Zaffaroni, Maqueda, Lorenzetti y Highton de Nolasco en el funeral de Enrique Petracchi. Foto: DyN

Luego de que Lorenzetti aclarase que el Tribunal puede funcionar con cuatro miembros, Capitanich confirmó la intención de propiciar un quinto integrante. Sanz aclaró que la oposición no votará “a cualquier candidato de Cristina”. Y el kirchnerismo no cuenta con los dos tercios requeridos en el Senado para imponerlo.

Zaffaroni, Maqueda, Lorenzetti y Highton de Nolasco en el funeral de Enrique Petracchi. Foto: DyN
De la redacción de El Litoral
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aclaró hoy que la “ley establece que la Corte Suprema de Justicia debe funcionar con cinco jueces”, pese a que el presidente del cuerpo, Ricardo Lorenzetti, sostuvo que puede funcionar “normalmente” cuando queden cuatro integrantes en enero próximo por la partida de su par Raúl Zaffaroni.
“Actualmente, la ley establece que la Corte debería funcionar con cinco jueces”, manifestó y explicó que, en el caso de que haya una nueva designación, se hará con “los mecanismos de audiencias públicas”.
Capitanich hizo estas declaraciones en la Casa Rosada luego de la muerte del ministro de la Corte Enrique Petracchi y la ratificación del alejamiento de Zaffaroni del alto tribunal en enero próximo, lo que reduciría a cuatro la cantidad de miembros del máximo tribunal.
En su habitual encuentro con la prensa, el jefe de Gabinete indicó que “tenemos una ley vigente que implica la integración de la Corte con cinco miembros” y que “el procedimiento de selección de los jueces se circunscribe a esta ley y al decreto 222 del año 2003, suscripto por (el ex presidente) Néstor Kirchner”.
El procedimiento, abundó el ministro, “implica un sistema de audiencias públicas, de publicación de los antecedentes correspondientes de cada uno de los miembros propuestos” y “en virtud de ello, también el proceso de impugnación”.
“Rige esa metodología de designación, y a la vez también establece un mecanismo de procedencia que tiene que ver con la combinación de género, disciplina o especialidad correspondiente”, precisó, para insistir en que “hoy tenemos una ley y un procedimiento de selección, y esto es a lo que hay que atenerse ante eventuales designaciones”.
El funcionario señaló que “la ley establece que la Corte debe funcionar con cinco jueces, y ante vacantes que se produzcan por eventuales renuncias, como lo ha dicho Eugenio Zaffaroni, deberá procederse con esta metodología”.
Ayer, Lorenzetti, prometió que el cuerpo seguirá “en la misma línea” y “funcionando normalmente”, aún con la anunciada partida de Zaffaroni a partir de enero, por tener 75 años.
No a cualquiera
Por su parte, el titular del radicalismo y precandidato presidencial Ernesto Sanz, adelantó hoy que la UCR “no” votará “a cualquier postulante que mande el gobierno sólo para rellenar un lugar” en la Corte Suprema de Justicia, ya que el máximo tribunal “puede seguir funcionando hasta con tres miembros”.
“Nosotros no vamos a avalar cualquier postulación sólo para cumplir con la vacante. La Corte es algo muy importante”, remarcó el senador.
Al respecto Sanz destacó: “El gobierno tiene una actitud de copamiento de la Justicia con fiscales y jueces afines, lo que marca que no quiere tener una Justicia independiente sino adicta”.
análisis Emerio Agretti ¿Y ahora? Hace poco tiempo, algunos analistas advertían sobre una hipotética estrategia del gobierno nacional para producir un copamiento de la Corte Suprema de Justicia -similar a la desarrollada en instancias inferiores-, en el marco de un posicionamiento previo a la retirada del poder del núcleo duro del kirchnerismo. El fallecimiento de Enrique Petracchi puso la cuestión sobre el tapete, y dejó de manifiesto que el escenario real es muy diferente al descripto por aquellos augurios de base conspirativa. De hecho, con la composición actual de cinco miembros ajustada al marco legal, y la perspectiva de que la próxima vacante se produzca por la renuncia de Eugenio Zaffaroni a partir de enero, nada parece estar más lejos de las posibilidades del oficialismo que llegar a controlar el Alto Tribunal. En todo caso, a lo mejor que puede aspirar es a suplir el único voto “alineado” con el que cuenta actualmente, pero para ello -tanto como para permitir la continuidad del propio Zaffaroni, en caso de que éste lo quisiera- necesita el respaldo de los dos tercios del Senado, recurso del que no dispone. En cualquier caso, el kirchnerismo dejó en claro que no piensa dejar que la Corte funcione con menos de cinco miembros, ni resignará sus atribuciones de proponer al candidato para cubrir la vacante -al respecto, ya algunos echaron a rodar el nombre de Garrigós de Rébori, referente de Justicia Legítima. En tanto, hubo una nueva embestida contra Carlos Fayt, el nonagenario ministro que anticipó su voluntad de continuar en el cargo “mientras pueda”. Con estos elementos, es posible prever escenarios diferentes: -La presentación de un pliego para cubrir la vacante de Zaffaroni: sólo podrá lograr aprobación si se consigue el consenso suficiente para alcanzar los votos requeridos. -Intentar generar una nueva vacante, presionando sobre Fayt -aunque sin fuerza política ni judicial para revertir los amparos en favor de su permanencia- o consiguiendo la renuncia de otro miembro, lo que no parece plausible. Esto permitiría al gobierno negociar con la oposición sobre la base de dos vacantes, pero hasta ahora -y salvo razones biológicas en el caso del ministro decano- no es algo que parezca estar a su alcance. -Volver a incrementar el número de ministros (como deslizó esta mañana el secretario de Justicia, el camporista Julián Álvarez): al llevar la integración a siete, en enero serían tres las vacantes a cubrir, lo que abriría mayor margen para la negociación. En cualquier supuesto, las palabras-llave son consenso y negociación. Son dos herramientas que, en política, tienen significados vecinos, pero que el kirchnerismo está acostumbrado a despreciar. Y que en este caso, inesperadamente, ni siquiera es seguro que le otorguen la chance de utilizarlas.
El dato Fayt El diputado kirchnerista Carlos Kunkel calificó hoy como “absurdo” que el ministro de la Suprema Corte de Justicia Carlos Fayt continúe en su cargo a los 96 años, al sostener que no puede “cumplir sus funciones laborales” a esa edad. Según Kunkel, Fayt “está ligado a los grupos de poder económico concentrado” y “se había presentado numerosas veces como candidato a cargos electivos” por el Partido Socialista, pero “sin haber conseguido que nadie lo votara, ni siquiera para concejal”.