Romina Santopietro
Una sociedad convive con su historia, con sus hechos, con sus hacedores. Y también con sus fantasmas. Elige a quién mantiene vivo –y de qué manera- y a quién destierra a la penumbra del olvido.
Con el asesinato transmitido en vivo de JFK moría el presidente de Estados Unidos y entraba en la historia, en el imaginario del país del norte y del mundo entero la leyenda.
Entonces y hasta ahora el hecho en sí –el asesinato del hombre más poderoso del mundo- cobró impulso propio y sirvió de materia prima para frases hechas, lugares comunes y ADN inicial de novelas, relatos, documentales, películas, foros, blogs, disertaciones y divagaciones variopintas.
Desde la calificación negativa de “policía de Dallas” a todo operativo que se desarrolla de manera torpe o confusa, denostando a las autoridades que se ven inermes para controlar, prevenir o evitar alguna catástrofe, hasta los argumentos de muchos filmes y libros de ciencia ficción y terror, géneros que abrevan justamente, en las más diversas teorías de conspiración.
Una de las últimas novelas de Stephen King, maestro del género de terror, 22-11-63, precisamente basa su argumento en un intento desesperado de volver al pasado, al día 22 de noviembre de 1963, para evitar el asesinato de John Fitzgerald Kennedy.
En un país aficionado a las teorías de la conspiración, el aniversario de la muerte de JFK revuelve el río y reflota las teorías acerca de quiénes pudieron ser los cerebros gestores y brazos ejecutores del magnicidio.
Porque que a Kennedy lo matara un solitario e inestable simpatizante del comunismo, en un simple arrebato, nunca resultó ser suficiente.
Que el propio Oswald gritara su inocencia al momento de ser arrestado, y que luego fuera “silenciado” antes del juicio han dado pie a sospechas, desconfianza y a múltiples teorías de todo tenor. Los errores en la investigación y las sombras que rodearon a las agencias de inteligencia abonaron el terreno e hicieron el resto.
El asesino, asesinado
Las especulaciones sobre un gran complot crecieron cuando Oswald fue también abatido a tiros dos días después y con la televisión en directo, por Jack Ruby, un oscuro personaje de Dallas, dueño de un cabaret, que a su vez murió en extrañas circunstancias cuatro años más tarde. Es probable que la respuesta se la llevaran para siempre Oswald y Ruby, porque los misterios de la muerte de Kennedy han sobrevivido a varias comisiones de investigación, hasta el punto de que el museo creado en su honor en Dallas destina, aún hoy, una sala diferente para explicar cada una de las teorías del asesinato.
La Comisión Warren examinó 3.154 pruebas y estudió las declaraciones de 552 testigos seleccionados entre 26.550 entrevistados por el FBI, dejando claro que Oswald había actuado solo. Sin embargo, en 1979, el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos estimó que podría existir una conspiración en torno a su asesinato. El tema, un debate ininterrumpido en el último medio siglo, ha generado muchas teorías diferentes.
Algunas defienden que el chofer sabía que Kennedy sería abatido por un francotirador y que fue este mismo el que lo remató. Otras aseguran que Oswald no era más que un señuelo político, según el testimonio del entonces director general del FBI, John Edgar Hoover, que en un memorándum escrito antes del asesinato advertía que un impostor estaba usando los datos personales de Oswald. Hay investigaciones que creen que hubo más de un asesino, como defiende, por ejemplo, la viuda del también herido gobernador de Texas, John Connally, quien declaró que su marido había recibido el impacto de una bala diferente a la que mató a Kennedy.
Otros incluso que, dada su parecido físico con Kennedy, el policía J.D. Tippit fue asesinado para hacerlo pasar por el presidente de los Estados Unidos a la hora de hacer la autopsia.
O que fue una de sus numerosas amantes, una que tenía muy buena puntería.
Las teorías
Las sospechas de un complot empezaron a arreciar poco después del atentado.
Aun hoy en día, las encuestas demuestran que la mayoría de los norteamericanos están convencidos de que el asesinato de Kennedy no fue el acto de un solo hombre.
A continuación, una revisión de las teorías conspirativas más populares -y en buena parte más que increíbles- que siguen circulando.
LA TEORÍA DE GRASSY-KNOLL (O DE MÁS DE UN FRANCOTIRADOR):
Sombras sospechosas, siluetas de presuntos francotiradores y restos de humo en fotografías y grabaciones del asesinato alimentaron durante años la sospecha de que, junto con Oswald, había un segundo francotirador. Registros sonoros respaldan, según los que apoyan estas teorías, que junto a los tres disparos desde el fusil de Oswald se escucha un cuarto tiro. Éste procedería de Grassy Knoll, un montículo de hierba en la plaza donde fue asesinado Kennedy. La teoría ha calado tanto que la expresión ‘grassy knoll‘ se usa hoy en día como sinónimo de sospecha o conspiración.
