Con la inminente puesta en marcha del primer juicio por jurados en la provincia de Santa Fe, la Justicia provincial se prepara para un cambio histórico en su sistema de juzgamiento penal.
El juez del Colegio de Jueces Penales de Segunda Instancia de Rafaela habló del rol del jurado, pero también de la labor del magistrado. “Hoy Santa Fe empieza a saldar esa deuda”, afirma.
Con la inminente puesta en marcha del primer juicio por jurados en la provincia de Santa Fe, la Justicia provincial se prepara para un cambio histórico en su sistema de juzgamiento penal.
El juez Cristian Pablo Fiz, integrante del Colegio de Jueces Penales de Segunda Instancia de Rafaela y presidente del Colegio de Magistrados zona oeste, dialogó con El Litoral sobre los desafíos, críticas y expectativas del nuevo modelo.
A continuación, una entrevista en profundidad sobre el alcance del juicio por jurado y su implementación en territorio santafesino.
–Mucho se ha dicho sobre las bondades del juicio por jurado. Pero, ¿Cuáles han sido las principales críticas a este sistema y por qué?
–Más que críticas, diría que han existido ciertos reparos o resistencias. Algunos sostienen que es un sistema que dificulta las instancias de apelación, especialmente cuando el jurado absuelve al imputado.
Durante el juicio el Fiscal tiene lo que se denomina “la bala de plata”: el fiscal tiene una única oportunidad de probar la culpabilidad, y si el jurado no lo encuentra culpable, esa decisión es definitiva. Por otro lado, algunos defensores plantean que, al no estar obligados los jurados a expresar fundamentos, se pierde el control lógico de la sentencia.
En los juicios tradicionales, el juez técnico debe motivar su decisión. En el juicio por jurado, eso está expresamente prohibido: ni pueden revelar las deliberaciones ni explicar su voto.
–¿Entonces no hay posibilidad de apelar un fallo en un juicio por jurado?
–Sí, existe. Lo que no se puede apelar es la valoración que hizo el jurado, porque no se conocen sus fundamentos. Pero sí se pueden impugnar ciertos aspectos: una decisión claramente irracional, que contradiga las pruebas del juicio, o errores graves en las instrucciones que el juez técnico debe impartir a los jurados.
Por eso el rol del juez sigue siendo clave: debe asegurar que el jurado reciba instrucciones claras, imparciales y precisas.
–Se dice que este sistema "democratiza la justicia". ¿A qué se refiere concretamente?
–Es una expresión muy usada, pero que tiene un sentido profundo. Vivir en democracia no es solo votar cada vez que somos convocados. También es participar de las instituciones y de las decisiones fundamentales de la vida social.
Que un ciudadano pueda juzgar a otro, con todas las garantías del proceso, es una forma de abrir la Justicia a la sociedad. Además, los estudios demuestran que los ciudadanos que integran un jurado se toman esa tarea con mucha seriedad, entienden la responsabilidad que implica decidir sobre la libertad de una persona.
En nuestra provincia, los delitos que irán a juicio por jurado son muy graves, muchos de ellos con pena de prisión perpetua.
–¿Qué sucede con la influencia de los medios y la opinión pública sobre los jurados populares?
–Es un tema clave. Vivimos en una era de sobreinformación. Todos, jueces y ciudadanos, estamos expuestos a noticias, redes sociales, comentarios. El desafío es que los jurados puedan abstraerse de eso.
La ley prevé que el juez imparta instrucciones específicas para que los jurados decidan sólo sobre la base de la prueba producida en el juicio. Se los instruye a no buscar información externa ni comentar el caso.
No es fácil, claro. Pero ha habido casos internacionales muy mediáticos donde el jurado decidió en contra del clima social, como la condena a Trump por falsificación documental o el juicio por el asesinato de George Floyd.
–¿Este sistema le quita poder a los jueces?
–Es cierto que en cada reforma procesal hay sectores que ven afectado su espacio de poder. Pasó también cuando se adoptó el sistema acusatorio, hace una década, y los jueces dejaron de investigar para limitarse a resolver. Pero lo importante es entender que los jueces somos servidores públicos. No somos dueños del proceso ni de los juicios.
En el juicio por jurado el rol del juez cambia, pero sigue siendo muy relevante. Es quien dirige el debate, resuelve cuestiones técnicas, garantiza la legalidad del proceso e instruye al jurado.
–¿Están preparados los jueces santafesinos para esta nueva etapa?
–Sí, y con una ventaja. A diferencia de otras provincias, donde el juicio por jurado convive con sistemas mixtos o escritos, en Santa Fe ya tenemos un sistema acusatorio plenamente vigente desde hace años.
Eso significa que los jueces ya están acostumbrados a dirigir el debate que permite la litigación de las partes, a garantizar el contradictorio.
Lo que se necesita ahora es un trabajo más fino en el plano pedagógico: cómo dar instrucciones al jurado, cómo conducir la audiencia para que el juicio sea comprensible para personas que no tienen formación jurídica. Para eso hemos tenido capacitaciones intensivas desde el Poder Judicial y también desde el Colegio de Magistrados.
–Hablando del Colegio de Magistrados, acaba de ser ratificado en su rol como presidente de la zona oeste. ¿Qué implica ese cargo?
–El Colegio representa a jueces, fiscales, defensores y funcionarios judiciales. En la zona oeste, que incluye ciudades como Rafaela, San Cristóbal y Tostado, somos cerca de 70 asociados.
Mi rol es ser el vínculo entre ellos y las autoridades del Colegio provincial, representar sus inquietudes y promover espacios de formación y actualización.
Recientemente organizamos un simulacro de juicio por jurado con gran participación pública, y próximamente haremos jornadas sobre el uso de inteligencia artificial en la Justicia. Además, por primera vez tenemos una sede propia, lo que nos permite un trabajo institucional más consolidado.
–Y ahora se viene el primer juicio por jurado en la provincia. ¿Qué expectativas hay en la región?
–Muy altas. Es un momento histórico. Por mi función, no podré estar presente porque podría tocarme intervenir en una eventual revisión. Pero en la región hay mucho interés: los colegios de abogados, los medios, la comunidad.
El simulacro fue muy bien recibido, generó mucha curiosidad. Creo que el juicio saldrá bien. El Poder Judicial ha trabajado intensamente para que así sea.
–Para cerrar: ¿diría que Santa Fe llega preparada a este momento?
–Sin dudas. Ha sido un proceso largo, debatido y progresivo. No es improvisado. Hemos aprendido de la experiencia de otras provincias, como Buenos Aires y Entre Ríos, que ya tienen varios años aplicando el sistema. El juicio por jurado es un derecho constitucional que estaba pendiente. Hoy Santa Fe empieza a saldar esa deuda.
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