Lía Masjoan | [email protected]
Un extraño episodio tuvo como eje el precio del boleto, a los concejales y al intendente. Finalmente, una buena noticia: hay consenso (y compromiso explícito) para sostener hasta fin de año la tarifa actual en la capital provincial.
Lía Masjoan | [email protected]
El precio del boleto de colectivos quedó atrapado, esta semana, en un tironeo político inexplicable, confuso y desprolijo. Afortunadamente para el bolsillo de los miles de santafesinos que usan a diario ese medio de transporte, esta vez todas las expresiones políticas representadas en la ciudad (Concejo y Ejecutivo Municipal) coincidieron en la misma “buena intención”: que la tarifa no aumente hasta fin de año.
Sobre tablas, llegó a la última sesión del Concejo Municipal una resolución para congelar la tarifa. Y se aprobó, con los votos de todos los ediles menos con los de los cuatro integrantes del bloque de Cambiemos, el sector político del intendente José Corral quien, minutos después, eligió una red social para anunciar lo mismo. Con un sólo tuit, restó protagonismo a una decisión del Legislativo local que iba a ganarse todos los titulares periodísticos.
¿Faltó diálogo entre los distintos sectores políticos? ¿Primó la desconfianza? Los ediles opositores, que están acostumbrados a enterarse por los medios de comunicación de los aumentos del boleto, ¿buscaron tener un resguardo institucional, una garantía firmada por ellos mismos de que el boleto mantendría su valor actual hasta fin de año? El bloque de Cambiemos, que votó en contra, ¿quiso dejarle margen de maniobra al intendente por cualquier eventualidad? Su postura en el recinto fue llamativamente contradictoria a la decisión que anunció, luego, su jefe político. Si hubiese tenido tan clara la decisión de Corral, ¿por qué no acompañó la resolución? ¿O lo hizo para no darle al Concejo el poder de establecer el precio del boleto, aunque sea fijándole un tope? El intendente, que ya había manifestado que no tenía proyectado otro incremento, ¿sintió invadida su potestad (delegada por el mismo Concejo en mayo de 2009) de definir cuánto debe costar el colectivo en Santa Fe?
Lo cierto es que las dificultades que atraviesa la economía y, en especial, el anuncio de Nación de traspasar a las provincias los subsidios al transporte encendieron luces de alerta y el temor de que cualquier desfasaje se traslade a los bolsillos de los pasajeros. El presupuesto nacional está en pleno proceso de discusión, con lo cual esa medida se piensa implementar a partir de 2019; de todos modos, ya se discuten en Nación estrategias para contener el precio del boleto, respaldando de forma directa las cuentas municipales.
En varias sesiones, los concejales de la oposición reclamaron que quieren recuperar la potestad de fijar el precio del boleto, en sintonía con lo que postula la Ley Orgánica de Municipalidades. El Ejecutivo defiende su rol protagónico en la discusión porque este esquema, con una ordenanza madre que regula el transporte (la 11.580), es el que en 2008 le permitió salir de una situación de conflicto permanente con las empresas de transporte y evitar discusiones políticas extensas, con la consecuente paralización del servicio y el perjuicio de los vecinos.
Posiblemente, el año próximo sean varios los ediles (hoy opositores) que busquen saltar de sus bancas hacia el segundo piso del Palacio de calle Salta ¿Seguirán insistiendo con que sea el Concejo el que debe fijar el precio del boleto? ¿Avanzarán, aprovechando la mayoría opositora y la falta de efecto que en ese marco tienen los vetos del intendente, en la postergada licitación del transporte público?
Es el juego que juega la política. Lo importante para los vecinos se resume en apenas unas líneas: en Santa Fe hay consenso (y compromiso explícito) para que el colectivo no aumente hasta fin de año. Un alivio, sin dudas, en medio de la espiral inflacionaria generalizada que se vive en el país.