Corresponsalía Rosario
En una coyuntura compleja, con precios alicaídos y mercados cerrados, la producción de biodiésel atraviesa un momento complicado. Desde Acsoja, salieron a plantear la necesidad de que el gobierno nacional resuelva una serie de problemas a corto plazo, mientras el Estado argentino prepara un reclamo en la Organización Mundial de Comercio (OMC) para que se revisen las medidas de la Unión Europea que perjudican la comercialización del biodiésel argentino nacional hacia ese destino.
“La medida de la UE que impone la suba del tributo que tendrán que pagar los exportadores de biodiésel argentino de 22 a un 26 por ciento a partir de noviembre, impacta negativamente sobre todo el sector”, señala un comunicado de la entidad.
Luis Zubizarreta, vicepresidente de esa entidad, mencionó con relación al tema que en Argentina “se han hecho inversiones para alcanzar mayor producción, con más tecnología, conocimiento y esta medida afecta claramente al sector”. Entre otras cosas, tendrá efectos en los precios de los aceites, en el aumento de la capacidad ociosa y en las fuentes de empleo. “Actualmente, el aprovechamiento de la capacidad instalada en las industrias de biocombustibles se encuentra en un 40 por ciento y el paliativo que estamos proponiendo desde el sector es elevar el corte local”, apuntó el vicepresidente de Acsoja.
A la OMC
Uno de los próximos pasos es proponer a un panel de la OMC el tema, pero su tratamiento puede demorarse un buen tiempo. “El problema es hoy, las paradas de planta, los puestos de trabajo en juego exigen una respuesta más inmediata”, agregó el directivo de Acsoja.
Claudio Molina, director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH), se refirió a la situación local y la posibilidad de aumentar el corte. “El objetivo de corto plazo es llegar a un corte de 10 por ciento, pero dado que el gasoil importado está desgravado, a las compañías petroleras les conviene más incorporar este último combustible y no biodiésel”.
“Es paradójico que el biodiésel de producción nacional tribute el 41 por ciento de impuestos
específicos que gravan al gasoil, mientras que el importado esté desgravado de dichos tributos. En el caso particular del biodiésel, considerando las sanciones que está aplicando Europa en forma definitiva y teniendo en cuenta las grandes industrias que no cuentan con un importante cupo asignado para operar en el mercado interno la situación se les torna muy complicada.
Genera aún más impotencia el hecho que el biodiésel desde hace bastante tiempo es más barato que el gasoil importado, si la medición se efectúa sin impuestos. Se está atentando contra el compre nacional, otorgando un tratamiento impositivo diferencial a un producto importado, mientras la industria nacional de biodiésel presenta un alto porcentaje de capacidad ociosa”, señaló.
La reciente experiencia mostró como los productos del complejo de soja de Argentina presentaron descuentos de precios muy significativos con relación a los precios del mercado de referencia de Chicago, los que han tenido pocos o nulos antecedentes históricos.
Desorden
El directivo de AABH insistió en advertir que la industria argentina de biodiésel está sufriendo un embate externo e interno y que el desorden normativo supera los límites de lo imaginable, con cambios de alícuotas de derechos de exportación que genera la Unidad Ejecutiva Interdisciplinaria de Monitoreo que no son publicados en el Boletín Oficial y para peor, son aplicados retroactivamente, fijación de precios en el mercado interno sin regla conocida y distribución discrecional de cupos, según sus palabras.
“Al demorarse o abortarse los planes de expansión del uso de biodiésel en la matriz energética que llevaban adelante los Ministerios de Planificación Federal y de Agricultura hasta julio de 2012 (como la generación del B10 y la implementación de cortes de gasoil con un 20 por ciento de biodiésel en los segmentos agropecuarios, generación eléctrica y transporte automotor de cargas y pasajeros), en medio de los problemas importantes que se generaron en la CE principal mercado del biodiésel argentino, al menos hasta ahora- se está atentando contra esta industria, poniéndola al borde del cierre”, finalizó Molina.
Desde Acsoja, insistieron sobre la necesidad de que el Ministerio de Economía se comprometa y ofrezca una pronta respuesta a este problema, y además manifestaron predisposición para entablar un diálogo con sus funcionarios que permita acercar puntos de vista y propuestas que contribuyan a encontrarle una salida en el corto plazo.
Subir consumo interno para reactivar el sector
A través de una carta a la presidenta de la Nación, Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio) la cual nuclea a las principales empresas productoras y exportadoras de biodiésel de la Argentina, expresó la preocupación del sector por el bajo nivel de producción de biodiésel que afrontan las plantas.
“Hoy se encuentra trabajando a un 40 por ciento de capacidad y se verá seriamente agravada por las últimas medidas proteccionistas que pretende imponer la Unión Europea al biodiésel argentino en forma definitiva, por infundadas medidas anti-dumping”, sostienen en el escrito.
A partir de septiembre de 2012 las exportaciones de biodiésel al principal destino, Europa, se vieron afectadas por “investigaciones anti-dumping y anti-subsidio realizadas por la Comunidad Europea”, por pedido de la Asociación Europea de Biodiesel (EBB), con el fin de “evitar la entrada de este biocombustible a los países de este bloque, buscando de esta manera industrializar las materias primas en destino y por ende “primarizar” nuestras exportaciones, quitando valor agregado a nuestra industria”. Ahora la Comisión Europea propuso la imposición de derechos definitivos en un rango entre 22 a 25% que se harían efectivos a fin de año con el objetivo de cerrar el mercado europeo para la Argentina.
Y a su vez, desde el 1º de enero de 2014, Argentina junto con varios países en desarrollo perderá los beneficios del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP).
“Como resultado de esta medida unilateral de la CE, las exportaciones de biodiésel estarán sujetas a un arancel de importación del 6.5 por ciento (actualmente es de cero) dificultando aún más las exportaciones a Europa”, sostienen los aceiteros en la carta dirigida a Cristina.






