El torneo, que ya se ha instalado como una de las competencias más esperadas del fútbol infantil santafesino, reúne a equipos de la región en jornadas donde la pasión y la formación deportiva van de la mano.
La cuarta edición del certamen infantil que organiza Náutico El Quillá tuvo su puntapié inicial con una gran convocatoria y mucho entusiasmo en la cancha.
El torneo, que ya se ha instalado como una de las competencias más esperadas del fútbol infantil santafesino, reúne a equipos de la región en jornadas donde la pasión y la formación deportiva van de la mano.
El Tiburoncito no es solo un torneo de fútbol. Con el correr de sus ediciones, se ha transformado en un evento de referencia para el fútbol infantil en Santa Fe y la zona. Año tras año, más clubes se suman con el objetivo de que los niños tengan su espacio para competir, divertirse y vivir experiencias inolvidables dentro y fuera de la cancha.
Organizado por la Sub Comisión Náutico El Quillá, el certamen busca fomentar valores fundamentales en los más pequeños, como el compañerismo, la disciplina y el respeto por el rival. Pero, además, se ha convertido en una verdadera fiesta para las familias, que encuentran en estas jornadas una oportunidad para compartir momentos inolvidables mientras alientan a sus pequeños futbolistas.
La edición 2025 del torneo se puso en marcha este martes por la tarde, con un clima ideal que acompañó el desarrollo de los primeros encuentros. Desde temprano, los alrededores del predio de El Quillá comenzaron a llenarse de camisetas de distintos colores, banderas y la algarabía de chicos y grandes, listos para vivir una nueva edición del ya tradicional campeonato.
El certamen cuenta con la participación de equipos de renombre en el fútbol infantil, lo que garantiza partidos atractivos y llenos de emoción. En esta oportunidad, los clubes que dijeron presente fueron: Naranjitos de Paraná, Escuela de Fútbol Crecer Ateneo, Universidad La Salle, Ciclón Racing, Santa Fe FC, La Perla, Cosmos FC, Independiente, El Quillá Amarillo y El Quillá Rayado.
Desde el inicio, quedó demostrado que el nivel de los equipos es muy alto. Los niños no solo mostraron sus habilidades con la pelota, sino que también dejaron en evidencia el trabajo que realizan en sus clubes para mejorar día a día. La primera jornada estuvo cargada de goles, buenas jugadas y momentos inolvidables para los pequeños protagonistas.
Uno de los aspectos que más llamó la atención fue el fervor con el que se vivieron los partidos. No solo por parte de los jugadores, sino también del público, que se mostró entusiasmado en todo momento, alentando desde las tribunas, de cada espacio y generando un ambiente festivo que parecía no tener fin.
Uno de los detalles que hizo especial el inicio de este torneo fue la presencia del relator Cachi Retamar, quien con su inconfundible estilo llevó emoción a cada jugada. Su relato apasionado capturó la atención de los pequeños jugadores, que disfrutaron escuchar sus nombres y los de sus equipos resonando en el aire con cada gol convertido.
La narración en vivo de los partidos no es un detalle menor, ya que contribuye a hacer sentir a los niños como verdaderos protagonistas, incentivando aún más su entusiasmo por el deporte. Retamar, con su experiencia y carisma, logró transformar cada encuentro en un espectáculo, aumentando la emoción de los participantes y del público presente.
Si bien el arranque del torneo fue todo un éxito, el clima jugó una mala pasada. La segunda jornada, prevista para este miércoles está en duda. Los organizadores esperarán hasta el medio día para saber si se juega en la tarde de hoy. Desde la Sub Comisión de Fútbol, se tomará la mejor decisión y en caso de no jugar hoy, se reprogramarán los encuentros para el jueves, siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan.
Queda claro, que la prioridad es cuidar la integridad de los niños y preservar el estado de los campos de juego, para que el desarrollo del torneo continúe con normalidad. Si bien la suspensión se tomará en horas, esto generará cierta desilusión entre los pequeños futbolistas que esperaban con ansias volver a jugar, el entusiasmo sigue intacto y la expectativa por lo que vendrá se mantiene en lo más alto.
Más allá de la posible suspensión de hoy, la cuarta edición del Torneo Tiburoncito ya dejó en claro desde su primer día por qué se ha consolidado como un evento imperdible en el fútbol infantil santafesino.
La combinación de talento, esfuerzo y pasión, sumada a la calidez del público y el compromiso de los organizadores, garantiza que cada jornada será una fiesta. Los niños, verdaderos protagonistas del evento, seguirán disfrutando de esta experiencia única, en la que no solo se trata de ganar o perder, sino de aprender, compartir y crecer dentro del deporte que tanto aman.
Si no es hoy, en los próximos días, el balón volverá a rodar y con él, la emoción se apoderará nuevamente de las canchas de Náutico El Quillá. Lo que está claro es que este torneo llegó para quedarse y que, edición tras edición, sigue escribiendo su historia en el fútbol infantil de Santa Fe.
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