Comidas, vuelos, regalos y hasta alimento para perros: los gastos por los que condenaron a Romina Picolotti
La ex secretaria de Ambiente debe cumplir tres años de prisión y devolver el dinero, y está inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos, por el uso de recursos del Estado con fines particulares. Siempre negó los hechos por los que la acusaban.
Romina Picolotti, ex secretaria de medio Ambiente de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
La Corte Suprema de Justicia dejó firme la condena a tres años de prisión de la ex secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable Romina Picolotti por defraudación en perjuicio de la administración pública, luego de que se determinara que utilizó fondos del organismo que encabezaba para gastos personales y de familiares. La condena incluye la inhabilitación de por vida para volver a ejercer cargos públicos.
Los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti rechazaron este martes la presentación de la defensa de Picolotti por considerarla extemporánea. Si bien se trata de una cuestión formal (la Corte no se expidió sobre el fondo de la cuestión), tuvo como efecto que la sentencia quedase firme.
En el caso se tuvo por acreditado que la nombrada, durante su gestión como titular de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, entre los años 2006 y 2007, utilizó para fines particulares, no permitidos por la normativa aplicable, fondos públicos asignados presupuestariamente a la repartición a su cargo y cuya custodia y administración le habían sido confiados. De ese modo, procuró para sí y para terceros un lucro indebido que perjudicó el patrimonio del Estado.
El fiscal Diego Luciani fue el acusador de la ex funcionaria.
Los tickets del escándalo
“Hubo un manejo absolutamente irregular de parte de Picolotti de los fondos públicos. Fue un verdadero fraude en el ejercicio de la función pública. Se pagaron comidas o almuerzos casi diariamente sin justificación, se pagaron pasajes de avión para familiares y amigos que no tenían relación con la secretaria y costosos vuelos charters”, sostuvo el fiscal Diego Luciani en su alegato, cuando pidió tres años y nueve años de prisión para la ex funcionaria, que siguió el juicio desde Estados Unidos donde se mudó.
Entre los gastos, había comidas en parrillas, desayunos, restaurantes de sushi, flores, productos de farmacia, alimento balanceado para perros, carga de combustible, lavado de auto, servicio de lavado de ropa, compra de piedras aromatizadas, sahumerios. Uno de los tickets presentado era de un bar que era atendido por mujeres semidesnudas, que lleva escrito un “Muchas gracias”. Otro gasto, en el local Pigmento, decía “regalo Flor y Sofi de cumpleaños”.
La defensa de Picolotti, a lo largo de la causa, reclamó la absolución. Negó la existencia del delito.
En 2021, el Tribunal Oral Federal 6 la condenó a tres años en suspenso y le impuso la obligación de devolver al Estado casi siete millones de pesos, actualizados, que es lo que se calcula que gastó en su beneficio, una vez que la sentencia quede firme. Además, los jueces elevaron la fianza hasta esa suma. En 2023, la Cámara Federal de Casación Penal respaldó esa decisión. La defensa presentó un recurso extraordinario que llegó en queja a la Corte Suprema.
Marcha contra la papelera Botnia. El conflicto provocó cortes de ruta y del tránsito en el puente binacional.
Entre Botnia y las quemas
Picolotti es una abogada, especializada en derecho ambiental, que se desempeñó como secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable entre 2006 y 2008; además es fundadora del Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA).
Picolotti se hizo conocida por su oposición a la instalación de la papelera Botnia en la ciudad de Fray Bentos sobre el río Uruguay y fue una de las representantes del país ante el Tribunal Internacional de La Haya, hasta donde llegó el conflicto.
De ahí pasó al Ejecutivo nacional, donde ingresó el 7 de junio de 2006 durante el gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner, y cuyo jefe de Gabinete era Alberto Fernández. Tras el cambio de gobierno, la abogada continuó en el cargo con la asunción de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En 2008 dejó la función pública bajo sospecha de administración fraudulenta por irregularidades en el manejo de la “caja”. Entre otras actividades de su función estaba al mando del saneamiento del Riachuelo.
En junio del último año que ejerció como secretaria de Ambiente se dieron varias quemas pastizales en la zona sur de Entre Ríos, el humo llegó hasta ciudad de Buenos Aires donde permaneció por varios días. La funcionaria no previó la utilización de aviones hidrantes para atacar el fuego y los incendios quedaron descontrolados.