LA TEORÍA DE LA CIA:
El poderoso servicio secreto estadounidense CIA aparece en casi todas las teorías conspirativas sobre la muerte de Kennedy. También son mencionados el Servicio Secreto, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y hasta el Pentágono. Los que apoyan estas teorías creen que la CIA quería vengarse por la fracasada invasión a Cuba de Bahía Cochinos, ya que la negativa de Kennedy a proporcionar un apoyo militar directo a la operación fue el causante, según muchos analistas, de que se viera frustrada. Otra teoría apunta a que la CIA quería provocar un ataque a Cuba responsabilizando a la isla de un atentado fallido contra el presidente. Los agentes debían disparar contra Kennedy pero fallar, pero por error le alcanzaron en plena cabeza.
OTRA TEORÍA CUBANA:
En vista de las tensiones entre Cuba y Estados Unidos, muchos afirman que el líder cubano Fidel Castro ordenó el asesinato de Kennedy. A la par, también los cubanos anticastristas en el exilio acabaron siendo objeto de las sospechas de aquellos que pensaban que tras el fracaso de Bahía Cochinos estaban furiosos con el presidente y deseaban su muerte.
LA TEORÍA DE LA KGB:
Habiéndose producido la muerte de Kennedy en plena Guerra Fría, no podía faltar entre las presuntas conspiraciones la que afirma que tras el asesinato está la mano del servicio secreto soviético KGB. Al fin y al cabo, Oswald vivió dos años en la Unión Soviética, de ahí era su esposa y mantuvo contactos con diplomáticos soviéticos. Hasta hoy en día prevalece la teoría de que un agente secreto enroló a Oswald como agente del KGB y lo envió a matar a Kennedy.
LA TEORÍA DE LA MAFIA:
La más popular. Según esta leyenda, altos jefes de la Mafia estaban enojados con Kennedy por haberle ordenado al FBI actuar con más dureza contra el crimen organizado y sus intereses. Además, se cree que Oswald tenía contactos con la Mafia. A su vez, el asesino de Oswald, Jack Ruby, tendría según esta teoría sus propios vínculos con la Mafia, que fue la que le envió a matar al asesino de Kennedy para ocultar su propia mano tras los hechos.
LA TEORÍA DEL PRESIDENTE JOHNSON:
Lyndon B. Johnson era el vicepresidente durante el mandato de Kennedy y asumió la jefatura de Estado tras su muerte. Por ello no es de extrañar que algunos crean que LBJ organizó el asesinato de JFK para asumir su puesto. Otro de los motivos alegados: que Johnson quería ocultar un escándalo de corrupción o que líderes de la industria le pagaban porque se sentían mejor representados por él que bajo Kennedy.
Y MÁS PRESIDENTES SOSPECHOSOS, INCLUSO BUSH PADRE:
No sólo Johnson fue fruto de sospechas, también el ex presidente George H. Bush es manejado por algunos “conspiradores” como presunto cerebro del atentado. Y es que Bush padre no sólo tuvo una larga relación con la CIA, sino que en el día del magnicidio se habría encontrado en Dallas. Por no dejar a casi ningún ocupante de la Casa Blanca sin sombra de duda, también hay quien ve una relación entre la muerte de Kennedy y el escándalo del Watergate de Richard Nixon casi una década más tarde o hasta el Irán-Contra de Ronald Reagan ya en los 80.
LA TEORÍA DE LA FED:
Pocos meses antes de su muerte, Kennedy firmó una orden ejecutiva que le daba al secretario del Tesoro el derecho a emitir dinero respaldado por plata. Erróneamente se sostiene que de este modo Kennedy lograba tener más poder que la todopoderosa Reserva Federal (Fed). Para los que respaldan esta teoría conspirativa, la Fed está dirigida por un grupo secreto de banqueros internacionales que, como no querían que el secretario del Tesoro dirigiera sus destinos, hicieron uso de su poder y riqueza para acabar con Kennedy.
LA TEORÍA DEL OVNI:
No hay conspiración que se precie que no contenga extraterrestres La teoría del ovni sostiene que Kennedy fue asesinado porque se llegó a interesar demasiado en lo extraterrestre y amenazaba -de nuevo surge aquí la siempre malvada CIA- con descubrir programas secretos de los servicios de inteligencia del país. Como "prueba" se esgrime una presunta carta de Kennedy a la CIA en la que, diez días antes de su muerte, reclama documentos secretos sobre ovnis.
Como complemento, se apela a un escrito del director de la CIA explicando que no puede entregar esos documentos confidenciales.
Finalmente, existe otro rasgo que si bien no tiene relación con el asesinato ha hecho correr ríos de tinta sobre la presunta relación amorosa entre la estrella de Hollywood Marilyn Monroe y JFK que rumores aseguran que llegó a hablar sobre su relación con el presidente Kennedy con la esposa de éste, para contarle que su marido le había prometido que iba a casarse con ella.
Se asegura que Jackie Kennedy "hacía la vista gorda" siempre y cuando él no la pusiera en evidencia públicamente, pero también afirma que de, entre todas las aventuras de su marido, la que más le dolió fue la que mantuvo con Monroe.
El escándalo siempre bordeó las apariciones públicas de la actriz y el presidente, y el tiempo y las extrañas muertes de ambos hicieron que las auras de dos leyendas se cruzaran y quedaran ligadas para siempre en el imaginario social de Estados Unidos y del mundo.





