Sergio Schoklender, el ex apoderado de las Madres de Plaza de Mayo, aseguró hoy que su situación judicial "está en el freezer" por decisión del juez Norberto Oyarbide, pero insistió en negar las acusaciones y advirtió que las pruebas obtenidas lo desvinculan de los delitos que le achacan.
Según dijo, en la causa ya se probó que una firma clave en un documento era de la titular de las Madres, Hebe de Bonafini, pese a que el ex jefe de Gabinete y hoy diputado "Aníbal Fernández, a través de Gendarmería, había hecho hacer una pericia de apuro" en donde se decía que "esa firma podía ser apócrifa".
En diálogo con radio Mitre, Schoklender advirtió además que "los funcionarios de Planificación Federal, que no me quieren, declararon no hay un solo faltante en la construcción de viviendas" ni "ningún pago efectuado sin obra que se haya realizado", además de que "jamás se había firmado un convenio ni se pagó por las famosas obras que me imputaban que yo no había hecho y me había guardado la plata".
Tras rechazar un enriquecimiento de su patrimonio a través de su labor en la Fundación, la ex mano derecha de Hebe de Bonafini aseguró que "nunca" tuvo una Ferrari, y comentó: "Voy por la calle y todo el mundo me dice ’che, la Ferrari’. Quedó la Ferrari de Schoklender como un símbolo y en la puta vida puse el culo en una Ferrari y no la conozco ni por dentro".
A días de haber sido excarcelado, Schoklender siguió su raid mediático para desmentir las acusaciones en su contra, explicar bajo su mirada lo que hay en la causa, y criticar el manejo de la investigación.
A su juicio, su situación judicial está "en el freezer" hasta el 9 de agosto, fecha en que Oyarbide le ampliará su indagatoria. "Estoy congelado. Ayer (el juez) resolvió suspender el acto y pasarlo para el 9 de agosto. Se irá de vacaciones a Punta Cana, que se yo", chicaneó.
Pero Schoklender fue por más y apuntó contra Hebe de Bonafini y contra su hija, Alejandra Bonafini, imputada en la causa como supuesto miembro de la organización ilícita que, según Oyarbide, habría encabezado el hombre que se hizo famoso por el brutal crimen de sus padres en los años ’80.
Es que, según remarcó Schoklender, Alejandra Bonafini era funcionaria del Ministerio de Desarrollo Social, que conduce Alicia Kirchner, y al mismo tiempo empleada de la Fundación, cuyos dineros sirvieron para la compra de "un departamento de 90 mil dólares, una casa de 340 o 380 mil dólares y tres viajes" al Caribe junto sola, con "un amigo" y con "su novia".
"A Alejandra Bonafini le corresponde responsabilidad penal por ser funcionaria pública. A Hebe le corresponde una responsabilidad moral por haber macaneado y haber dicho tantas barbaridades acerca de mí, y por haber dejado en la calle a 6.500 trabajadores con sus familias", sostuvo.
En ese sentido, Schoklender criticó "la cantidad de disparates que le han hecho decir a Hebe en este tiempo y que ha ido metiendo la pata cada vez mas, como cuando decía que no tenía cuentas en el exterior y se probo que las tenía y que había retirado casi un millón y medio de euros en efectivo que no los ingresó a la Fundación".
Cuando le preguntaron por qué todas esas irregularidades no las había denunciado antes, Schoklender dudó y aseguró "porque le debía (a Hebe) cierta lealtad, fidelidad, equivocada tal vez".
"Fueron los pedidos constantes de Hebe de dinero, cuando ya no había para financiar campañas políticas, apoyar a un candidato, desde (Amado) Boudou, (Abel) Fatala, Cristina (Fernández)... Ese fue el motivo de mi ruptura y de mi renuncia", añadió.
Fuente: DyN






