En las calles de Parque Leloir, durante el aislamiento social, apareció paseando un ñandú. Según dijeron los vecinos que lograron verlo y tomar fotos, "por las vueltas que daba parecía perdido".
Sorpresa
Apareció un ñandú en Parque Leloir
En plena cuarentena, se paseó por las desoladas calles del barrio. Creen que es de un vecino que lo tiene ilegalmente.
Este barrio de quintas de Ituzaingó se destaca por el verde y la presencia de animales silvestres, aunque no de los que corresponden a la Patagonia como ese tipo de ave, que según contaron algunos, no se veían por la localidad hace al menos 80 años.
Kity Veloso, un vecino de la zona, fue quien dio el alerta en su perfil de Facebook: “El amiguito está perdido en la zona de Parque Leloir, si alguien lo reconoce o lo está buscando comuníquese por este medio”. Y agregó: “Parece que está asustado y si te acercas mucho tiene intenciones de atacar”. También compartió las fotos que corroboraban su inverosímil relato.
"Estaba en el parque de adelante de mi casa hablando por teléfono y al principio vi como algo que se movía a lo lejos", relata Veloso a Clarín, que rápidamente descartó la posibilidad de que fuera un perro. "Salí a la vereda para ver mejor y finalmente, reconocí al ñandú. Cuando me acerqué a sacarle las fotos, empezó a acercarse y me fui porque es un ave grande. Luego de eso, pasó por la puerta de mi casa y lo pudo ver mi familia. Él siguió su rumbo hacia la calle Martín Fierro”, concluye.
Algunos vecinos, impactados, se preguntaron en la red social qué hacía una especie en peligro de extinción paseando por la zona. Otros, se cuestionaron si el animal pertenecía a alguna casa y finalmente, algunos llamaron a hacer la denuncia a la Dirección de Zoonosis. Sucede que el choque pampeano o rhea americana es una especie autóctona protegida por la ley. Es decir, no se puede cazar ni tener como animal doméstico.
Tanto desde el área municipal de Zoonosis como en la Comisaría Las Cabañas, con jurisdicción en Parque Leloir, informaron que hasta la tarde de este jueves no habían recibido ninguna denuncia sobre el episodio.
Según pudo averiguar Clarín con fuentes del barrio, se cree que el ñandú pertenece a un vecino que tiene este tipo de animales, y que cuando supo que uno de ellos se había escapado, rápidamente logró recuperarlo. Por lo pronto, no se lo volvió a ver por las siempre tranquilas calles de Parque Leloir, aún más despobladas ahora, en tiempos de Coronavirus.
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