Después de doce años, Esteban Borgonovo retornó a la función pública. Con su apellido se “bautizó” a una ley que establecía la reducción de bancas en los concejos municipales de las principales ciudades de la provincia. Eran los tiempos del “que se vayan todos”. Hoy, es ministro de Omar Perotti y conduce una cartera multifacética. Entrevistarlo obliga a indagar sobre las decisiones y proyectos que tendrá la nueva gestión en materia de justicia, derechos humanos, asuntos penitenciarios y diversidad. Todo, contenido en la misma cartera. Pero en virtud del momento que atraviesa la provincia, con un gobierno incipiente que necesita la sanción de sus primeros paquetes de leyes, el rol que quizá cobra mayor relevancia es el del “ministro político” que deberá construir consensos con una Legislatura adversa: mayoría opositora en la Cámara de Diputados, y fuertes disidencias en la bancada mayoritaria justicialista del Senado.
“Vamos a ver cómo viene el año, pero esperamos tener el acompañamiento necesario par sacar las leyes que el gobierno requiera. Encontramos la provincia como la encontramos; estamos pagando el aguinaldo en tres cuotas y hay una situación financiera que reconvertir. Santa Fe se va a alinear a las emergencias sancionadas a nivel nacional; por eso esperamos que la Legislatura nos acompañe sobre todo en el inicio de la gestión”, dijo Borgonovo en diálogo con El Litoral.
- Tuvieron un precalentamiento de esa relación cuando negociaron, antes del 10 de diciembre, la sanción del presupuesto 2020. ¿Cómo evalúan esa experiencia?
- Lo primero que fue de lamentar es que tuviéramos que intervenir. Lo lógico hubiera sido que el gobernador entrante pudiese hacer su presupuesto porque es sabido que no es ésta una ley más, sino un plan que hace viable financieramente las políticas públicas del gobierno. Por eso nos pareció muy grave que se votara un presupuesto confeccionado por la gestión anterior para regir en el primer año del nuevo gobierno. Intervinimos para intentar desandar ese camino, incorporando modificaciones que nos dieran un mínimo de viabilidad presupuestaria. Pero quedamos muy lejos de la situación deseable. Seguramente habrá nuevas normas para lograr instrumentar las políticas de nuestra gestión. Quizá el primer round sea este paquete de leyes de emergencia (en seguridad, alimentaria y económica).
- ¿Cómo se plantea esa relación con una oposición que tiene mayoría en Diputados, cámara que preside justamente Miguel Lifschitz?
- Creo que las relaciones sanas y productivas son las que se establecen sobre la base de la realidad. Si ellos (los legisladores de la oposición) reconocen sinceramente que Perotti es el gobernador y que el Justicialismo ganó las elecciones, no tenemos inconvenientes en reconocer que Lifschitz es el jefe de la oposición legislativa. En términos de madurez y razonabilidad, creo que todo puede ser productivo. Ahora, si empezamos con una oposición vinculada a lo que pasó con el presupuesto, es decir, que no reconoce quién ganó, que no acepta que la cosa ha cambiado, que hay un nuevo ciclo y que el gobierno entrante tiene derecho a fijar sus políticas; si no reconocen eso y nos traban las leyes necesarias, entonces, la relación no va a ser buena.
- ¿A juzgar por los antecedentes se está más cerca de lo segundo que de lo primero?
- Siempre procuro destrabar los conflictos y planear un horizonte productivo y razonable. No creo nunca en que hay que dar las cosas por terminadas. Hay momentos también; siempre existe la posibilidad de volver a conversar y de hablar, sobre la base de reconocer cada uno su rol. Tengo expectativas de que eso pueda funcionar. El tiempo dirá.
- ¿No está ya la reforma de la Constitución en la agenda inmediata, teniendo en cuenta que el PJ intentó apurar su tratamiento en el último mes de la gestión anterior?
- Honestamente, en ninguna de las conversaciones con el gobernador surgió este tema. No creo que sea parte de sus prioridades. Las prioridades del gobierno están en la emergencia y en lo que necesitamos: por un lado, equilibrar sus cuentas; y por el otro, acompañar el proceso de crecimiento que todos esperamos que tenga el país. No veo que la reforma de la Constitución sea una prioridad en este momento, para nada.
- ¿Lo es una reforma del estado? Se escuchan anuncios en otras jurisdicciones sobre reducción de dietas y gasto público, por ejemplo...
- La tónica principal del gobierno de Omar Perotti, y creo que eso va a ser así durante los cuatro años, es la austeridad. Así que más allá de alguna medida puntual, diría que eso atraviesa todo el gobierno.
- ¿Prevén congelamiento o reducción de salarios de los funcionarios?
