A un mes de la muerte del reconocido perro Cartucho, la Comisaría 7° de Corrientes ya tiene otra mascota oficial. Se trata del “sargento” Azrael, un gato de aproximadamente dos años que se convirtió en el nuevo guardián de la sede policial. “Su nombre fue elegido por el suboficial principal Dante Sandoval en honor al gato malo de Gargamel, de la popular serie de dibujos animados Los Pitufos", relató el comisario Erasmo González. “No tiene grado de sargento de manera oficial, pero así lo identificamos simbólicamente entre nosotros”, añadió. “Se acuesta entre los papeles y el teclado”, contó el jefe policial González.
El sucesor
El gato sargento "Azrael" releva a "Cartucho" el la Seccional 7° de Corrientes
El gato “sargento” vive en la seccional desde hace casi un año. El misterio de un ojo perdido y su cambio de actitud desde que murió el perro que era su superior.
Azrael llegó hace casi un año a la seccional, donde pasa gran parte del tiempo entre la oficina de expedientes y la guardia. Es testigo del ajetreo diario de la vida policial del circuito poblacional más grande de la capital correntina. Su cuidadora es la cabo primero Silvina Sánchez, quien se encarga de alimentarlo y mantenerlo saludable, como también lo hizo con Cartucho hasta su último día, el domingo 31 de mayo de este año. Al principio aparecía de forma esporádica, después se fue quedando. Cartucho no dejaba que nadie ingrese, pero al gato le aceptó y cada uno respetaba su espacio”, relató Sánchez. “Le empezamos a dar de comer, le hicimos una cama, le compramos su plato y ahora está re instalado”, señaló la agente.
“Cuando se enfermó Cartucho por problemas renales desapareció durante tres días y volvió con un ojo lesionado”, dijo la agente Sánchez y explicó que fue sometido a cirugía para remover el globo ocular izquierdo en su totalidad. “Es muy manso, súper tranquilo, aunque desde la ausencia de Cartucho se puso territorial si aparecen otros animales”, contó su cuidadora, quien acostumbra a brindar ayuda a mascotas perdidas o abandonadas. “Hace exactamente lo mismo que hacía Cartucho, que no tenía problemas con que los animales circulen por los alrededores, pero no permitía que nadie ingrese a la comisaría”, sostuvo Sánchez.
Durante el año que convivió con el popular perro, Azrael supo respetar su jerarquía. “Cartucho lo miraba y ya lo ubicaba”, recordó Silvana y resaltó: “Ahora es el único guardián de la comisaría”. “El heredero”, completó el comisario González.
La historia de Cartucho y las nuevas anécdotas que genera Azrael forman parte de un carácter propio de la Comisaría 7°, que se destaca por su compromiso con el buen trato animales, algo que también se refleja en la cuenta de Facebook de la secciona, donde se ocupan de ayudar en la búsqueda de mascotas perdidas.
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