Una mujer policía de la ciudad de Buenos Aires se convirtió en protagonista de un escándalo interno luego de que varios de sus videos en TikTok se viralizaran y llegaran a manos de las autoridades de la fuerza. En las grabaciones, la agente aparece bailando, haciendo gestos considerados provocativos e incluso mostrando parte del uniforme reglamentario, lo que desató una discusión sobre los límites del uso de redes sociales por parte del personal policial.
Tras la difusión del contenido, la fuerza decidió suspender preventivamente a la agente mientras se avanza en un sumario administrativo. Según señalaron fuentes internas, el principal cuestionamiento no es la presencia de la joven en redes, sino el tipo de contenido que publicó y la utilización del uniforme, algo prohibido por los reglamentos sin autorización expresa.
Los videos habían generado miles de reproducciones en TikTok y, en algunos casos, comentarios divididos entre quienes defendían la libertad de expresión de la agente y quienes consideraban inapropiado que una integrante de la fuerza policial adoptara ese tipo de exposición pública. En las imágenes, la mujer aparece bailando frente a la cámara, siguiendo tendencias virales y realizando movimientos que la institución consideró “incompatibles con la función”.
La investigación interna buscará determinar si la joven incurrió en “conducta impropia”, un concepto que incluye desde faltas leves hasta situaciones consideradas graves, dependiendo del contexto. Los superiores evaluarán si hubo uso indebido del uniforme, afectación a la imagen institucional o incumplimiento de normas vinculadas al profesionalismo y la conducta dentro y fuera del servicio.
Mientras tanto, los videos continúan circulando en redes y alimentando el debate sobre cuánto control deben tener las instituciones públicas sobre la vida privada de su personal. Algunos usuarios criticaron la decisión de la suspensión y aseguraron que la agente no cometió ninguna falta más allá de grabar bailes populares en una plataforma masiva.
Otros, en cambio, remarcaron que pertenecer a la fuerza implica responsabilidades adicionales sobre la imagen pública y el comportamiento en redes sociales, especialmente cuando se usa vestimenta oficial o se hace referencia implícita al trabajo policial. Esta visión fue la que predominó dentro de la jefatura que ordenó el sumario.
Por ahora, la agente permanece suspendida y a la espera de la resolución del sumario. Dependiendo de los resultados, podría recibir desde una advertencia formal hasta una sanción más severa. La fuerza, por su parte, asegura que su objetivo es “preservar la imagen institucional” y evitar que situaciones similares vuelvan a repetirse.