- No lo sé; no lo hemos hablado tan en detalle. Sí nos ha pedido el gobernador a todos en la conformación de los gabinetes y ministerios que nos atengamos a lo mínimo requerido para trabajar. Esto va a ser así y es parte del temperamento del gobernador.
- ¿Es por su temperamento o porque detectaron que había un exceso del gasto público?
- Creo que las dos cosas. La situación financiera es muy apretada. El déficit existe. Nadie paga el aguinaldo en tres veces porque quiere. Y también es cierto que Perotti tiene en ese sentido un estilo bastante estricto, muy austero y muy apegado a las cuentas.
- ¿Esperan un gesto de reducción del gasto en otros poderes, como el Legislativo?
- La discusión está instalada. Cada poder deberá determinar su situación y su gasto. No me parece conveniente que yo opine sobre lo que tiene que hacer el Legislativo en este caso en particular. El presupuesto (otorgaba un 50% de aumento a las partidas de ambas cámaras) se aprobó y no era el que el gobernador electo pretendía, por lo que yo podría despacharme sobre el tema con total tranquilidad. Pero prefiero ser prudente y dejar que cada uno de los poderes del estado decida su funcionamiento en este contexto difícil y de emergencia, sin dudas.
- ¿Qué relación aspiran tener con el Poder Judicial?
- Empezamos ahora; el tiempo dirá. No veo ningún obstáculo para que podamos tener una buena relación.
- ¿Piensan en una renovación de la Corte?
- No tenemos en absoluto ese tema en agenda, sinceramente. No lo vamos a promover.
Definiciones al pie de la letra
* Sistema electoral: “Siempre puede haber otra mirada (respecto del actual). Pero no hay nada en carpeta por ahora”.
* Nuevo sistema penal: “Llegó para quedarse; no tiene sentido pensar en volver atrás. Pero no tengo dudas de que hay que hacer ajustes. La forma en la que está organizado el Ministerio Público de la Acusación, por ejemplo, conspira contra la eficacia del área”.
* Derechos Humanos: “Tenemos el firme compromiso de mantener la vara lo más alta posible; mantener la custodia para los juicios de lesa humanidad, e incorporar la perspectiva de género y diversidad”.
* Servicio Penitenciario: “Requiere de un plan intenso de capacitación del personal. Hay muchos casos con focos de corrupción que hay que atender”.
El peronismo y su interna
Borgonovo minimizó las diferencias internas en el PJ; el partido encontró en la unidad la estrategia electoral para recuperar el poder, pero en la práctica, las disidencias emergieron ya en la transición.
“Veo al peronismo con ganas trabajar todos juntos como hacía tiempo no pasaba. Eso es inédito; prevalece la idea de que todo el mundo quiere estar adentro y participar. No hay sectores significativos afuera. En este sentido, la política de Perotti fue inteligente y generosa para contener a todos los sectores. Estamos hablando de emergencias todo el tiempo; la única manera de que la política pueda dar respuesta a la gente es que seamos eficaces y trabajemos unidos. Si a los problemas de la sociedad le sumamos la interna, no seríamos conscientes de dónde estamos parados. Creo que la gran mayoría en el PJ está con los pies sobre la tierra”, afirmó.
- ¿Los díscolos están en el Senado?
- Vamos a seguir charlando. Y espero que las diferencias que obviamente las habrá, no pongan en peligro o atenten contra las cosas importantes que hay que hacer.
La controvertida “Ley Borgonovo”
La denominada Ley Borgonovo fue sancionada durante la segunda gestión de Carlos Reutemann, en medio del “que se vayan todos”. En plena crisis económica, social y política, la norma establecía una reducción de las bancas de los concejos deliberantes en las principales ciudades.
Pese a las “leyes de emergencia” enviadas ahora por el Ejecutivo a la Legislatura, el ministro de Gobierno aseguró que no hay similitudes entre este contexto y aquel. “No veo similitudes. En aquel momento había una sensación de hartazgo absoluto y falta de expectativa y esperanza. Lo que primaba era la desconfianza en todo el sistema político, más allá de sus colores. Hoy la Argentina en el momento de mayor incertidumbre, como dice Alberto (Fernández), votó y eligió un camino. Creo que hay expectativa; lo que tenemos que hacer es no defraudarla.
- ¿Fue saludable esa ley o quitó representatividad a los concejos?
- Creo que no restó representatividad. No se puede decir que alguna fuerza política con algún anclaje razonable y mínimo en la sociedad, haya quedado fuera. Incluso me parece que se incorporaron figuras, partidos nuevos y eso es positivo. Los concejos no están funcionando mal. Después la ley se flexibilizó un poco, así que creo que llegamos a una situación razonable.