Una exposición que busca recuperar la memoria sindical

El Litoral

La congregación de miles de manifestantes en al templo de San Cayetano, durante noviembre de 1981, desafiando la vigencia de los seis años de la dictadura militar, se impregnó en la esencia de los sindicatos argentinos. En esos años, el terror se expandía sobre las calles argentinas, en un clima cargado por despidos y crisis económica. Debido a ello, el llamado de Saúl Ubaldini, en cabeza de una CGT prohibida, quebró el miedo silencioso de una sociedad que se movilizó de forma masiva.

El reclamo se consagró en la historia, marcando un hito en los albores de la recuperación del espacio físico y conceptual del campo popular frente a la debilidad en el ejercicio del poder por parte de la dictadura. Así, la “Marcha a San Cayetano”, de la que participaron organizaciones políticas, eclesiásticas, estudiantiles y de derechos humanos, legó una consigna que aún hoy resuena en tiempos complejos contra el campo trabajador: “Pan, Paz y Trabajo”.

Con el objetivo de recuperar la vigencia de la acción gremial, en nuestra ciudad se realizó una muestra fotográfica en el que se expusieron 20 banners del archivo fotográfico Hasenberg-Quarettiti, que consta de alrededor de 45.000 negativos blanco y negro del período comprendido entre 1979 y 1989, donde una gran parte de ellas retratan las marchas y acciones de los organismos de defensa de los derechos humanos y la resistencia popular.

La organización estuvo a cargo del espacio Cultura Sindical, fue exhibida durante dos semanas en el Solar de Mayo (9 de julio 2955), y su inauguración contó con la presencia de la fotógrafa Mónica Hasenberg.

Un espacio en acción

Desde mediados del año pasado, el espacio de Cultura Sindical de Santa Fe viene trabajando en pos de enaltecer las expresiones colectivas gremiales, con el objetivo de que difundir el patrimonio histórico que retrata parte de la historia nacional.

Frente a la coyuntura de nuevas complicaciones socioeconómicas, desde el sindicato se proponen fortalecer la capacidad de incidencia en protección de los trabajadores de cada sector. Al respecto, la secretaria de Cultura y Derechos Humanos, Ana Cecilia de Santa María explicó que "venimos trabajando en la articulación de acciones diversas en el campo cultura, junto a los 13 sindicatos de la ciudad que componen el espacio (Sadop-amsafe-Judiciales-Apul-Adul-Prensa-Siprus-Sutracovi-Actores-Ate-Utedyc-La bancaria-Festram)”.

En este sentido, desde Sadop plantean la necesidad de disponer de una cultura emancipadora, que conciba al Sujeto dentro de un colectivo crítico y creativo, que transforma e interviene la realidad, desarrollando identidades territoriales. Entendiendo que la política debe habilitar recursos para la producción tanto material como simbólica que refleje las necesidades, conflictos e intereses, como su forma de ser y estar en el mundo.

Así, Santa María comentó que durante este año se propusieron traer la muestra “Paz, Pan y Trabajo”, correspondiente al archivo fotográfico Hasenberg-Quaretti, ya que “que refleja la organización y el accionar de los sindicatos en nuestro país”. Asimismo, Bayúgar fundamentó que la presentación de esta muestra tuvo como objetivo evidenciar el significativo momento en que “los 25 gremios peronistas, encabezados por Ubaldini, constituyeron el brazo combativo de los sindicatos enfrentados a las políticas represivas y excluyentes de la última dictadura militar en argentina”.

La muestra y su autora

Durante la década del sesenta, Mónica Hasenberg y Brenno Quaretti comenzaron su labor de forma conjunta en una agencia fotográfica. Ya con la dictadura instalada en el ejercicio del poder, los fotógrafos decidieron sumar sus saberes a las diversas organizaciones de derechos humanos que mostraban sus acciones en la vía pública. De esta manera, comenzaron por retrarar a las Madres de Plaza de Mayo.

La tarea era parte de su vida en pareja: él sacaba fotos y ella se ocupaba del laboratorio, conformando un total de unos 45 mil negativos tomados entre 1979 y 1989. La producción fotográfica se instituyó como un retrato cenital que testimonia la historia política, social y cultural de la Argentina, particularmente de las manifestaciones populares, de protesta callejera y de reivindicaciones social sobre los derechos humanos.

En 2014 el total del archivo Hasenberg- Quaretti fue declarado de interés por la Cámara de Diputados de la Nación Argentina. Ya sin la presencia física de su compañero (fallecido en noviembre de 1995), Hasenberg hizo pública la decisión de donar el archivo al Estado argentino “para que forme parte del patrimonio fotográfico nacional, luego de realizar el trabajo de digitalización, recuperación e identificación de personajes”, según consta en el dictamen de la Cámara.

A medida que se afianzó la etapa democrática, sus fotos —hasta entonces controversiales— cobraron el reconocimiento con el que inicialmente no contaron, figurando en diversas exposiciones de instituciones que bregan por los derechos humanos y ligadas a las problemáticas de la “memoria” política.