Alumnitos desembarca en CYD Litoral con historias que conectan generaciones
Relatos de chicos de todo el país, historias familiares, mitos regionales y saberes transmitidos a lo largo del tiempo dan vida a esta serie animada que invita a reflexionar, dialogar y repensar el presente. Tres coordinadores contaron todos los detalles.
Desde el aula al Martín Fierro, un camino colectivo. Foto: Gentileza.
Una historia contada en familia, un mito que atraviesa generaciones, una voz joven que propone soluciones a problemas actuales: todo eso es Alumnitos, el proyecto cultural, educativo y audiovisual que nació de una idea simple y hoy, tras ganar el Martín Fierro, desembarca en la pantalla de CYD Litoral.
La propuesta, impulsada por EOK Producciones, invita a estudiantes de 11 a 16 años de todo el país a escribir relatos que integren tradiciones, leyendas y experiencias personales, con el propósito de construir un presente y un futuro más integrador.
La convocatoria, abierta a quienes cursen estudios en cualquier institución educativa de la Argentina, se desarrolla entre el 17 de marzo y el 10 de noviembre de 2025. El concurso, de carácter federal y sin fines de lucro, busca fomentar el diálogo entre generaciones y trascender fronteras.
Tres de los coordinadores de Alumnitos —Delfina Varela, Diego Vázquez Savino y Juan Ignacio Costoya— charlaron con Nosotros compartieron cómo nació el concurso, su impacto en las comunidades y los desafíos que se proyectan para el futuro.
Una propuesta educativa con impacto nacional. Foto: Gentileza.
Un puente entre generaciones
Para Delfina Varela, Alumnitos se desarrolló con un propósito claro: “Nace de una idea que tuvo la directora queriendo conectar a su mamá con sus hijos, abuelos con nietos”, contó. El objetivo era recuperar la sabiduría de los mayores y de plantear cómo los chicos pueden aprender de eso para resolver problemas actuales.
El proyecto, destacó Varela, fue creciendo con el compromiso de un equipo enorme: "Hoy somos más de 200 personas de distintos lugares del mundo, desde músicos, psicólogos, docentes, actores hasta directores de cine". Y aunque cada uno tiene otras actividades, en Alumnitos trabajan "desde el deseo de colaborar con la cultura y la educación".
El éxito de una serie que conecta pasado y presente. Foto: Gentileza.
"Los chicos se reúnen a escribir en las escuelas, y en un contexto donde la alfabetización está complicada, esto genera un motivo para reencontrarse, dialogar y escribir", sostuvo Varela. Sin embargo, el proceso no se detiene en la escritura: "Esas historias seleccionadas se animan, se publican en libros digitales, y los chicos ven reflejadas sus palabras en televisión", contó.
“Los chicos tienen mucho para decir”
Por su parte, Diego Vázquez Savino explicó que Alumnitos surgió de una inquietud esencial: "Muchos chicos no son escuchados. Nuestra propuesta es que ellos nos cuenten cuáles son sus problemas y que investiguen soluciones hablando con los mayores".
Un espacio para que las infancias sean escuchadas. Foto: Gentileza.
En este sentido, sostuvo que uno de los logros más grandes es haber logrado una integración intergeneracional. "Queremos volver a esa charla perdida en las familias, entre abuelos y nietos, donde se compartían historias y saberes". Así, la búsqueda de relatos tiene una consigna clara: "Que reflejen la identidad de cada región, que se conecten con su historia local, sus mitos, sus leyendas".
Sobre el proceso de producción, explicó: "Cada año recibimos miles de escritos de todo el país. Primero realizamos una preselección técnica y luego un jurado prestigioso —integrado por figuras destacadas de la cultura y el deporte— se encarga de elegir los mejores". Entre los jurados que participaron se encuentran María Kodama, Luz Cipriota, Topa, “Pato” Abbondanzieri y Guillermo Barros Schelotto.
Respecto al impacto que perciben en los chicos, Vázquez Savino es claro: "El mayor premio es que ellos vean que sus historias pueden llegar a la televisión, al cine o incluso impulsarlos a escribir un libro en el futuro". "Queremos inspirarlos a ser protagonistas de su historia, a integrar las enseñanzas de sus ancestros y a encontrar en la palabra una herramienta de transformación".
El poder de las palabras y el legado a futuro
A su turno, Juan Ignacio Costoya, señaló que el proyecto representa "una voz nueva para escuchar qué piensan y sienten los chicos, y cómo sus raíces culturales pueden aportar soluciones a los problemas actuales". "Alumnitos empezó como una carpeta de ideas en una mesa de almuerzo, y hoy somos más de 200 personas trabajando en cada edición", remarcó.
La producción combina cultura, educación y emoción en formato audiovisual. Foto: Gentileza.
Respecto al tipo de historias que buscan, destacó: "Queremos que los chicos reflexionen sobre su entorno, que identifiquen problemas en su comunidad o su escuela y que, a partir de eso, propongan soluciones".
El crecimiento de Alumnitos ha sido sostenido: "Cada año participan más escuelas, más sponsors, y cada vez sumamos más regiones y más sueños cumplidos". "Las maestras nos cuentan que a través de los relatos, los chicos trabajan temas como el bullying, la discriminación o el respeto, de una manera profunda y significativa".
Por último, reflexionó sobre el legado de los proyectos: "Queremos que los chicos reconozcan el valor de los aprendizajes que pasan de generación en generación, y que encuentren en eso una forma de proyectar su futuro con más herramientas y confianza".
El reconocimiento nacional
En 2024, la serie recibió el Martín Fierro al Mejor Programa Juvenil, un reconocimiento que superó todas las expectativas del equipo detrás del proyecto. Para los coordinadores, el premio no solo celebró la calidad del contenido, sino también el valor de las palabras de cientos de chicos de todo el país.
"Fue un reconocimiento muy lindo, no solo para nosotros, sino para los chicos, la educación y la cultura”, recordó Varela. “Nunca imaginamos que las historias escritas en algún rincón, a veces sin siquiera acceso a internet, podían llegar tan lejos. El premio fortaleció la confianza de los chicos. Muchos siguieron presentando sus relatos en ferias, actos y encuentros comunitarios", agregó.
Para Vázquez Savino, el premio significó "una caricia al alma". "Los verdaderos ganadores fueron los chicos que se animaron a contar sus historias. Nosotros simplemente fuimos el puente para que esas voces llegaran más lejos", afirmó. Además, remarcó que "demostró que, con pasión, cultura y educación, se pueden lograr grandes cosas, incluso partiendo de una idea nacida sin fines de lucro".
La producción logra cruzar generaciones y regiones. Foto: Gentileza.
Finalmente, Costoya destacó la magnitud del impacto: "La repercusión y el crecimiento que trajo el Martín Fierro fueron sorprendentes. Aumentó la participación de escuelas y permitió que el proyecto siga creciendo en todo el país y más allá".
Más allá del reconocimiento, los coordinadores coinciden en que el verdadero logro de Alumnitos es el cambio que genera en los chicos: "Queremos que cada niño descubra el poder de sus palabras y que entienda que puede transformar su realidad a través de ellas", sintetizó Varela.
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