Lía Masjoan
Lía Masjoan
@lmasjoan
El Concejo arrancó mal -y tarde- su período legislativo. Diálogo hubo, y mucho. Pero fue infructuoso. Durante dos meses intentaron conformar las comisiones, un espacio de debate clave porque es donde se elaboran los proyectos que luego impactan en la vida de los vecinos. Esta primera búsqueda de acuerdos falló y al final terminaron resolviendo el tema en medio de la primera sesión.
Este escenario parece plantear un ríspido trabajo legislativo de cara al resto del año, que encima es electoral. Si bien hay dos bloques, el PJ -con mayoría- y el FPCyS -desacostumbrado a no ocupar la banca del presidente-, cada uno tiene agazapados frentes de tormenta internos que deberá resolver si quieren mejorar su performance electoral. Si no lo logran, irremediablemente habrá rupturas.
Una de estas diferencias, quedó al descubierto ayer, cuando Marcela Aeberhard ignoró la estrategia de sus pares y pidió un cuarto intermedio para “dialogar y buscar consensos”. Tras dos meses de negociación, esto no se había podido lograr. Y aquí surge una primera pregunta: ¿Qué cambió ayer?
En medio de la falta de acuerdos, lo que dijo en la sesión el edil justicialista Juan Cesoni fue gravísimo. No sólo por las agresiones verbales que descargó contra su compañera de bloque, Marcela Aeberhard, al tildarla de “caprichosa y egocéntrica”.
Lo más cuestionable es la estrategia amoral que adjudicó a su compañera, y que al expresarla públicamente parece deslizar como una práctica habitual en la tarea legislativa de la ciudad . El edil dijo que Aeberhard “juega al voto válido: ocho ediles opositores de un lado, ocho del oficialismo, ella quiere quedar en el medio y ver qué ventanilla paga más caro su voto”.
Y de esa expresión surgen varias preguntas: ¿funcionan “ventanillas” en el Concejo? ¿Hubo una estrategia del FPCyS para desarticular el peso de la mayoría que ostenta el PJ? ¿“Ofrecieron” algo a Marcela Aeberhard? En la búsqueda de consensos ¿esto también vale?