Nancy Balza

Hubo un repunte de vacantes a cubrir desde la segunda mitad de 2017. La mayor búsqueda es hacia personas de poco más de 30 años. Entre las presentaciones espontáneas para obtener un primer empleo predominan mujeres y jóvenes.

Nancy Balza
Hace 15 años que Human Touch opera como consultora en esta ciudad pero, desde hace cinco, Gustavo Giorgi, psicólogo y socio de la firma, observa que en la demanda para cubrir puestos de trabajo se generaron perfiles diferentes. También que se registra una curva ascendente en esa demanda: “Hay toma de gente y el pronóstico es muy favorable. En cierta medida nos vamos adelantando porque normalmente el cliente busca personal con cierta anticipación y eso nos permite pensar que prevé un crecimiento de su proyecto”.
Así, “a diferencia del año pasado y el primer cuatrimestre de este año que venía en el ‘frenazo’, a partir de otoño-invierno la actividad empezó a repuntar y tuvimos un pico de búsquedas en julio y agosto, incluso para cubrir otros lugares del país, que nos llamó la atención”; siempre teniendo en cuenta que en el devenir de su empresa, la búsqueda se orientó en mayor medida a puestos medios y superiores más que a operarios o administrativos iniciales.
Otro dato: el promedio de edad para los cargos a cubrir es de 30 años, hasta los 33. Como contrapartida, se ofrecen para trabajar personas de todas las edades: “Las presentaciones espontáneas son mayoritariamente de mujeres y personas muy jóvenes que buscan su primera experiencia laboral, más que de gente grande que quiere cambiar de empleo”.
Hay más necesidad de ventas, el mercado se puso muy competitivo en todos los rubros y eso implica tener agentes comerciales en la calle mucho más agresivos que hace un tiempo”.
Tres cambios
Giorgi menciona tres novedades que se registran en los últimos años. La primera tiene que ver con búsqueda de perfiles “todo terreno”. En ese sentido, explica que “se fue ampliando la paleta de actividades que se le pide a la gente, los puestos se volvieron algo más líquidos: el concepto es de transversalidad”. Así, “el analista debe tener una visión más holística, más completa de toda la organización además de capacidad de adaptarse a las distintas actividades y ser más flexible”. Este -asegura el experto- es un requisito que antes no aparecía, sino que estaba más estanco en puestos específicos.
Si de puestos novedosos se trata y aunque todavía no aparezcan con esa denominación, los analistas de big data figuran primeros en la lista. “Son personas que se incorporan al área comercial como lectores del mercado; son vendedores estratégicos, más de escritorio, que leen las necesidades de los clientes en función de su consumo, su comportamiento, de lo que piden y dejan de pedir. Y procuran que el comerciante, que es el que define el negocio y la operatoria, tenga más recursos y más poder de juego”.
Es un puesto que se requiere también en Santa Fe, por ejemplo, a nivel de las distribuidoras. Técnicamente, “se llama bussines intelligence, algo así como inteligencia de negocios a través del estudio de los clientes a los que se trata de fidelizar”. Otro puesto que se busca en este rango es el de community manager.
En tercer lugar, Giorgi registra una “vuelta a los inicios en la revalorización del título”. “Hace 15 años el título era importante, hace 10 lo seguía siendo pero no tanto como la cuestión actitudinal”. Hoy, se ha revalorizado y es aquel que permite tener las competencias específicas en el mercado, por ejemplo, contadores que tienen firma para hacer balances o conocimiento impositivo y financiero, además de ingenieros industriales, mecánicos o electromecánicos. “Estamos volviendo a retomar la importancia de tener una formación tradicional, sobre todo, con título universitario. El terciario también se valora, pero no ha tenido la misma incidencia”.
“El millennial demanda multiplicidad de tareas, variedad y antirrutina, y muchas empresas lo vieron como una posibilidad de incluirlos bajo sus propias necesidades”.
Transversalidad y millennials
A la enumeración sigue el análisis. Sobre el primer perfil, el del puesto “todo terreno”, Giorgi explica que hay una gran diferencia entre empresas de servicios y productoras: “El puesto transversal tiene una incidencia en áreas específicas de fábrica como recursos humanos, seguridad e higiene y calidad”. En la actividad productiva propiamente dicha, el empleo transversal no está generalizado, “aunque estimamos que dentro de cinco años se va a hablar de transversalidad en procesos productivos, entendiendo como tal las actividades manuales o de maquinaria”.
“El especialista transversal es una realidad en empresas de servicios, y posiblemente el ejemplo típico es en el retail. Trabajamos con cadenas de electrodomésticos y el perfil del empleado o vendedor de salón cambió con el tiempo: antes estaba para atender al público y vender, y hoy tiene que saber facturar y hay cadenas que modifican este perfil para que también tenga la incumbencia dentro de su marco de responsabilidades de preparar el pedido y entregarlo”.
Por otra parte, Giorgi evalúa que “hay cierto diálogo entre lo que piden los millennials (como se denomina a quienes nacieron entre 1980 y 2000) y lo que las empresas proponen a partir de eso: el millennial demanda multiplicidad de tareas, variedad y antirrutina, y muchas empresas lo vieron como una posibilidad de incluirlos bajo sus propias necesidades”.