La vuelta al mundo

La muerte de un terrorista de extrema derecha

Por Rogelio Alaniz. Se podrá decir que murió en su ley; se podrá decir que hay que respetar su pasión y su martirio; se podrá decir también que quien a hierro mata a hierro muere. En lo personal, su muerte no me alegra porque por principio ninguna muerte me alegra, pero está claro que no voy a derramar ninguna lágrima porque, en Paquistán, un fanático religioso cuyas posiciones políticas en Occidente hubieran sido calificadas, sin vacilaciones, de extrema derecha haya muerto en su ley y en su palacio.

Ilustración: Lucas CejasIlustración: Lucas Cejas