La “numeritis” ha sido uno de los grandes temas del imaginario argentino. El imaginario popular y el interesado cuento de los ilustres… que siempre tienen un pensamiento y, según ese sesgo personal, opinan, juzgan, dejan clases de historia. La vida es así, escrita por buriles diferentes e interesados.
La “numeritis” es, por el sufijo “itis”, la inflamación numérica. Una de las anécdotas mas importantes de mi vida periodística fue cuando asistí al final de una leyenda en el relato peronista. Don Félix Lauro Laiño, para nada peronista y re inventor del diario La Razón, por entonces con sus oficinas y redacción en Avenida de Mayo dijo basta… "Basta muchachos, salgan y midan la Plaza de Mayo…” (Usaban esa vieja cinta de los agrimensores, estamos hablando de tiempos del teodolito y minga de GPS)”… de los metros lineales pasen a los metros cuadrados, usen la mitad de las dos Diagonales y la salida para El Bajo… esos son los metros cuadrados ocupados por esta gente el 17 de octubre… y era de noche…”.
Según se da por sabido caben (máximo) no más de 4 personas en un metro cuadrado, apretadísimos, casi un “pogo peronista”. Para Don Laiño, Jefe de Redacción el asunto estaba terminado. “En este diario se hablará de 120.000 peronistas en la Plaza de Mayo el 17 de octubre, basta de decir un millón de personas porque es mentirle a la gente…”; cuenta la leyenda de redacción que se dio vuelta refunfuñando… "igual, igual, fueron muchos…”.
Solo para no olvidar, para eso nada más, recordemos que Luis Pico Estrada, Pipo Mancera, Lucho Avilés, Luis Pedro Toni fueron, entre otros y sucesivamente, los encargados de los “chismecitos” de espectáculo de la contratapa del diario. Los famosos “dialoguitos”. Que Jacobo Timerman, Esteban Peicovich, Ricardo Parrotta y Bernardo Neustadt escribieron allí, en esa redacción, sus primeras crónicas.
Con las estadísticas se pueden tolerar las diferencias y soportar la exageración de los relatos, pero la enseñanza de “el viejo Laiño” era clara: los datos no se deben relatar, se deben cotejar. Son datos.
Con los integrantes de “El Personal de Salud” del sur de la provincia de Santa Fe sucede, en mitad de la Peste en mi Pago, un hecho similar. Serían más de mil los contagiados por el Covid19… La cifra trasciende y se reproduce tal número.
¿En serio? Son muchísimos pero nadie da la cifra exacta y es una estimación. Si la tomásemos por cierta deberíamos preguntar si esos mil se corresponden a un total de… y tendríamos un porcentaje real.
Dejemos en claro: uno o mil, si se enferma quien debe cuidar a los enfermos hay dos cosas: sacrificio de los empleados, desorden en la explotación de los trabajadores por escasos sueldos que, además, son peligrosos trabajos en el momento más… "peligroso”. Es un problemón humanitario.
La presencia de varios gremios compitiendo por la afiliación, de varios patrones estatales y privados, del “pluri empleo” en salud -que se convirtió en pluri posibilidad de enfermarse al cubrir guardias en diferentes sitios-, lleva a un estado de caos en mitad de la Peste. No hay un número definitivo de empleados de la salud que, por otra parte, se entremezclan en algo que es Región, Región Rosario.
El estimado en la Región es de 1,5 millones de habitantes. Cinco Departamentos íntimamente relacionados… e infectándose.
Tal vez la propuesta de muchos analistas de las estadísticas es más sencilla: cuenten las camas ocupadas. El tema se complica, aún en tal simpleza porque… con qué velocidad, a qué día y hora estamos de la ocupación de la última disponible…
Como si todo este ”principio de incertidumbre”, que de la filosofía se bajó a la peste, no alcanzase a dejarnos en la “indudable” duda metódica, el tema de los “testeos” lo complica. Los testeos, se sabe, son según la cantidad de “Kits de Testeos” que se tengan, se consigan, se usen, pero ay, ay, no es lo mismo un mes que otro, una zona que otra, un día para otro y, por tanto, cualquier número es relativo y dos más dos es cuatro, cinco o dieciséis.
Los testeos son útiles. No lo negamos. Es un número y hasta puede ser cierto pero… comparado a qué… a los metros cuadrados de la Plaza de Mayo llena de peronistas… a los “ricoteros” en un campo de algún lugar esperando que cante El Indio Solari...
Deberíamos reparar en lo endeble de nuestras vidas, colgados del pincel de las estadísticas. Estamos vivos. Cierto pero… cuántos son los muertos, cuántos se murieron ayer, cuándo los pusimos en una estadística y lo más terrible:¿murieron de y por Coronavirus...?
La cantidad de contagiados, recuperados y la suma de los que perdimos en la guerra contra el coronavirus no quita lo único certero. Cuidados de Higiene, muchos cuidados de Higiene, tratamientos alternativos que no hagan daño y mejoren el sostén (es el cuerpo el que reacciona, no hay vacuna) y empezar a contar bien, aprender a contar.
En marzo, el 20 de marzo, cuando organizaron una guerra sin calcular los pertrechos y calculando como arma de combate el encierro, parecería que no pensaron que una sola computadora que tome todos los datos era necesaria. Una.
Tal vez todavía creen que en la Plaza de Mayo estuvieron, el 17 de octubre de 1945, más de un millón de personas… o algo así. Mucha gente. En fin… en la Peste en mi Pago el relato le gana a las estadísticas. Extraño al viejo Jefe de Redacción. No lo permitiría.