El Fondo Monetario Internacional (FMI) se quedó dormido en los laureles en los años previos a la crisis y fue incapaz de presagiar el desastre debido en gran parte a una cultura que se opone al pensamiento crítico, según un nuevo informe de la propia institución. El informe llegó a la conclusión de que el FMI ofreció “pocas señales de advertencia claras” sobre los riesgos y vulnerabilidades asociadas con la crisis que se cocinó entre el 2004 y el 2007.
El mensaje del FMI en los años previos a la hecatombe se caracterizó por un “exceso” de confianza en la solidez de las grandes instituciones financieras y el espaldarazo al comportamiento imperante en las principales plazas financieras internacionales.
“Los riesgos asociados con el auge inmobiliario y las innovaciones financieras se minimizaron, al igual que la necesidad de regulaciones más robustas para hacer frente a esos riesgos”, sostuvo el análisis. El informe señala que el FMI debe clarificar los “roles y responsabilidad” del Consejo Ejecutivo.




