Juan Grabois fue liberado este domingo por la madrugada luego de pasar unas doce horas detenido tras ingresar, junto a diputados y militantes, al Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Históricas Juan Domingo Perón, cuya disolución fue dispuesta por el Gobierno nacional semanas atrás.
La sede, ubicada en Austria 2601, Recoleta, había sido ocupada el sábado por la tarde por unas 50 personas, quienes, según la Policía Federal, forzaron el acceso desde el restaurante “Un café con Perón”, retuvieron a agentes y colgaron banderas con mensajes políticos desde los balcones.
"Bullrich es perversa"
Grabois, referente del Frente Patria Grande, aseguró tras su liberación que “no hay una imputación específica” y defendió la ocupación como una “permanencia pacífica” para “reclamar el derecho a la memoria histórica”. También apuntó contra la ministra de Seguridad: “Bullrich es una mujer muy perversa”, dijo.
Durante la protesta, el comisario general Luis Rolle afirmó que hubo “lesiones a cuatro efectivos” y “daños materiales”. Bullrich calificó el hecho como una “usurpación violenta” y felicitó el accionar de las fuerzas federales.
Grabois también denunció las condiciones de detención: “Oficinas vetustas, sin calefacción, con ratas y computadoras del año ’84. Es algo que cuando sea presidente voy a cambiar para dignificar al personal”, dijo.
Durante la noche, cientos de personas se manifestaron frente a la Superintendencia de Investigaciones Federales en Villa Riachuelo para exigir su liberación. Entre los presentes estuvieron los diputados Itai Hagman, Natalia Zaracho, Horacio Pietragalla y Leandro Santoro, además de figuras como Federico Fagioli, Juan Manuel Valdez, Ángela Lerena y Alejandro Bercovich.
"Detencion ilegal"
Desde el Partido Justicialista Nacional se denunció una “detención ilegal” y se respaldó a los manifestantes. “Fueron detenidos por defender el patrimonio de los peronistas”, afirmaron en un comunicado.
El cierre del Instituto Perón fue anunciado el 7 de mayo por el vocero presidencial Manuel Adorni. Según el Gobierno, la decisión responde a su “carga presupuestaria injustificada”. El edificio será reconvertido en una biblioteca para personas con discapacidad y el restaurante, en un espacio gestionado por jóvenes neurodivergentes.
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