Con la firme decisión del Tribunal, la Liga Santafesina de Fútbol atraviesa momentos de reflexión tras un lamentable episodio de violencia que manchó el desarrollo deportivo del torneo Clausura.

El Tribunal de Disciplina de la Liga Santafesina de Fútbol resolvió aplicar una severa sanción al Club Sanjustino luego de los graves hechos ocurridos en el clásico ante Colón de San Justo. El árbitro Carlos Córdoba fue agredido tras el partido y debió recibir atención médica. El fallo incluye quita de puntos, multa y clausura provisoria del estadio.

Con la firme decisión del Tribunal, la Liga Santafesina de Fútbol atraviesa momentos de reflexión tras un lamentable episodio de violencia que manchó el desarrollo deportivo del torneo Clausura.
El Tribunal de Disciplina, en su última reunión, resolvió sancionar al Club Sanjustino con la quita de tres puntos, la clausura provisoria del estadio y una multa equivalente a 400 entradas, luego de los hechos ocurridos en el marco de la fecha 10 del campeonato, cuando el árbitro Carlos Córdoba fue agredido al finalizar el clásico frente a Colón de San Justo.
El encuentro se disputó en la cancha del Matador y terminó con victoria visitante por 3 a 0. Sin embargo, la noticia trascendió por lo que ocurrió después del pitazo final.
Cuando los protagonistas se retiraban del campo de juego, el árbitro fue alcanzado por un golpe en el rostro. El impacto, según consta en su informe, se produjo a metros del ingreso al vestuario, provocándole una fuerte hemorragia bucal y una breve pérdida de conocimiento.
Asistido por sus compañeros y por personal presente en el lugar, Córdoba recuperó la conciencia minutos más tarde y fue acompañado hasta el vestuario, donde pudo recomponerse parcialmente antes de trasladarse a la comisaría local para radicar la denuncia correspondiente.
De acuerdo con la información recabada, la policía de San Justo tomó intervención inmediata y, con la colaboración de directivos del propio club, logró avanzar en la identificación del agresor.
Según el testimonio del árbitro y lo confirmado por testigos, el golpe habría sido propinado con una botella plástica de 500 centímetros cúbicos arrojada desde la zona próxima al ingreso a vestuarios.
El informe de Córdoba fue contundente y aportó datos precisos que permitieron establecer la secuencia del ataque. La policía y las autoridades del club continúan con las actuaciones correspondientes.
El Tribunal, en tanto, actuó con celeridad. Apenas recibió el informe arbitral, inició el expediente disciplinario y dictó las medidas preventivas y sancionatorias.
La decisión se basó en el artículo que regula la responsabilidad de los clubes por los actos de sus simpatizantes y en la gravedad del hecho, que puso en riesgo la integridad física de un árbitro dentro de un ámbito deportivo.
Desde distintos sectores del fútbol santafesino, la condena al acto violento fue unánime. Dirigentes, entrenadores, árbitros y jugadores expresaron su repudio y coincidieron en la necesidad de erradicar definitivamente este tipo de comportamientos de los escenarios deportivos.
La Liga, una vez más, insistió en su compromiso por garantizar la seguridad y el respeto dentro y fuera de la cancha.
“Estos hechos no representan los valores que promovemos ni el espíritu del fútbol de Liga, que debe ser espacio de encuentro, respeto y convivencia”, manifestaron desde la entidad.
La sanción a Sanjustino busca sentar un precedente firme y ejemplificador para evitar que situaciones similares vuelvan a repetirse.
Por su parte, desde Pasión Liga, se reiteró el rechazo absoluto a la violencia en cualquier forma y se destacó la rápida intervención de las autoridades tanto deportivas como policiales.
“No a la violencia en las canchas de la Liga Santafesina de Fútbol”, fue el mensaje que volvió a resonar con fuerza en las últimas horas, como un pedido de unidad y compromiso colectivo.
La recuperación del árbitro Córdoba avanzó favorablemente, aunque el impacto emocional de lo vivido permanece latente. Su testimonio refleja no solo el dolor físico, sino la tristeza de un protagonista que ama el fútbol y que espera que episodios así no vuelvan a empañar la pasión por el deporte.
La Liga Santafesina de Fútbol enfrenta, una vez más, el desafío de poner límites claros y de promover campañas que fortalezcan los valores del respeto y la convivencia.
El mensaje es claro: las sanciones son necesarias, pero la verdadera solución llegará cuando la violencia desaparezca definitivamente de las canchas.