El 30 por ciento como punto de partida; la importancia de ampliar la participación de las mujeres en la actividad sindical, las conducciones partidarias y los ámbitos de Justicia; datos concretos sobre la presencia femenina en los órganos legislativos, donde el Senado prácticamente no supera una única banca ocupada por una mujer, en las presentaciones.
Nancy Balza
“Diputados aprobó la Ley de Cupo Femenino” era el título de la noticia que emitía aquel día de noviembre de 1991 un canal de cable. Y a las imágenes de la sanción de la norma, que llevaría luego el número 24.012, se sucedían encuestas a hombres y mujeres para opinar sobre una ley que establece -básicamente- que al menos un 30% de las listas para cargos electivos debe estar ocupada por mujeres. Pasaron 25 años de la sanción de la ley y ahora el debate es por la paridad de género.
Con aquellas imágenes se inició el panel organizado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), a través de la delegada local Caren Schibelbein. Fue el martes de la semana pasada en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL.
La actividad reunió la opinión de cuatro mujeres de reconocida trayectoria política: Alicia Tate, directora de la Unidad de Derechos Humanos, Trata de Personas y Narcotráfico del Consejo de la Magistratura; Adriana Molina, concejala de la ciudad de Santa Fe (Frente Progresista, Cívico y Social -UCR), Rosana Zamora, concejala de Santo Tomé (PJ) y Alicia Gutiérrez, diputada provincial (Frente Progresista, Cívico y Social - SI). Pero también convocó el interés de un auditorio compuesto por estudiantes, docentes, referentes políticos y sociales, en definitiva hombres y mujeres de todas las edades, algunos muy probablemente con menos años que la propia ley cuya vigencia se debate.
A continuación, una síntesis de las exposiciones, que coincidieron en varios aspectos; entre ellos, la necesidad de ampliar la participación de las mujeres a otros ámbitos, además de la composición de listas electorales, como la conducción partidaria, los sindicatos y la Justicia.
TRABAJO EN COMÚN
“Aquello de lo que voy a hablar es una parte de mi vida”, arrancó Alicia Tate para recordar que el debate por la Ley de Cupo “fue más una cuestión de los partidos políticos, de los sindicatos y de algunas organizaciones que creían que esto iba a ser un cambio en las condiciones de la mujer”. Luego de repasar la historia de los primeros proyectos para establecer el cupo y destacar figuras de vital importancia en el impulso de la participación femenina evaluó que aquella “no fue una tarea fácil pero sí fue intensa, de ésas que se hacen cuando una está convencida. Creo que en todos los partidos, el 99,9 % estaba en contra de la Ley de Cupos. No importaba la razón filosófica: el fundamento real era que los hombres iban a tener que resignar una cuota de poder y no estaban dispuestos a hacerlo”.
“Esto salió por la unión de las mujeres de todas las agrupaciones y todos los partidos políticos”, admitió Tate aunque reconoció que “había mujeres que eran más encarnizadas en la lucha contra del cupo que los propios hombres”. “La experiencia nos demuestra que si la ley no hubiera existido, ninguna mujer habría llegado a integrar las listas”. Y tradujo el dato a números: desde el año ‘83 al ‘91 sólo dos mujeres llegaron a la Cámara de Diputados provincial: Sara Picazo (UCR) y María Angélica Gastaldi (PJ).
El dato JORNADA Para el miércoles, a las 18, está prevista la jornada de reflexión denominada “Del cupo a la paridad, hacia una representación igualitaria”. Será a las 18 en el Hall de la Legislatura provincial, con participación de diputadas provinciales de todos los partidos políticos.
