15 ataques aéreos en localidades como Zaliznichne, Rivnopillia, Yablukove, Chervone, Novoandriivka y Preobrazhenka.
Además, desde ayer hasta hoy se contabilizaron 560 drones de distintos tipos sobre diferentes municipios, así como seis ataques con sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS) contra Orikhiv, Novomikolaivka, Novouspenivka y Novodanylivka. También se registraron 245 ataques de artillería en otros sectores de la región.

Tras esta nueva oleada de bombardeos, Zelenski reiteró su llamado a los aliados occidentales para que impongan sanciones más duras contra el sector energético ruso, al que considera clave para sostener el financiamiento y la logística militar del Kremlin.
Mientras Ucrania reportaba los daños sufridos, Moscú comunicó que sus sistemas de defensa antiaérea derribaron 81 drones ucranianos durante la noche y la mañana del sábado en diez regiones del país y en la península de Crimea, controlada por Rusia desde 2014.
El Ministerio de Defensa ruso informó que en las regiones fronterizas de Briansk y Kursk fueron abatidos diez y nueve aparatos no tripulados, respectivamente.

Las interceptaciones también se extendieron a zonas más alejadas del frente, como Volgogrado, Sarátov y Smólensk, donde se detuvo un total de catorce drones. En un comunicado posterior, las autoridades informaron la neutralización de otros tres drones, uno de ellos en las inmediaciones de Moscú.
De acuerdo con el mando militar ruso, los objetivos principales de los ataques ucranianos son instalaciones energéticas con la intención de interrumpir los suministros de combustible al ejército ruso y afectar la capacidad del país para exportar petróleo y derivados.
Kiev sostiene que esta estrategia responde a los sistemáticos ataques rusos contra la infraestructura eléctrica y gasífera de Ucrania, que han dejado a millones de civiles sin acceso estable a energía durante el conflicto.