TAMBIÉN EN LOS SINDICATOS Desde su lugar de concejala pero también de sindicalista (UPCN) Rosana Zamora expuso que, en general, “ocupamos un cupo pero nos ubican en lugares por el hecho de ser mujeres”. “Vamos a la división de las comisiones dentro de la Legislatura o el Congreso y vemos que a las mujeres las vamos a encontrar en comisiones donde se habla de salud reproductiva, violencia familiar, licencia por maternidad y paternidad, matrimonio igualitario. Pero quizá no van a estar discutiendo las cuestiones constitucionales o de presupuesto: ésos son espacios destinados a hombres”. En la administración pública -evaluó- sucede que “a las mujeres las vemos en desarrollo social mientras que los ministerios que corresponden al manejo del dinero están a cargo de hombres”. En su ciudad se da una situación particular: una mujer está al frente de la Intendencia, el Concejo Deliberante está “bastante equilibrado” con un 45 % de composición femenina, y “la mayoría de las mujeres encabezamos listas de candidatos”. Además del panorama legislativo y de los partidos políticos, planteó la situación de las organizaciones sindicales: “Nos remitimos al 22 de agosto y vemos que en la conformación de la CGT hay dos mujeres, una en igualdad de oportunidades y otra en salud”. En ese punto consideró necesario “trabajar en conjunto” para que las mujeres no sean sólo “una representación por un cupo”. POR MÉRITO Y POR LEY Alicia Gutiérrez, “diputada provincial, antes diputada nacional y militante poítica desde que cursaba mi carrera de odontóloga en Rosario en los años ‘70”, se mostró convencida de que “si ocupé lugares como diputada provincial o nacional fue por la Ley de Cupo. A pesar de los años de militancia, o los pocos o muchos méritos que haya tenido, mi lugar es producto de esta ley”. En ese punto reivindicó el papel de los partidos políticos y la sororidad, definida como la “solidaridad entre mujeres” que ella misma puso en práctica a pesar de que en su momento “me costaba aceptar el concepto de discriminación positiva”. A partir de allí planteó dos hechos concretos: el primero, en el Concejo Municipal de Rosario donde una legisladora del PRO ocupaba el 3º lugar “y la querían obligar a renunciar para que lo ocupe el varón que seguía en la lista. Al llamado de la diputada Alejandra Vucasovich todas nos hicimos presentes y fuimos en apoyo de Julia Bonifacio, quien finalmente asumió en su cargo”. El otro caso fue el de la diputada Mariana Robustelli quien ocupó la banca en la Cámara Baja tras el fallecimiento de Silvia De Césaris: “En aquel momento muchos plantearon que el lugar lo tenía que ocupar otro candidato; no está plasmado en ninguna ley que una mujer reemplace a otra en una banca”, pero luego de la discusión en los bloques “las mujeres de todos los partidos empujamos y salió”. El miércoles, desde las 18, en el Hall de la Legislatura provincial (ver Jornada), mujeres de todos los partidos volverán a reunirse y a “empujar” para hacer visible el debate por la paridad.
Estudiantes, docentes y referentes tanto políticos como sociales colmaron el aula donde se desarrolló el panel organizado por el Inadi. Foto:Luis Cetraro
LOS NÚMEROS POR CIUDADES La concejala Adriana Molina presentó cuadros comparativos con números que demuestran la poca o mucha participación femenina en las cámaras que componen la Legislatura provincial, poco antes y a partir de la sanción de la Ley de Cupo Femenino. Prácticamente en todo el período analizado, el Senado contó con una sola mujer entre sus integrantes, a excepción del período 2003-2007 cuando hubo dos senadoras en su composición. Pero también planteó datos por ciudades cabeceras de los cinco nodos de la provincia -según composición actual- del Concejo Municipal y el Ejecutivo. Así, se tiene que Reconquista cuenta con un 30 % de mujeres concejalas y 11 % integrantes del Ejecutivo. En Venado Tuerto son 40 % mujeres en el Concejo y el mismo porcentaje en el gobierno municipal. En Rafaela, 30 % mujeres en el Concejo y 27 % en el Ejecutivo. En Rosario, la relación es de 43 % en el Concejo y 27 % en el Ejecutivo, con la particularidad de que son mujeres quienes lideran ambos espacios. En Santa Fe, el Concejo está compuesto por un 29 % de mujeres y en el Ejecutivo se registra casi una paridad, con 45 % de integrantes del género femenino.
" Podemos tener leyes de cupo, pero mientras no tengamos la participación de la mujer en la conducción de los partidos, no vamos a tener suerte. Porque son los hombres los que digitan las candidaturas”. Alicia Tate
" Que ésta no sea sólo una causa de mujeres políticas sino que desde la propia sociedad se entienda por qué nos planteamos tener representación en órganos de decisión o espacios legislativos como una medida de acción positiva”.
Adriana Molina